Así lo informó el Gobierno nacional en un comunicado. El motivo es el «impacto y las consecuencias que está generando la bajante histórica más importante de los últimos 77 años en la cuenta hídrica de los ríos Paraná, Paraguay e Iguazú».
Por Carmela Laucirica
Por al menos 180 dias, el presidente Alberto Fernández decretó el «Estado de Emergencia Hídrica» en la cuenca del Río Paraná. En este sentido, quedan afectadas Formosa, Chaco, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Misiones y Buenos Aires. Como ya se ha mencionado en reiteradas ocasiones en los últimos días, estamos ante una bajada histórica del río, comparable en cierta manera con la que ocurrió en 1944.
Al declarar la emergencia hídrica mediante un decreto que figura en el Boletín Oficial, se faculta al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero a «delimitar las áreas afectadas por la emergencia». Lo hace en su carácter de presidente del Consejo Nacional para la Gestión Integral del Riesgo y la Protección Civil. En el mismo boletín, se incluyen diversos gabinetes e instituciones para la gestión conjunta de esta problemática. Esto es a los fines de «mitigar las consecuencias de la grave situación que genera la bajante».
Asi, el Ministerio de Desarrollo Productivo y el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social serán los encargados de adoptar «las medidas necesarias con el objeto de preservar la continuidad de la actividad productiva y la conservación de los puestos de trabajo en los sectores afectados». Por su parte, el Instituto Nacional del Agua (INA), será quien «brinde asesoramiento y preste colaboración en el ámbito de su competencia, a los servicios técnicos necesarios para llevar adelante las medidas que se adopten».
Paralelemante, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible «arbitrará los medios necesarios para controlar los incendios en las zonas de islas y márgenes mientras dure la emergencia». También están involucrados los ministerios de Transporte, Energía y muchos otros más.
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Acciones conjuntas para intentar «salvar el río»
En torno a esta problemática, también se ha dispuesto la creación de un Fondo de Emergencia Hídrica de $1.000 millones. Es para la asistencia de las provincias y localidades afectadas. En ese sentido, y a través de dicho fondo, el Ministerio de Obras Públicas destinará los recursos para trabajos en las tomas de agua sobre el río Paraná y arroyos
interiores. También la adquisición de bombas y dragados para tomas de agua, adecuación de canales, cañerías de conducción y aducción e impulso. Y pontones para tomas temporarias, cuyo relevamiento está haciendo la Prefectura Naval Argentina.
Además, se puso en marcha un Programa de Emergencia Hídrica que prevé verificar situaciones críticas que se produzcan en el territorio argentino a lo largo de los ríos Paraná, Iguazú y Paraguay, especialmente asociadas al
abastecimiento de agua potable y generación de energía eléctrica. Paralelamente, el Ministerio de ambiente implementó el monitoreo permanente de las cianobacterias, debido a que su aumento está directamente relacionado con la bajante.
Sequías, dragados para mejorar la navegabilidad, crisis climática y otras tantas son las razones por las cuales vemos al Río Paraná en una situación de «emergencia hídrica». Ahora, el accionar es conjunto y pos de mejorar el panorama. Pero la problemática de fondo es mayor y no se habla de ello al abordar la temática.