En diálogo con El Resaltador, María José Loto, vicepresidenta de H.I.J.O.S., exigió al Gobierno de Córdoba que garantice custodia para Fernando Albareda, hijo de Susana, quien apareció muerta en su casa este fin de semana.
Este fin de semana encontraron muerta a Susana Beatriz Montoya, esposa de Ricardo Fermín Albareda, subcomisario y militante del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), torturado y desaparecido durante la última dictadura militar.
Susana también era madre del militante de H.I.J.O.S. Córdoba, Fernando Albareda.
Desde la asunción de Javier Milei como presidente de la Nación, Fernando era amenazado y amedrentado. A fines del 2023, en su vivienda aparecieron carteles con simbología nazi y mensajes intimidantes.
Se presume que la víctima fue asesinada. Tras cometer el hecho, los victimarios pintaron en las paredes «Los vamos a matar a todos. Ahora vamos por tus hijos. #Policía». Según fuentes de la investigación, la frase estaba escrita en rojo, en principio con lápiz labial.
En diálogo con No Estamos Solos, el programa de El Resaltador en Mostri TV, María José Loto, vicepresidenta de H.I.J.O.S. Córdoba, expuso que es un momento difícil y que están recibiendo, de a poco, información sobre el caso.
«En lo racional estamos actuando, pero cada vez que lo repetimos nos duele más. Es muy duro, nos consterna muchísimo esto, se ha transformado en algo que era inimaginable», manifestó.
A lo anterior, Loto agregó: «Si bien hablábamos de que el mundo y nuestra sociedad se ha derechizado con este Gobierno nacional, donde los discursos negacionistas suenan en discursos oficiales y provienen del mismo Estado, cuando eso pasa a la acción se corre un límite, y ese límite es la violencia: en este caso, la violencia política».
La entrevistada mencionó las amenazas que había recibido anteriormente Fernando Albareda; y exigió al Gobierno de Córdoba custodia para él y toda su familia.
«Esto no lo vivimos ni siquiera en la Megacausa La Perla. Amenazas siempre hubo, pero este límite no lo cruzó nadie. Es muy doloroso entablar los vínculos en la vida de familiares de detenidos-desaparecidos, es difícil porque hay muchos muros de silencio. Fernando estaba armando esa relación, y que haya terminado así, da mucha bronca, mucha impotencia, aumenta el dolor, también da miedo porque es una realidad que existe en la provincia y en la ciudad de Córdoba», concluyó.