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Día Mundial de la salud sexual: "Un derecho humano universal e inclusivo por excelencia"

La salud sexual es mucho más que no tener enfermedades. Es sentirse bien como persona de manera integral, es sentir que los vínculos sexo afectivos y con una misma te proporcionan bienestar. Por Lic. Noelia Benedetto MP 8136. Psicóloga y sexóloga con perspectiva de género. Terapeuta de vínculos sexo afectivos. Día Mundial de la Salud […]

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La salud sexual es mucho más que no tener enfermedades. Es sentirse bien como persona de manera integral, es sentir que los vínculos sexo afectivos y con una misma te proporcionan bienestar.

Por Lic. Noelia Benedetto MP 8136. Psicóloga y sexóloga con perspectiva de género. Terapeuta de vínculos sexo afectivos.

Día Mundial de la Salud Sexual

La OMS define a la salud sexual como un estado de completo bienestar físico, emocional, mental y social en relación con la sexualidad, no es solamente la ausencia de enfermedad, disfunción o malestar (también tiene que ver con el disfrute y el placer). Para @sesi.sexualidades es “la integración de los elementos somáticos, emocionales, intelectuales y sociales de las personas, por medios que sean positivamente enriquecedores y que potencien la personalidad, la comunicación y las afectividades”.

Desde 2010, el Día Mundial de la Salud Sexual es impulsado por la Asociación Mundial para la Salud Sexual (WAS) como iniciativa para promover la salud sexual, el conocimiento de los derechos sexuales y la educación sexual. Este año, el lema propuesto es "Turn it on (enciéndelo): la salud sexual en el mundo digital", con el objetivo de crear conciencia sobre un concepto amplio de salud sexual. El uso de las tecnologías requiere pensar en un nuevo marco de referencia y de conceptualización de lo que son la salud y los derechos sexuales en un mundo digital y necesitamos aprenderlas en la vida de las personas, en un entorno ético de derechos humanos. 

Concepto amplio

La sexualidad tiene que ver con los genitales y para algunas personas con la capacidad reproductiva, pero, por supuesto, también con la capacidad recreativa, con todo el cuerpo, con los vínculos sexo afectivos, con las emociones y los afectos, con la búsqueda y el disfrute del contacto físico, con el erotismo, las fantasías, con la imagen que tengamos de nuestro cuerpo, con los papeles asignados a los sujetos, con las identidades y orientaciones sexo genéricas, con las habilidades para relacionarse con otras personas, con las sensaciones, con el sexo propiamente dicho…

Salud sexual es más que ausencia de enfermedad

La salud sexual es mucho más que no tener enfermedades y/o padecimientos. La salud sexual es sentirse bien como persona de manera integral, es sentir que los vínculos sexo afectivos y con una misma te proporcionan bienestar. Por eso es preciso que cada persona aprenda a conocer su genitalidad y su cuerpo, y su manera de sentir, gozar, que pueda respetar, aceptar y cuidar su corporalidad, y que se permita vivir su sexualidad del modo que le resulte más satisfactorio en cada momento de su trayectoria vital y sexual.

Vivir la sexualidad no es sólo vivir los coitos. Un coito es sólo una de las muchas maneras que tenemos de expresar nuestros guiones erótico sexuales, pero existen otras muchas, como: las caricias, los abrazos, los besos, los masajes, la estimulación (a solas o compartida), las caricias con la boca o lengua en los genitales, las cosquillas, los susurros, los soplidos, los suspiros, etc.

Entonces la salud sexual es...

Un derecho humano universal e inclusivo por excelencia, que no se reduce a las presentaciones biologicistas, es multidimensional y multifactorial, pero que también tiene que ver con el acceso a la salud. Todo derecho es social, cultural y necesariamente político. Sería importante pensarla desde una manera despatologizadora no reglada desde el sistema sexo género hetero cis mononormado y alejada de las correcciones políticas y morales que levantan o bajan el pulgar frente a cierto tipo de prácticas, del capacitismo, del coitocentrismo, de la alonorma, de la amatonormatividad y el imperativo reinante de tener que “vinculear” para pertenecer. La salud sexual también es entre otras cosas: diversidades por doquier, asexualidad, consenso y consentimiento entusiasta ya que no hay un modo universal (a pesar de que el derecho sí lo sea) de ser sexuales. 

