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La industria del cannabis medicinal pide al Gobierno regulación específica

Publicado por:Ramiro Quintanilla

En la Expo Cannabis, referentes del sector criticaron la derogación de la Resolución 02/2023 que permitía permisos provisorios para la adecuación de proyectos y la producción de cannabis medicinal con una concentración de THC mayor al 1%.

El fin de semana del 2 y 3 de noviembre, la industria del cannabis medicinal se pronunció respecto a la actual situación regulatoria del sector y exigió al Gobierno medidas positivas para un sector creciente.

Desde el viernes pasado, y hasta el domingo, se llevó a cabo la Expo Cannabis 2024, el evento más convocante del sector en la región. Contó con la participación de 120 empresas y 500 marcas nacionales e internacionales, pero por primera vez en años no tuvo la presencia de funcionarios públicos.

Es que, actualmente, el Gobierno nacional viene desarrollando una serie de políticas que obstaculizan el desarrollo de la industria del cannabis medicinal.

Recientemente, se intervino la Agencia del Cáñamo y Cannabis Medicinal (ARICCAME) y se puso a la cabeza del organismo a Ignacio Ferrari.

Una de las primeras decisiones que tomó el interventor fue la derogación de la Resolución 02/2023, que establecía un permiso provisorio para proyectos productivos que se estén adecuando a las normativas. Con la derogación se contempla solo a los proyectos de producción de semilla, grano o fibra de cáñamo no psicoactivo (con una concentración de THC menor al 1%), dejando afuera a muchos proyectos.

La medida tomada por Ferrari fue criticada por los representantes de la industria del cannabis medicinal:

«Somos una industria perseguida por el Estado durante mucho tiempo. Después de cuatro años en los cuales hubo un acompañamiento sin precedentes que hizo que podamos tener marcos regulatorios para despegar, aunque no ideales, en los últimos meses asistimos a un embate muy fuerte», expresó Sebastián Basalo, uno de los organizadores.

Por su parte, Luis Osler, presidente de la Cámara industrial del cannabis y el cáñamo (Caincca) creada recientemente indicó en declaraciones a medios que «las provincias están empezando a desarrollar proyectos independientes y con mucha razón por la cual necesitan producción, empleo y un acceso (ya ni siquiera hablamos de que sea libre y gratuito) a la medicina. La industria está agazapada esperando avanzar ante el blanqueo y la legalización».

A su vez, indican que, a causa de la falta de regulación positiva para el sector, se pierden aportes de la industria al fisco que rondarían los 440 millones de dólares.

Canicca actualmente genera: 400 empleos directos y 1.200 empleos indirectos. Estos números apenas representan el comienzo de lo que podría lograrse con una regulación correcta. 

Un problema sanitario

Ante la falta de producción de la industria del cannabis medicinal, quienes más perjudicados se ven son los usuarios.

Luis Osler indicó que «hoy se está pasando por encima del 100% de los usuarios del cannabis medicinal y cuando se reglamenten los permisos para el CBD va a quedar todavía afuera el 95%». El referente del sector agregó que a ese abandono se le suma la ineficiencia del Reprocann, sistema diseñado para registrar a usuarios medicinales y permitirles el acceso a productos certificados.

Miembros de la consultora Moebius también expusieron y cuestionaron el hecho de que la derogación de la resolución no hable de cannabis medicinal, teniendo en cuenta que, de las 56 genéticas que se habían registrado, 50 eran de cannabis y solo seis de cáñamo.

Por su parte, Lucas Nosiglia, expresidente de la subsidiaria latinoamericana de la biofarmacéutica canadiense Avicanna Latam, y Alejandro Mancuso, fundador de la firma Botanicanns indicaron: «El mayor impacto terapéutico del cannabis es con THC. Hay suficiente evidencia médica para determinar qué es lo adecuado en cada caso», dijo al respecto Nosiglia, mientras que Mancuso remarcó lo «absurdo» de seguir diferenciando THC del resto de los componentes de la planta porque «cada patología necesita cosas diferentes«, lo cual requiere el desarrollo de «infinidad de genéticas».

«Cualquiera que quiera ver el valor medicinal del THC lo puede hacer escaneando un QR en los sitios web de las empresas, además de que hay 100 papers internacionales para cada patología que se trata con este componente. Tener que estar explicando estas propiedades 15 años después de que lo explicamos es prehistórico, aunque tenemos la paciencia necesaria para discutirlas y enseñarlas las veces que sean necesarias. Hay que ver si existe esa voluntad del otro lado», concluyó Osler.

