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Vincularse en la virtualidad: ¿Querés viciar conmigo hoy? Enviar

Palabras y reflexiones sobre la ternura online.  Por Irene Molina Se habla poco sobre el amor y la amistad en los videojuegos, pero si hay algo que la pandemia nos dejó claro, es que existen muchas maneras de vincularnos, de conocernos y de encontrarnos. La ternura está en todos lados. Incluso cuando se te acerca […]

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Palabras y reflexiones sobre la ternura online. 

Screenshot de Nostale

Por Irene Molina

Se habla poco sobre el amor y la amistad en los videojuegos, pero si hay algo que la pandemia nos dejó claro, es que existen muchas maneras de vincularnos, de conocernos y de encontrarnos. La ternura está en todos lados. Incluso cuando se te acerca un Elfo y te escribe “hola” o tenemos una cita con extraños para jugar online.   

Allá por el 2000 con la llegada de las salas de chat nació la curiosidad de conocer gente de cualquier parte del mundo y mantenernos comunicados con familiares y amigues que estaban lejos. Se formaron grandes amistades e incluso algún que otro romance. Por ahí recuerdan algunas webs como LatinChat, Habbo Hotel o el mismo MSN. 

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El interés y la novedad por los espacios de chat disminuyó y la vida siguió con nuevas sorpresas en el campo de la tecnología y, a través de los videojuegos MMO (videojuego multijugador masivo en línea), volví a encontrarme con la experiencia de conocer gente a través de internet. Mi primer acercamiento de este tipo fue con Lineage 2, un juego de rol multijugador. 

Tenía una enana tanque bastante graciosa y me gustaba buscar amigos impartiendo terneza para que me ayuden a resolver conflictos en el juego o, en el mejor de los casos, me regalaran sus ítems.

En ese momento era muy común para mi pasar muchas horas del día jugando, (tenía más tiempo y menos sueño), y era inevitable no encontrarme con otros jugadores que me acompañen o ayuden a avanzar en un esfuerzo colaborativo por un mismo objetivo, compartiendo charlas, risas y aventuras nocturnas. 

Screenshot de Lineage.

Los videojuegos ofrecen escenarios que nos permiten convertirnos en aquello que fantaseamos alguna vez: un mago, un enano, un gigante. Interpretamos roles que alimentan nuestra imaginación sin importar raza o género y además podemos tener habilidades curiosas. ¿Por qué no construir vínculos que compartan la necesidad de jugar en esos espacios también?

Presentación de ION.

Esos mismos escenarios se convierten en puntos de encuentro para explorar universos, matar enemigos y constituir estrategias. Entonces sucede, compartimos horas en el terreno virtual con una o varias personas y se vuelve común dialogar sobre nuestra vida, nuestros proyectos y nuestras mascotas al mismo tiempo que caminamos hacia una nueva misión. 

En esa intimidad se empiezan a construir amistades y muchas veces vínculos románticos. Relaciones que muchas veces están atravesadas por la idealización a través de un avatar que refleja o nos acerca a cómo queremos ser y que permite relajarnos sobre nuestras propias inseguridades. 

Esto puede darnos alegría o, por supuesto, desilusión por amistades que quedan en la nada y frustración de no poder compartir el vínculo más allá de lo aparente y “lo irreal”. Esto no significa que no se pueda materializar y se hayan formado sólidas amistades o lindas historias de amor fuera de la experiencia virtual. Puedo dar fe de eso.

Es bastante tabú poder hablar abiertamente de nuestros afectos virtuales con los afectos “reales”. Esto viene de la misma idea de que pasar horas en la computadora y no “vivir la vida” como el resto, deja de ser saludable o te impide disfrutar de lo tangible. 

Sin embargo lo tangible muchas veces puede ser hostil. Pienso en personas que no tienen la misma capacidad de comunicarse y que jugando encuentran una forma de participar y de personificarse que los ayuda a relacionarse con otras personas y encontrar un espacio seguro para poder desenvolverse y compartir gustos similares.

No dudo que este tipo de vínculos también construyen herramientas que facilitan una mejor comunicación y ayudan a desplegarse en otros ámbitos para desarrollar nuestras actividades fuera de lo lúdico y lo virtual. 

Pasa también en muchos juegos como el Lol (League of Legends), Counter Strike y otros cooperativos como el Among Us, donde nos organizamos para jugar con amigues y se nos presenta la posibilidad de conocer a amigues de amigues. Dinámicas que nos proponen nuevas formas de organizarnos y a través de eso descubrir complicidad y compatibilidad en una nueva red de amistad conformada.  

AmongUs

En pandemia, pudimos consolidar estos espacios y nos amigamos con la idea de encontrarnos en la virtualidad y ampliar los horizontes más allá de lo palpable. Ver una película, jugar, o charlar por videollamada.

Y así es como que en todos estos años cazando fantasmas, plantando bombas, peleando por un nexo, escondiéndome de zombies, a través de un chat o por canales de voz, conocí a muchas personas con las cuales tengo vínculo hasta el día de hoy, los veo cada tanto o permanecemos en contacto. Ellos saben quienes son así que les mando un beso y les dedico esta nota. 

La tecnología nos va a seguir acercando, vamos a seguir conociendo gente a través de Tinder, de apps para hablar otros idiomas, por nuestras redes sociales y videojuegos online. Lo tangible pasa a segundo plano cuando la necesidad de comunicarse y encontrarse es permanente (o inevitable ante una epidemia mortal), y nada me parece más genuino que vincularse a través del juego. 

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