El proyecto surgió de la concejala de Córdoba por el Frente de Izquierda y los Trabajadores, Cintia Frencia. Se busca «crear un espacio curricular específico para dictar la Educación Sexual Integral».
Por Redacción El Resaltador
La concejala de Córdoba por el Frente de Izquierda y los Trabajadores, Cintia Frencia, lanzó un proyecto que busca crear el cargo de docente de Educación Sexual Integral (ESI) en escuelas municipales de educación primaria. “Con la creación del cargo docente estaríamos avanzando en algo central: crear un espacio curricular específico para dictar la Educación Sexual Integral”, indicó la funcionaria.
En dialogo con El Resaltador, Frencia explicó que el proyecto consiste en crear un cargo docente específico para dar ESI en las escuelas. Si bien es un proyecto de ordenanza que va direccionado a las escuelas municipales que son más que nada primarias o para adultos, también se ha articulado una solicitud al Ejecutivo provincial para que haga extensiva esta disposición a toda la provincia, incluyendo escuelas públicas y privadas, también en su nivel secundario.
En las escuelas primarias, se propone que se cree un cargo por turno, es decir un docente de ESI a la mañana y otro a la tarde. Ese cargo debería tener una carga horaria equivalente a la de las maestras y maestros de grado. Esto permitiría no solo disponer de un tiempo específico para brindar ESI en cada uno de los cursos, sino también para desarrollar proyectos institucionales y coordinar iniciativas con otros docentes.
La creación del cargo también representa la existencia de un espacio curricular específico para dictar ESI, lo cual no implica que se elimine la idea de la transversalidad de la ESI en otras materias. Por eso es importante que las y los docentes que asuman el cargo de ESI puedan trabajar en conjunto con otras y otros docentes.
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Los principales problemas al dictar ESI
Los principales problemas que tiene el dictado de ESI en las escuelas, según indica Cintia Frencia a este medio, por un lado tienen que ver con la fuertes presiones que existen, sobre todo en escuelas confesionales, para bloquear el dictado de ESI desde una perspectiva científica, laica y respetuosa de la diversidad sexual y de género. «En este sentido, cabe aclarar que en las escuelas siempre se dicta ESI de una u otra manera, el tema no es ese. El tema es la perspectiva con la cual se dicta y se plantea esa formación» añade la concejala. Quienes presentaron el proyecto defienden lo escrito en la Ley Nacional 26.150.
Según Frencia, otra problemática que afecta al dictado de ESI son las creencias o perspectivas personales de quienes encabezan la dirección de las escuelas. Muchas veces sin necesidad de ser colegios religiosos, las y los directivos se imponen sobre lo que dice la ley y de alguna manera bloquean el dictado de Educación Sexual Integral. Esto puede basarse en lo que dice el artículo 5 de la ley antes mencionada: «Cada comunidad educativa incluirá en el proceso de elaboración de su proyecto institucional, la adaptación de las propuestas a su realidad sociocultural, en el marco del respeto a su ideario institucional y a las convicciones de sus miembros».
«Creo que el principal motivo por el cual hace 15 años no se aplica la ley de ESI son los estrechos lazos que tiene el Estado con la Iglesia. Es muy claro que ninguno de los gobiernos están dispuestos a romper lazos con la Iglesia, que todavía ejerce un fuerte control y presión sobre el sistema educativo y sanitarista. Para aplicar la ESI hace falta, en primer orden, avanzar en la separación de la Iglesia y el Estado. Y que no se impongan diferentes creencias religiosas o morales por sobre lo que son derechos establecidos por la legislación nacional». Cintia Frencia, concejala por el Frente de Izquierda y los Trabajadores.
Entre los dichos de la entrevistada, afirma que no alcanza solo con romper este vínculo Iglesia y Estado. Sino también disponer mecanismos concretos para alcanzar el pleno dictado de ESI: capacitación constante, espacios y cargos docentes específicos, etc.
