En Níger muere Francia

El cuarto país más empobrecido del mundo continúa su ofensiva anticolonialista contra el imperio francés, quien desde hace décadas usufructúa los bienes comunes naturales del país. En medio del conflicto por el retiro de las fuerzas francesas de la capital nigerina y la confrontación con la ECOWAS, la Junta Militar subió el precio del uranio de 0,8 dólares a 214, en una clara muestra política de rebeldía a años de sometimiento extranjero. ¿Macrón cada vez más humillado?

En la última semana, la Junta Militar de Níger, el Primer Ministro de Transición y gran parte de su población, llevaron a cabo distintas medidas políticas y económicas que buscan por un lado garantizar la gobernabilidad y economía en el país y, por otro lado, evitar un conflicto bélico que hasta la semana pasada parecía inevitable. ¿Qué sucedió ahora? ¿Cómo reacciona Francia? ¿Es Níger un símbolo de independencia moderna?

China y los BRICS también se mofan de Occidente

El gigante asiático, junto a su principal socio estratégico, Rusia, y también con el fundamental apoyo de los países del ampliado BRICS+, avanza a paso agigantado en lo que respecta a su influencia y capacidad para la mediación de conflictos más allá de sus respectivas fronteras.

Jian Feng, embajador chino en Níger, se reunió la semana pasada con integrantes de la Junta Militar, con la cual mantuvo un fructífero encuentro del que ahora podemos ver los resultados. Resulta que China se ofreció a mediar entre el gobierno previsional del país del Sahel africano y la ECOWAS/CEDEAO. Feng, quien también mantuvo reuniones con integrantes de los países africanos aliados a Occidente, sostiene que hay un principio de acuerdo en pos de avanzar con un proceso de transición “ordenada” y “con objetivos claros así como realizables políticamente”.

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Si bien es imperioso ser cautos, debemos reconocer que este inesperado accionar es un gran primer paso para evitar la guerra, que perjudicarìa a ambos bandos y solo beneficiaría a los intereses occidentales, ya sea por la venta de su armamento o por la posible instalación de un régimen más colonialista que el reciéntemente volteado por los militares nacionalistas nigerianos.

Francia y la Unión Europea, quienes habían manifestado sus “preocupaciones” por el conflicto, solo por la posibilidad cada vez más real de no poder saquear el uranio que usan para sus empresa nucleares, ahora intentan no quedar tan al margen de una negociación que de encarar solo China, exhibirá la pérdida casi irreversible de su histórica influencia en el Sahel africano, el cual ya cuenta con al menos tres países rebelados contra su geopolìtica neocolonialista: Burkina Faso, Malí y ahora Níger.

La guerra que hace una semana estaba a la vuelta de la esquina: ¿ahora puede ser evitada?

Uranio, la razón del todo

El año pasado, el uranio proveniente de Níger representó alrededor del 20% del total importado por el país galo. La Junta Militar y el gobierno provisional decidieron aumentar el precio de este bien de 0,84 dólares por kilogramo a 214, equiparando con los demás costos internacionales, teniendo en cuenta que países como Canadá, por ejemplo, lo comercializa a un precio similar.

Francia, el principal comprador del uranio nigerino (actualmente con más de dos mil toneladas de este mineral), históricamente negoció precios irrisorios o inclusos intercambios a través de supuestas ayudas socio-humanitarias que solo le servían al imperio francés para lavar sus manos ensuciadas con sangre africana.

Esta acción fue totalmente inesperada para los mercados, pues nunca pensaron que una economía totalmente sometida a intereses extranjeros, fuera a dar semejante vuelco de tablero. La independencia económica se está logrando a medida que los franceses retroceden en sus intenciones de intervenir el país junto a sus aliados de la ECOWAS.

Asimismo, el país del Sahel africano expone que ninguna realidad puede ser caracterizada como inmóvil.

¿A llorar a París?

La semana pasada, miles de nigerianos acompañaron al convoy militar que entregó -con la aprobación del Supremo Tribunal de Justicia- la exigencia del retiro de las tropas militares francesas ubicadas en la capital, Niamey. 

Tras sus dichos de “no retirar” a sus soldados de su antigua colonia, Macron ahora padece -en principio- la deslegitimidad de sus palabras por parte de los altos mandos militares parisinos que ahora avanzan en el retiro de sus batallones. 

Las normas han cambiado y Francia está en la obligación de acatar. El apoyo masivo a la decisión de la Junta Militar es lo que hace a la antigua metrópoli no interponer la resistencia que en un comienzo parecía decidida. Volviendo tras sus pasos, se estima que los militares galos podrían mudarse de manera escalonada hacia Chad.

Si efectivamente se logra la forzada ida de los soldados extranjeros, Níger exhibirá ante los ojos del mundo de lo que es posible un pueblo unido, organizado y armado, en contra de los eternos colonizadores. El cuarto país más empobrecido del mundo enfrenta militar y políticamente a uno de los más ricos, logrando (hasta el momento), una victoria histórica por la cual soñaron los padres del panafricanismo. ¿Macron? humillado.

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