¿Cómo puede aplicarse la reducción de daños eventos masivos?¿Qué herramientas hay disponibles? Son preguntan vigentes en una sociedad en la que las personas realizan diferentes tipos de consumos.
Una mujer de 37 años se encuentra internada en el Hospital de Urgencias, con estado reservado, tras sufrir una descompensación en una fiesta electrónica. El suceso tuvo lugar el pasado lunes 17 de junio por la madrugada, en el Complejo Forja.
En julio de 2022, un caso similar nos llevó a hablar con una organización que trabaja la temática.
Para profundizar sobre el paradigma de reducción de daños en el consumo de sustancias, realizamos esta nota con Proyecto de Atención en Fiesta (PAF) y dialogamos con su coordinadora, Carolina Ahumada.
PAF nace en 2016, luego de lo ocurrido en el predio de Costa Salguero en el Festival Time Warp Buenos Aires, donde fallecieron 5 personas y muchas otras debieron ser hospitalizadas por el consumo de sustancias.
La Asociación Civil Intercambios trabaja en políticas de drogas, reducción de daños y derechos humanos desde hace más de 25 años.
«Intercambios trabajaba con consumo de sustancias en situaciones de vulnerabilidad y nunca entraron en el mundillo de sustancias sintéticas en otros contextos de consumo. Obviamente, donde hay algún problema relacionado con uso de drogas, Intercambios trabaja al respecto y ahí empezaron a cranear lo que después surgió como proyecto PAF», explicó Ahumada.
«Nosotros somos un programa de intervención en nocturnidad y en espacios juveniles. Nos interesa que haya un espacio seguro, confiable y amigable para que todo aquel que tenga alguna duda relacionada con el uso de drogas, se acerque y pueda charlar del tema de la manera más honesta posible» continuó Ahumada.
En este sentido, buscan intervenir en eventos a través de voluntarias y voluntarios, brindando información eficaz y verificada acerca del consumo de sustancias.
«Nosotros llevamos stands con material informativo, con frutas, golosinas y agua gratis», aseguró Carolina.
Previo a esto, trabajan con las productoras u organizaciones de los eventos para establecer ciertas condiciones como: puestos de hidratación, habilitación de la fiesta, equipo médico en el lugar, junto a otras condiciones para la seguridad del espacio. «Si no nos dan estas condiciones, no vamos a intervenir» señaló la coordinadora de PAF.
Herramientas para RRDD
Existen diferentes herramientas para llevar a cabo políticas de reducción de daños. Como ejemplo, en Córdoba un equipo de investigadores desarrolla el proyecto de CON.SUMO.CUIDADO. El objetivo principal es probar un dispositivo dirigido a personas usuarias de sustancias, que abra el debate en torno al uso de ellas y al empleo de estrategias de reducción de daños.
Desde PAF, generan estas intervenciones en los eventos, pero además, impulsan el análisis y testeo de sustancias psicoactivas como una herramienta eficaz de prevención y reducción de daños.
«Básicamente, una persona se acerca, testea lo que consume y a raíz del resultado, elige consumirlo o no. Si el resultado de ese testeo es negativo, está demostrado por muchos estudios, que más del 95% no consumiría esa sustancia porque no era la esperada» explicó Carolina.
Expuso que ya llevaron a cabo la experiencia en eventos, y que la respuesta fue muy positiva.
«En el 2020 empezamos a dilucidar el camino para poder llegar a testear. El año pasado en diciembre pudimos intervenir con testeos en una fiesta, y la recepción de la gente fue muy buena. Antes de salir a testear, hicimos una serie de encuestas para las personas, preguntándoles si utilizarían programas de testeos en un evento. Casi el 97% de las personas dijeron que sí».
Carolina Ahumada de PAF
«Lo más fácil y lo que nosotros también decimos, es que el mínimo riesgo equivale a no consumir. Mucha gente nos apunta diciendo: ustedes enseñan a la gente a drogarse. La verdad es que no es así. Obviamente en un mundo ideal nadie usaría drogas porque sería lo más saludable posible. Pero ¿qué pasa con las personas que sabiendo esto, igual eligen consumir? Entonces trabajamos para que esa decisión sea lo más cuidada tanto para la persona que usa drogas como para su entorno», profundizó Ahumada.
El peligro del consumo de sustancias, en especial de las llamadas «drogas de diseño» está en que uno no sabe lo que consume. Los testeos son una herramienta rápida e infalible para que la persona que usa drogas sepa lo que está consumiendo. «Si no tiene un testeo propio al alcance, está bueno que haya una organización que sí lo haga o que haya una democratización de ese conocimiento» nos señaló la coordinadora de PAF.
Respecto a la reducción de daños, agregó que tiene que partir de los organizadores de eventos. «Tienen que tratar al asistente con el mayor de los respetos posibles, pero básicamente también para cuidarlo. Tiene que haber una responsabilidad y una eficiencia de los productores al momento de cuidar a sus asistentes» indicó Ahumada.
A su vez, resaltó que uno de los caminos posibles es una correcta y eficiente articulación entre el estado, los productores, y la sociedad civil para que estas situaciones no pasen.
El punitivismo (el usuario como criminal) y el sanitarismo (el usuario como enfermo) han sido los modelos aplicados en nuestro país en materia de drogas, y no han frenado el consumo de sustancias. Por ello, Carolina, concluyó que «el abordaje del problema de uso de drogas debe ser desde la realidad y desde la no estigmatización y la no persecución. Sin señalar con el dedo y decir que esta persona usa drogas porque es un delincuente. Si no, abordarlo y tratar de lograr una solución al problema de la manera más real posible».