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En la Expo Cannabis, referentes del sector criticaron la derogación de la Resolución 02/2023 que permitía permisos provisorios para la adecuación de proyectos y la producción de cannabis medicinal con una concentración de THC mayor al 1%.

El fin de semana del 2 y 3 de noviembre, la industria del cannabis medicinal se pronunció respecto a la actual situación regulatoria del sector y exigió al Gobierno medidas positivas para un sector creciente.

Desde el viernes pasado, y hasta el domingo, se llevó a cabo la Expo Cannabis 2024, el evento más convocante del sector en la región. Contó con la participación de 120 empresas y 500 marcas nacionales e internacionales, pero por primera vez en años no tuvo la presencia de funcionarios públicos.

Es que, actualmente, el Gobierno nacional viene desarrollando una serie de políticas que obstaculizan el desarrollo de la industria del cannabis medicinal.

Recientemente, se intervino la Agencia del Cáñamo y Cannabis Medicinal (ARICCAME) y se puso a la cabeza del organismo a Ignacio Ferrari.

Una de las primeras decisiones que tomó el interventor fue la derogación de la Resolución 02/2023, que establecía un permiso provisorio para proyectos productivos que se estén adecuando a las normativas. Con la derogación se contempla solo a los proyectos de producción de semilla, grano o fibra de cáñamo no psicoactivo (con una concentración de THC menor al 1%), dejando afuera a muchos proyectos.

La medida tomada por Ferrari fue criticada por los representantes de la industria del cannabis medicinal:

«Somos una industria perseguida por el Estado durante mucho tiempo. Después de cuatro años en los cuales hubo un acompañamiento sin precedentes que hizo que podamos tener marcos regulatorios para despegar, aunque no ideales, en los últimos meses asistimos a un embate muy fuerte», expresó Sebastián Basalo, uno de los organizadores.

Por su parte, Luis Osler, presidente de la Cámara industrial del cannabis y el cáñamo (Caincca) creada recientemente indicó en declaraciones a medios que «las provincias están empezando a desarrollar proyectos independientes y con mucha razón por la cual necesitan producción, empleo y un acceso (ya ni siquiera hablamos de que sea libre y gratuito) a la medicina. La industria está agazapada esperando avanzar ante el blanqueo y la legalización».

A su vez, indican que, a causa de la falta de regulación positiva para el sector, se pierden aportes de la industria al fisco que rondarían los 440 millones de dólares.

Canicca actualmente genera: 400 empleos directos y 1.200 empleos indirectos. Estos números apenas representan el comienzo de lo que podría lograrse con una regulación correcta. 

Un problema sanitario

Ante la falta de producción de la industria del cannabis medicinal, quienes más perjudicados se ven son los usuarios.

Luis Osler indicó que «hoy se está pasando por encima del 100% de los usuarios del cannabis medicinal y cuando se reglamenten los permisos para el CBD va a quedar todavía afuera el 95%». El referente del sector agregó que a ese abandono se le suma la ineficiencia del Reprocann, sistema diseñado para registrar a usuarios medicinales y permitirles el acceso a productos certificados.

Miembros de la consultora Moebius también expusieron y cuestionaron el hecho de que la derogación de la resolución no hable de cannabis medicinal, teniendo en cuenta que, de las 56 genéticas que se habían registrado, 50 eran de cannabis y solo seis de cáñamo.

Por su parte, Lucas Nosiglia, expresidente de la subsidiaria latinoamericana de la biofarmacéutica canadiense Avicanna Latam, y Alejandro Mancuso, fundador de la firma Botanicanns indicaron: «El mayor impacto terapéutico del cannabis es con THC. Hay suficiente evidencia médica para determinar qué es lo adecuado en cada caso», dijo al respecto Nosiglia, mientras que Mancuso remarcó lo «absurdo» de seguir diferenciando THC del resto de los componentes de la planta porque «cada patología necesita cosas diferentes«, lo cual requiere el desarrollo de «infinidad de genéticas».

«Cualquiera que quiera ver el valor medicinal del THC lo puede hacer escaneando un QR en los sitios web de las empresas, además de que hay 100 papers internacionales para cada patología que se trata con este componente. Tener que estar explicando estas propiedades 15 años después de que lo explicamos es prehistórico, aunque tenemos la paciencia necesaria para discutirlas y enseñarlas las veces que sean necesarias. Hay que ver si existe esa voluntad del otro lado», concluyó Osler.

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