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Derechos sexuales: 

• Equidad sexual

• Libertad sexual

• Autonomía, integridad y seguridad sexual

• Información de base científica

• Placer

• Decisiones libres y responsables

• Vínculos sexuales libres

• Privacidad

• Expresión sexual emocional

• Atención de la salud sexual integral

• Educación sexual integral

La educación como derecho sexual básico

La sexualidades de todas las personas son igualmente importantes. Todxs tenemos derecho a recibir información sexual y a que las relaciones sexuales resulten satisfactorias, placenteras Y seguras, sin coerción, discriminación ni violencia.. Para lo anterior, es fundamental que se respeten nuestros derechos sexuales (reproductivos y no reproductivos).

Investigaciones ha demostrado que la educación hace a las personas libres, y que, en concreto, la educación sexual no sólo no hace más precoces a las adolescencias, sino que genera entre ellas un tipo de relaciones en las cuales prima el respeto, el buen trato, el cuidado responsable y la tolerancia, además de disminuir la vulnerabilidad de las personas las violencias… “el conocimiento nos hará libres”

Estudiantes del Manuel Belgrano reclaman Educación Sexual Integral para todxs. Crédito: Lucas Pérez Dávila.

Un gran vacío cubre por omisión las acciones, ya sean asistenciales o educacionales, en favor de la sexualidad. Es como si fuera mejor no hablar de este tema, no entrar a cuestionar si la evidencia científica tiene que guiar nuestras acciones, o por el contrario es la ética, o estética, la que debe dirigirnos.

Es como si la sexualidad tuviera que seguir formando parte de la privacidad de cada individuo, sin apreciar que la salud sexual es un derecho humano, y que por lo tanto tiene que ser asumida por la sociedad. Sólo intento encontrar una explicación al hecho de que tengamos una de las mejores leyes de salud sexual y reproductiva sin una adecuada implementación.

¿Qué pasa con la educación acerca de salud sexual? 

¿Quién se encarga de hablar de la sexualidad no reproductiva (recreativa), de las relaciones sexuales humanas, del respeto, de la igualdad, del consenso, de la respuesta sexual, del deseo, del placer, de lo que se puede o no esperar del sexo en una sociedad evolucionada del siglo XXI, de fomentar una vivencia positiva de la sexualidad?

Para que la sociedad aprecie los beneficios de ser sexualmente saludable, primero ha de ser una sociedad educada sexualmente. Desde el desconocimiento solo se pueden tener sexosofías, es decir, opiniones, muy respetables, pero muy indocumentadas, basadas en principios éticos, morales o religiosos, o en pánicos morales infundados por los mitos y leyendas urbanas que se transmiten desde hace siglos. Hacer educación no es hacer ideología ni imponer creencias religiosas. 

Qué implican los Derechos Sexuales

Los Derechos Sexuales se declararon en el XII Congreso Mundial de Sexología de Valencia, celebrado en el año 1997, y ratificados por la Asamblea General de la Asociación Mundial de Sexología en 1999. Son considerados como Derechos Humanos por la OMS. Cruz Roja participa activamente para garantizarlos, así como para prestar una adecuada atención en este ámbito. Para que la salud sexual se logre y se mantenga, los Derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y cumplidos.

  1. Conocer y respetar mi cuerpo
  2. Declarar y aclarar mis dudas
  3. Decidir cuándo estoy preparado/a
  4. Decir no
  5. Saber sobre métodos de protección
  6. Elegir mi método de anticoncepción y prevención de ITS
  7. Tener una vida sana y segura
  8. Reconocer las consecuencias de mis actos
  9. Recibir orientación sobre la sexualidad
  10. Saber sobre infecciones de transmisión sexual

La garantía de los Derechos Sexuales requiere de una educación afectivo-sexual integral, mediante la que se adquieran y transformen, informal y formalmente, conocimientos, actitudes y valores respecto a la sexualidad en todas sus manifestaciones.