Faltan políticas estatales para la capacitación docente
Asimismo no existe una política estatal que apunte a la formación docente y al desarrollo de docentes especializados en el tema. No hay capacitación continua y ni formación específica sobre ESI para las y los docentes. Muchas y muchos docentes no se sienten capacitados o con las herramientas para dictar ESI o abordar las situaciones que la misma pueda desencadenar a posteriori. No contar con un espacio pedagógico que acompañe también es una falencia que no colabora.
Es por eso que, según el proyecto presentado, quien se postule para ser docente específico de ESI debe demostrar conocimientos previos en el tema o bien estar trabajando con ESI en las escuelas mediante proyectos institucionales. En el caso de que no haya docentes idóneos, será el mismo Estado el que deba garantizar espacios de formación para que eso suceda.
«Hoy creo que los docentes en general ven necesario el dictado de ESI porque muchas veces son espacios de mucha apertura, hay muchísima avidez de poder acceder a esa información por parte de les pibes, para poder desarmar estereotipos forjados. Pero muchas veces los docentes se sienten sin herramientas para afrontar esa tarea». Cintia Frencia.
Un enfoque biologicista que debe ser ampliado
Para Frencia no hay dudas de que predomina un enfoque biologicista en el dictado de la ESI en las escuelas. «La Educación Sexual se imparte siempre en las escuelas, en todas las materias, más o menos explícitamente. Se transmite y se va configurando en las escuelas una idea de deber ser hombre, deber ser mujer. Una valoración respecto a la sexualidad, la percepción de género, las diversidades de género y sexualidad. El problema es que muchas veces aparece de manera solapada. Lo cual impide analizar abiertamente distintas posiciones, sino también brindar herramientas al alumnado para que forme su propia posición al respecto», reflexiona.
«Creo que predomina una posición predominantemente biologicista en primer lugar porque es lo que disponen las iglesias. Tiene que ver con una manera de ver al núcleo familiar, a la forma de relacionarse. Todo esto para mantener un orden social en donde las mujeres son subordinadas y las diversidades son excluídas. Así como un control y/o poder de ciertos sectores. La perspectiva biologicista no solo tiene que ver con un atraso científico o social, sino con una posición política deliberada para mantener un determinado orden social que también es impulsado por la Iglesia». Cintia Frencia.
Si hay posibilidades de avanzar en una ESI laica y respetuosa
Para quienes impulsan este proyecto, si hay una posibilidad de avanzar en el dictado de ESI laica, respetuosa de las diversidades, científica, integral. Y el momento es ahora, «porque si hay algo que puso al descubierto la ola verde es la enorme potencia que tiene la juventud en las luchas referidas al tema como fue la del aborto legal«. Se organizaron vigilias, pañuelazos y demás actos en favor de esta ley, y tuvieron a la cabeza a una multitud de jóvenes.
Sin embargo, no se trata meramente de una falta de capacitación docente. O bien de una costumbre a la hora de enfocar el dictado de ESI en un marco biologicista. Porque esa falta de capacitación está ligada a una ausencia estatal. «No es justo que el derecho de niñas, niños y adolescentes quede a disposición de las posibilidades o la voluntad de cada docente de formarse o no».
Luego está el hecho de la mayoría de las y los docentes que hoy ejercen han sido formadas y formados bajo esta perspectiva biologicista. «El problema de mantener este enfoque es que acota mucho el campo de intervención de la ESI. Es reduccionista porque desconoce otra serie de elementos, contextos y situaciones que hacen a las relaciones. A la vez, no prepara a niñas, niños y adolescentes para establecer relaciones más sanas, más libres de violencia y juegos de poder», apunta la entrevistada.
Ahora bien, y a modo de conclusión, Cintia opina que el abordaje biologicista es necesario, no hay que desmerecerlo o dejar de tenerlo en cuenta. Debe hacerse desde una perspectiva diversa y completa, pero sin dejarse de lado. Una razón para justificar esto es que, sobre todo en sectores sociales más bajos, lo que muchas veces parece «obvio» en términos de sexualidad no es sabido ni aplicado.