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La propiedad intelectual, esa idea que algunos esquivan

El precandidato a diputado nacional, Javier Milei, se defendió de la acusación de plagio indicando que se trata de "notas de divulgación" y por practicidad "no se suele hacer las citas". ¿Qué pasa con la propiedad intelectual y los derechos de autor? Esta semana estalló una polémica en Twitter y Reddit luego de que se […]

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El precandidato a diputado nacional, Javier Milei, se defendió de la acusación de plagio indicando que se trata de "notas de divulgación" y por practicidad "no se suele hacer las citas". ¿Qué pasa con la propiedad intelectual y los derechos de autor?

Esta semana estalló una polémica en Twitter y Reddit luego de que se descubrió que Javier Milei, de "La Libertad Avanza", plagió autores en sus columnas publicadas en distintos medios de comunicación durante 2016, 2017 y 2019.

Los autores en cuestión son Walter Block, Friedrich Hayek, Henry Hazlitt, Jesús Huerta de Soto, Ludwig von Mises y Murray N. Rothbard, de la Escuela Austríaca de Economía.

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Lejos de mostrarse arrepentido o interpelado por la situación, se definió como un "divulgador" y ese fue su caballito de batalla para hacerle frente a las críticas.

Además, acusó al Frente de Todos de organizar una campaña en su contra, argumentando que "solo muestra lo nerviosos que están los muchachos de la casta política por el avance de La Libertad Avanza”.

A partir de esta situación, hablemos de la propiedad intelectual

Según el portal oficial del Estado Argentino, la propiedad intelectual es la protección que le da la ley al autor de una obra científica, literaria, artística o didáctica por su creación intelectual.

En nuestro país, esta normativa existe bajo la Ley 11.723, de Régimen Legal de la Propiedad Intelectual.

Para los autores, esto significa que la ley habilita exponer o reproducir su obra por cualquier medio, traducirla, explotarla comercialmente o autorizar a otros a hacerlo. También le permite impedir que cualquier persona no autorizada ejerza estos derechos.

Milei, para justificarse, se respaldó en un fragmento de dicha ley

Este fragmento, plantea que "cualquiera puede publicar con fines didácticos o científicos, comentarios, críticas o notas referentes a las obras intelectuales, incluyendo hasta mil palabras de obras literarias o científicas y en todos los casos sólo las partes del texto indispensables a ese efecto”.

Sin embargo, pese a sus argumentos, lo de Milei cataloga como plagio, porque los fragmentos de los autores que utilizó son textuales sin ningún tipo de referencia bibliográfica al respecto.

En este sentido, citando a Isidro Satanowsky, el plagio se define como "el apoderamiento ideal de todos o de algunos elementos originales contenidos en la obra de otro autor, presentándolos como propios, sustituciones estas que pueden ser textual ́servil ́ o disfrazada ́inteligente ́. Esta última es la forma más común de violar el derecho de un autor, y es la más perjudicial y grave, porque lesiona profundamente la esencia de su derecho”.

Milei se defendió tras las acusaciones de plagio

Marcus Tullius, el bloguero que inicialmente expuso esto, manifestó “atribuirse el trabajo ajeno es una falta ética. Atribuirse el trabajo de Mises, Hayek y Rothbard es subestimar a sus lectores. Una burla”.

Además, agregó que si Milei livianamente copia a intelectuales atribuyéndose obras ajenas, “¿qué grado de confianza se le puede tener cómo político? Probablemente, el mismo que al resto de esa casta”.

Una olla que se destapó y que probablemente traiga acarreados más plagios de este personaje histriónico, que en el último tiempo irrumpió en la arena política con muchos más errores que aciertos.

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