Qué requiere la garantía de la salud sexual

  • Promover la salud sexual, con especial énfasis en la eliminación de barreras de acceso a la educación afectivo-sexual.
  • Ofrecer educación afectivo-sexual integral a todos los sectores de la población.
  • Apoyar y capacitar a profesionales con desempeño en campos relacionados con la salud sexual (Salud, Educación, Justicia).
  • Desarrollar y facilitar el acceso a servicios sanitarios integrales en salud sexual (recursos sanitarios, métodos anticonceptivos, métodos preventivos de ITS, etc).
  • Promover la investigación, innovación y buenas prácticas.

Sin embargo...

El desarrollo de una sexualidad saludable en las personas requiere que los derechos sexuales sean reconocidos, promovidos, respetados y defendidos por las sociedades con todos sus medios. Sin embargo, la información sobre sexo y salud sexual tiene mucho camino por recorrer...como ya les vengo planteando  el placer sexual es uno de los grandes ausentes en los temarios de educación sexual.

El déficit de la educación sexual es que se enfoca en prevención negativa y no resaltamos aquello positivo, como las relaciones saludables, omitir el placer en la educación repercute en las vivencias eróticas posteriores. El modelo de erótica establecido por la matriz heteronormativa es el coitocentrista, impone que se debe llegar al orgasmo a través de la penetración y, si no se consigue, es que algo está mal, devaluando el otro tipo de prácticas sexuales a “preliminares” o complementarias. Las personas carentes de una ESI orientada al placer terminan siendo adultas, que sostienen guiones sexuales ‘reglamentarios’ lo cual acarrea muchas dificultades y malestares. 

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Hay que procurar una educación afectivo-sexual integral, continuada, de calidad, científica y adaptada a la edad madurativa de las y los jóvenes. De lo poco que se hace, no siempre se hace bien: existen representaciones sesgadas, como creer que la educación afectivo-sexual se reduce a abordar conductas de riesgo, enseñar a colocar un preservativo (solo para pene) o confiar ciegamente en que una ‘charla’ de 80 minutos es suficiente. La educación afectivo-sexual debe suponer un compromiso social. Importa la formación, el enfoque integral, es decir, que asuma los aspectos biológicos, psicológicos y sociales que con respecto a la sexualidad y el sexo refieren al ser humano y brindar información a las familias. Por ejemplo, no sirve de nada explicar cómo se pone un preservativo para pene si antes no se ha trabajado la autonomía, la responsabilidad y el cuidado compartido, identidades, orientaciones y métodos de barreras para todas las genitalidades. La educación afectivo-sexual debe ser extensible en la aplicación de la educación en igualdad: comunicación, consenso, buen trato. 

¿Qué tiene que ver la salud sexual con la educación afectivo-sexual y la perspectiva de género?   

Es importante difundir estos contenidps desde reformar y promover las imágenes positivas para que las personas puedan aprender a cuidarse, respetarse, aceptarse, ser responsables y autónomas, capaces de aplicar la ética del cuidado personal y mutuo, de resolver conflictos sin violencias, de elegir cómo vivirse en las diversidades, acceder al conocimiento científico y elaborar el pánico moral impretante sobre el sexo, incorporar el autocuidado, discernir entre la pornografía (ficción) y el sexo real sin responsabilizarla de todos los males inherentes a la sexualidad, chequear el consentimiento, conocer la corporalidad propia y ajena, vivenciar sin angustia ni culpa el placer, asumir la importancia de la salud sexual más allá de lo reproductivo y lo relacionado con las infecciones de transmisión sexual. Estos aspectos son sumamente importantes, ya que implican una apropiación de la información que luego se verá reflejada en las prácticas eróticas y en los chequeos periódicos de salud. 

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