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A papá no le sale, pero mamá ¿Siempre tiene que poder?

Desligarse de la responsabilidad paterna con un mensaje de WhatsApp. Si el cuidado es un trabajo, un derecho y una responsabilidad colectiva ¿Por qué un padre piensa que puede desligarse tan solo porque “no le sale” “no está preparado” o “no tiene iniciativa”? ¿Por qué hay padres que piensan que su responsabilidad parental se cumple […]

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Desligarse de la responsabilidad paterna con un mensaje de WhatsApp. Si el cuidado es un trabajo, un derecho y una responsabilidad colectiva ¿Por qué un padre piensa que puede desligarse tan solo porque “no le sale” “no está preparado” o “no tiene iniciativa”? ¿Por qué hay padres que piensan que su responsabilidad parental se cumple sólo con asistir al parto y reconocer a su hija? ¿Por qué hay tantas madres que asumen en soledad esta función?

Por Eliana Wenk

Daniela posteó en Twitter el mensaje de whatsapp que le mandó el padre de su hija, en el que le anuncia que no se hará cargo de los cuidados de la niña porque “no le sale”, “no está preparado” y “no tiene la iniciativa”. Al final, le dice “Si algún día nos cruzamos por alguna casualidad, no existo, no existimos (…) Es lo que me pasa, la plata se la voy a seguir dando igualmente siempre. Chau".

La realidad de Daniela se asemeja a la de muchas madres. En febrero, la modelo y estudiante Magalí Mora dijo a Infobae que el padre de su hija estuvo en el parto, la reconoció y nada más.

En el año 2019, el hashtag #Yocriosola hizo visible la realidad de las mujeres que cuidan a sus hijas e hijos sin la compañía de los progenitores.

¿Qué es el cuidado?

Es la acción de ayudar a una persona en su desarrollo y en el bienestar de su vida cotidiana. Tiene un aspecto material (un trabajo), económico (un costo económico) y psicológico (un vínculo afectivo, emotivo, sentimental).

Los cuidados cubren necesidades humanas básicas. Todos los seres humanos requerimos de él porque las personas no pueden siempre cuidarse a sí mismas.

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El cuidado es un trabajo

Comprende la producción de bienes, servicios y cuidados emocionales. Tiene que ver con la reproducción social y de la vida humana.

Se diferencia del trabajo considerado “productivo” por la economía de mercado porque requiere afecto, cariño, amor y amabilidad; ya que afecta la estabilidad física y emocional de quienes integran la familia, grupo o relación afectiva. Otras diferencias:

Trabajo “productivo”Trabajo doméstico y de cuidado
- Pertenece al ámbito público y al mercado productivo.- Pertenece al ámbito privado, en el marco de la familia, grupos o relaciones afectivas.
- Es reconocido como parte del sistema productivo y de la economía.- Pasa desapercibido, está naturalizado. Es excluido del sistema productivo.
- Es realizado por hombres y mujeres, aunque históricamente fue masculinizado.- Es esencialmente realizado por mujeres.
- Genera un ingreso económico.- Incluye un costo económico, que debe cubrirse con el empleo considerado “productivo”.
- Es un trabajo remunerado y regulado.- Es un trabajo no regulado y no remunerado cuando se hace en el interior del grupo familiar, grupos o relaciones afectivas
- Es opcional y se cumple dentro de una jornada laboral.- Es obligatorio y debe hacerse todos los días y a toda hora.

El cuidado es un derecho y una responsabilidad colectiva

Todas las personas tienen derecho a cuidar, ser cuidadas y elegir de qué manera hacerlo.

Con relación a responsabilidad de madres y padres frente al cuidado de hijas e hijos, el Código Civil y Comercial de la Nación Argentina define a la Responsabilidad parental como “el conjunto de deberes y derechos que corresponden a los progenitores sobre la persona y bienes del hijo, para su protección, desarrollo y formación integral” (Art. 638 CCN).

El Código también indica que los progenitores tienen los siguientes deberes: cuidar del hijo, convivir con él, prestarle alimentos y educarlo; considerar sus necesidades específicas según sus características psicofísicas, aptitudes y desarrollo madurativo; prestar orientación y dirección para el ejercicio y efectividad de sus derechos; entre otros (Art. 646 CCN).

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La Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW) establece que los Estados deben garantizar que hombres y mujeres tengan los mismos derechos y responsabilidades como progenitores, cualquiera que sea su estado civil, en materias relacionadas con sus hijos (Art. 16, inc. d) CEDAW).

La Convención de los Derechos del Niño indica que ambos padres tienen obligaciones comunes sobre la crianza y el desarrollo de las niñas, niños y adolescentes (Art. 18 de la CDN).

Si el cuidado es un trabajo, un derecho y una responsabilidad colectiva ¿Por qué un padre piensa que puede desligarse tan solo porque “no le sale” “no está preparado” o “no tiene iniciativa”? ¿Por qué hay padres que piensan que su responsabilidad parental se cumple sólo con asistir al parto y reconocer a su hija? ¿Por qué hay tantas madres que asumen en soledad esta función?

La sociedad heteropatriarcal ha consagrado una división sexual del trabajo que asignó a los cuerpos feminizados la labor doméstica, los cuidados y la crianza; mientras que los cuerpos masculinizados tienen la función productiva (o lo que el mercado reconoce como trabajo productivo), el gobierno y la defensa. Esta división tradicional del trabajo sigue presente.

Los roles asignados a las mujeres tienen menor valor que los de los hombres porque se consideran innatos, propios de su condición biológica, están naturalizados. El trabajo doméstico, de cuidado y crianza que cumplen las mujeres dentro de la familia o relaciones afectivas no está regulado, remunerado y por lo tanto, reconocido.

Esto explica por qué existen progenitores que piensan que pueden desligarse o creen que con “pasar plata” o “darles el apellido” alcanza para cumplir con su responsabilidad parental. Las madres van a estar, de alguna forma van a poder, a ellas “les tiene que salir”. En la estructura patriarcal, las madres siempre “están preparadas” porque cuidar es un “don natural” ligado a la condición de mujer.

Este tipo de comportamientos incumplen deberes jurídicos y perjudican tanto a las niñeces y adolescencias como a las progenitoras que asumen la función de cuidar.

Desligarse de la responsabilidad paterna afecta la autonomía de las mujeres porque les impide decidir libremente sobre su plan de vida, sobre cómo, cuándo y en qué condiciones maternar; genera una sobrecarga laboral y una desigualdad en el mercado de trabajo de las mujeres con respecto a los varones.

Eso que llaman amor, es trabajo no pago y eso que llaman “no me sale”, es una irresponsabilidad parental que vulnera derechos humanos.

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