El jueves 19 de enero en horas de la noche, una mujer llegó al hospital Papa Francisco de la capital salteña, y el personal del hospital le indicó que no había quien la atendiera. Finalmente, ante la urgencia, parió en las puertas del hospital. La recién nacida sufrió lesiones leves.
En Salta, se registró un grave caso de violencia obstétrica. Una mujer parturienta junto a su pareja, fueron al Hospital Papa Francisco de la capital de la provincia.
Cuando llegaron en busca de atención, les indicaron que no había personal para asistirla y que debía dirigirse al Hospital Materno Infantil, en la zona norte de la ciudad.
Ante la urgencia, la mujer parió en las puertas de la institución sanitaria, de pie, según lo registraron videos de la gente que estaba en la guardia del establecimiento.
«Mi esposa dio a luz parada. La gente salió corriendo al ver a la bebé en el piso, y luego salió un enfermero», aseguró la pareja de la mujer. Y agregó que no la atendieron a pesar de que «no podía aguantar el dolor para dirigirse a otro hospital».
Federico Mangione, el ministro de salud de Salta, ante el caso de violencia obstétrica, afirmó: «se hará una investigación minuciosa».
El funcionario también agregó que «la madre esta estable y la beba tuvo una fractura de clavícula y un traumatismo encéfalo craneano (al golpear contra el asfalto) pero se está recuperando bien».
Finalmente, indicó que: «el hospital está sin ginecólogo ni obstetra porque se lo preparó para trabajar con el Covid, pero todos los médicos están capacitados para atender un parto».
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Denuncia de organizaciones
Desde la Campaña nacional contra la violencia obstétrica y el Observatorio de Violencia Obstétrica de Salta, se pronunciaron por lo ocurrido.
«El caso, viralizado a través de las redes sociales, tomó repercusión por la extrema desatención y vulneración, mientras una mujer (cuya identidad reservamos) se acercó al mencionado Hospital en pleno trabajo de parto para pedir atención médica, atención que le fue negada en un trato deshumanizado atroz, al punto de terminar pariendo sin asistencia, en la vereda, con su bebé cayendo al suelo. Sabemos que hoy su bebé tiene traumatismos asociados al golpe que sufrió al nacer», comienzan señalando.
A su vez, recalcaron los hechos que suponen violencia obstétrica:
- Desatención por falta de recursos e infraestructura. Los problemas estructurales y presupuestarios afectaron a ese hospital, cerrando cerrado el servicio de maternidad hace pocas semanas.
- Desinterés y deslegitimación de la palabra de la mujer. No importó lo que decía ni lo que manifestaba, tampoco importó su pedido de ayuda, su manifestación de dolor ni desesperación. Su palabra simplemente no valió nada.
- lnvisibilización. Esa mujer no existió para el sistema. La respuesta fue la desatención y el abandono. Ni siquiera se gestionó un traslado (independientemente de la obligatoriedad de la atención). Su angustia, dolor y necesidades también fueron invisibles para el personal de salud.
- Falta de preparación del personal de salud: La responsabilidad nunca es individual. La violencia obstétrica no es el maltrato de una persona aislada. No es un error. No es una «confusión». Es una violencia sistemática y generalizada replicada por el personal que funciona como engranaje de una maquinaria que vulnera derechos cotidianamente y anula a la mujer o persona gestante como sujeto de derechos.
Finalmente, señalan que impulsan un proyecto de ley nacional de capacitación obligatoria al personal de salud en Violencia Obstétrica, que tiene estado parlamente y esperan que sea sancionado en el Congreso.