Tras las masivas protestas estudiantiles de fines de 2019 y las brutales represiones del gobierno liderado por Sebastián Piñera, se activó el proceso de cambio en las condiciones institucionales del país.
Por Matías Mowszet
La consecuencia inmediata de todo ello fue un referéndum popular para que la población decida si quería una reforma constitucional que actualice los postulados de la carta magna, que hoy datan de la dictadura de Pinochet.
Ese referéndum, votado el 25 de octubre de 2020, marcó el triunfo del “SI” por una abrumadora diferencia. Fue 78% a 22% y dio inicio al proceso institucional para concretar dicha reforma, que tendrá un importante paso durante este fin de semana.
Las elecciones durarán dos días para evitar aglomeraciones que puedan atentar contra la situación sanitaria del país, que se encuentra seriamente afectado por el Covid19.
Será una importante prueba piloto para pensar la factibilidad de ese formato de votación para el contexto de elecciones en países en situación de pico de la pandemia, como se teme que podría estar Argentina cuando se tengan que votar las PASO.
Los electores votarán listas de candidatos de distintos partidos por distrito para la población en general, aunque habrá bancas reservadas para representar a los distintos pueblos originarios que tiene la nación chilena:
7 bancas corresponden al pueblo mapuche, 2 bancas al aimara, una al kawésqar, una al rapanui, una al yagán, una al quechua, una al atacameño, una al diaguita, una al colla y una al chango. El resto las 138 bancas son dispuestas al público general a través de cada uno de los distritos electorales que tendrá que designar sus representantes.
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¿Quiénes se postulan?
Si bien hay una amplia diversidad de listas, existen tres principales que disputarán la centralidad de la discusión y se llevarán, según las previsiones, la mayoría de los votos.
La primera es la alianza derechista Chile Vamos, a la que pertenece Sebastián Piñera y que aboga por un esquema conservador de cambios constitucionales que conserven la matriz económica del pinochetismo.
La oposición de la centroizquierda está dividida en dos espacios parejos entre sí:
Uno de ellos es la Lista del Apruebo, que recicla a buena parte de la conducción política de la coalición que sostuvo a Michelle Bachelet, junto a algunos ex aliados del Frente Amplio y sectores con peso propio como el Partido Progresista de Marco Enriquez-Ominami, todos con una visión más institucionalista y moderada. El partido de cabecera de esta lista es el Partido Socialista.
El otro es el que va en la lista Apruebo Dignidad, que concentra buena parte de la resistencia estudiantil de 2019 junto a sectores más tradicionales que luchan por las transformaciones más radicales. En este espacio se destaca la participación de referencias jóvenes históricas como Camila Vallejo y el encabezamiento estructural del Partido Comunista de Chile.
¿Qué sucederá?
Las encuestas pronostican que, por la división de los sectores opositores de centroizquierda, el oficialista Chile Vamos sería la fuerza más votada, aunque en una elección de estas características, no alcanza con ser la fuerza más votada sino con juntar la mayoría necesaria en el Congreso Constituyente para imponer la propia voluntad por sobre los adversarios.
Si el Chile Vamos no logra esa ansiada mayoría, será tarea de las fuerzas centroizquierdistas ponerse de acuerdo en cuan profundo va a ser el tenor de las modificaciones a la constitución planteadas. Las autoridades que resulten elegidas este fin de semana formarán el Congreso General Constituyente que redactará los cambios a la constitución y los votará en el seno interno de ese cuerpo.
Estos comicios funcionarán, además, como termómetro para medir el ánimo social de cara a la elección más importante, en la que se elegirá al nuevo presidente y que se realizará en noviembre.