Las problemáticas denunciadas por los vecinos son, entre otras, extracción de áridos y sobrepastoreo en las márgenes del río. Dialogamos con Lorena, vecina de la reserva, en torno a la situación.
Desde hace tiempo, vecinos y vecinas de Jesús María observan distintas problemáticas en la Reserva Natural Parque del Oeste. Estas situaciones se repiten con mucha frecuencia, sin encontrar una respuesta por parte del municipio, principal responsable de gestionar adecuadamente este lugar.
Esta zona comprende aproximadamente 90 hectáreas en total, y solo 10 están habilitadas. Fueron donadas por el dueño de un campo colindante. Al no poder aprovecharse con fines agrícolas o ganaderos, decidió ceder los terrenos para crear la reserva. Allí hay bosques de aromitos y demás plantas autóctonas.
Desde hace un par de años, el lugar cuenta con un guardaparque. Esto permitió preservarlo, crear senderos y lograr que la vegetación erosionada vuelva a crecer en el monte y sea refugio de numerosas especies de fauna.
¿Qué pasa en la reserva?
En diálogo con El Resaltador, Lorena -vecina de barrio Parque Los Nogales-, mencionó que la reserva es un lugar muy habitado por los jesusmarienses. Prácticamente a diario, recorren el sitio y realizan diversas actividades.
«Desde que se habilitó, el principal problema es la extracción de áridos y los caballos que se atan a la vera del río para que pastoreen. Los dueños de los animales no les brindan comida, por eso se comen todo el verde que protege el curso de agua» explica.
Al mismo tiempo, resaltó que quienes extraen arena y dejan ahí sus caballos son «vecinos que viven frente a la reserva» que argumentan que «están autorizados por el municipio para desarrollar esta actividad».
Sin embargo, la gravedad radica en que por día sacan alrededor de 30 o 40 bolsas de tierra. «Esto va haciendo pozos cada vez más grandes, dejando partes expuestas al aire libre».
En este marco, Lorena apuntó a la municipalidad por la falta de responsabilidad y compromiso en la preservación de la reserva. «El municipio tiene Guardia Urbana Municipal (GUM), nosotros permanentemente llamamos para decir que hay caballos atados, y nos dicen que tenemos que llamar cuando veamos al dueño atándolo, sino no pueden hacer nada», expresa con pesar.
Respecto a la extracción de áridos, las respuestas son las mismas: «Nos dicen que si no vemos gente en ese momento, no pueden actuar».
Ante esta desidia del gobierno municipal, los vecinos y vecinas comenzaron a agruparse en el Plan de Gestión del Parque del Oeste. «Empezamos a visibilizar el tema de los caballos y de la extracción de áridos, nos pusimos de acuerdo para hacer un poco más de peso, presentar notas y juntar firmas», detalla Lorena.
Estas acciones sirven para que todos los habitantes de la zona estén al tanto de lo que sucede en la reserva, entendiendo que algunas personas ni siquiera la habían visitado.
Para finalizar, Lorena reveló que aún no han recibido respuestas a las notas presentadas ante la Guardia Urbana y la Secretaría de Ambiente de la municipalidad, pero mantienen la esperanza de poder generar instancias de diálogo.