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La mayoría de las muertes de adolescentes están relacionadas a hechos violentos

Si bien el dato no es nuevo, cobra relevancia en un contexto de creciente violencia. En 2020, hubo 2.609 muertes totales de adolescentes de 10 a 19 años. El 56% corresponden a causas externas asociadas a la violencia y en su mayoría prevenibles. La agenda mediática tiene el foco en las muertes de adolescentes en hechos […]

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Si bien el dato no es nuevo, cobra relevancia en un contexto de creciente violencia. En 2020, hubo 2.609 muertes totales de adolescentes de 10 a 19 años. El 56% corresponden a causas externas asociadas a la violencia y en su mayoría prevenibles.

Marcha exigiendo justicia por el crimen de Fernando Báez Sosa.

La agenda mediática tiene el foco en las muertes de adolescentes en hechos violentos. El caso de Fernando Báez Sosa destapó la olla, y se pone mayor énfasis en las juventudes y las violencias.

En Córdoba, también hay ejemplos como el caso de Agustín Ávila asesinado en Jesús María, en una pelea en inmediaciones al Festival Nacional de Doma y Folklore.

Los datos estadísticos oficiales confirman que las muertes adolescentes se dan en su mayoría por causas externas, no biológicas.

Desde la Dirección de Adolescencias y Juventudes del Ministerio de Salud indicaron que en el año 2020hubo 2.609 muertes totales de adolescentes de 10 a 19 años. El 56%, de esas muertes adolescentes corresponden a causas externas asociadas a la violencia y en su mayoría prevenibles, que incluyen incidentes viales, suicidios, homicidios y agresiones.

De ese 56%, el 76% de las muertes son de adolescentes varones, una cifra que no extraña asociada a la masculinidad hegemónica.

Según el informe “Masculinidades y salud en la Región de las Américas” de 2019 realizado por la Organización Panamericana de la Salud, hacia los 10 años empieza a haber un rápido incremento de las muertes masculinas debido a accidentes de tránsito, homicidios y ahogamientos. 

 “En la adolescencia y la edad adulta temprana, la mortalidad masculina llega a duplicarse e incluso a triplicarse. Lo que más llama la atención es el salto en la mortalidad en la población masculina joven a partir de los 15 años. Predominan claramente las causas violentas de muerte (homicidios, accidentes y suicidios) y una mortalidad de cuatro a siete veces mayor que la de las mujeres jóvenes”.

La realidad de las muertes adolescentes en hechos violentos, se repite según los datos proporcionados por el Ministerio de Salud de la Nación.

En 2018, de un total de 3.014 muertes adolescentes, el conjunto de causas externas representó el 55% y el 66% de las muertes por estas causas fue de adolescentes varones quienes sufrieron casi 4,5 veces más lesiones por agresiones que las mujeres. 

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Declaraciones

En una nota realizada por Julieta La Casa para El Diario Argentino, se explicita en primer lugar que la violencia no es sólo de las juventudes, sino que la sociedad es violenta.

Posteriormente, ahonda en la cuestión de la masculinidad hegemónica asociada a las muertes adolescentes por hechos violentos, a través de palabras del director de Adolescencias y Juventudes de Juan Carlos Escobar.

“Crecemos aprendiendo que llorar no es de hombres, que si te pegan tenés que defenderte y de esta manera vamos aprendiendo que la pelea es el modo legítimo de resolución de conflictos y espacio además de disputa de poder o de territorio. No estamos acostumbrados a hablar de lo que nos pasa sino a resolverlo a través de la pelea y esto es una construcción cultural que nos atraviesa a todos”.

Desde la Dirección realizaron un estudio cualitativo sobre construcción de masculinidades en adolescentes varones de Argentina. Allí, relevan que en los grupos de varones es donde se avalan, consolidan y reproducen muchas prácticas nocivas, según análisis del organismo.

En encuentros realizados con jóvenes de distintas regiones del país, se relevaron algunos ejes de la socialización masculina que tienen como base la violencia.

El recurso de la pelea como resolución de un conflicto, peleas originadas por causas como insultos o miradas y la justificación de la violencia física de los padres hacia sus hijos en función de la educación, surgieron como puntos comunes.

En este punto, el informe señala que no hay que caer en la victimización de la masculinidad asociada a estos problemas ya que, en la mayoría de los casos, la violencia se expresa contra mujeres, niños y otras identidades de género.

Por último, Escobar señala que es necesario que toda la sociedad se involucre en éstas cuestiones de violencia en adolescentes y jóvenes, “si no caemos en el riesgo de pensar que siempre el violento es el otro y eso nos lleva a des responsabilizarnos de nuestras acciones. Esta cuestión es fundamental para pensarla con pibes porque es necesario la construcción de un pensamiento crítico, que puedan responsabilizarse también de sus actos”.

Ramiro Quintanilla

Dedicado a la redacción por la tarde en la cooperativa. Comunicador. Me interesa lo político, el ambiente, los pueblos originarios, la salud mental, la cultura y creo que antes de decir hay que aprender a preguntar, o no?
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