Recientemente trascendieron una serie de denuncias contra Antonio Laje, por maltrato laboral y acoso; de parte de sus compañeras de trabajo. Al respecto, realizó su descargo este lunes, en Buenos Días América.
Notablemente conmovido frente a las acusaciones en su contra, Antonio Laje expresó en el ciclo que conduce por América, que «es exigente a la hora de trabajar» y que puede enojarse pero que no es una «persona maltratadora». Entre lágrimas, pidió disculpas «a los que se sintieron maltratados», afirmando que no fue su intención.
Lágrimas de cocodrilo
Laje, aseguró tener «el corazón re contra partido de lo que estuve viviendo…». Con respecto a las acusaciones, sostuvo «yo no creo en los maltratos, la verdad que no. Yo creo en exigencias. En mi carrera, en donde fui avanzando, y tuve la suerte de poder formar equipos, y ver que hoy hay periodistas brillantes que han salido de acá, que han salido de mi lado, de mi escuela, de mi programa, y que se destacan en muchos otros medios».
En ese rol de formador de equipos, destacó una particularidad del noticiero que comanda: “los productores de este programa, que entre paréntesis creo que tengo un solo productor varón, son todas mujeres. El éxito de la producción de este programa pertenece a todas mujeres. Sistemáticamente las vienen a buscar de otros canales, como vienen a buscar otros canales a columnistas míos”.
Hasta cuando los medios vamos a seguir cuidando a Antonio laje que es un acosador? Me paso a mi y le pasa a varias mujeres más hoy. @AmericaTV @AngeldebritoOk
— EuMorea (@EugeniaMorea) December 2, 2021
Además, reconoció que muchas veces tiene un “humor de perro” y que se enoja cuando las cosas salen mal, porque quiere que todo esté perfecto. Dio algunos ejemplos de las cosas que lo pueden hacer poner mal: “si salís se corta un audio y si sale un mal un graph, ¿yo me enojo? Sí, me enojo. Y ni siquiera lo oculto porque a veces me enojo y ustedes se dan cuenta que estoy enojado”.
Sin embargo, dijo que esos enojos son “desde lo laboral, no desde lo personal”: “trabajo acá hace muchos años, esta debe ser la tercera o cuarta etapa mía y yo les puedo asegurar que no hay ninguna denuncia sobre mí en ningún lado, ni en el canal, ni en recursos humanos, porque yo no soy maltratador, porque yo me puedo equivocar, porque yo puedo exigir…«
«Acá no hay maltrato»
Antonio Laje se dirigió a quienes lo acusaron, argumentando que “si alguien se sintió maltratado, lo único que quiero dejar en claro es que acá no hay maltrato. Yo exijo y quiero que las cosas salgan bien porque es lo único que me preocupa, porque además es así como se forman los mejores profesionales que después se van a otros lados. Pero no todos tienen ni por qué soportar la tensión de las cuatro horas ni por qué gustarle”.
Entre lágrimas, concluyó que “acá voy a seguir, al menos por ahora voy a seguir acá, dando la cara”. Tras su extenso descargo, salió al aire, y fueron sus compañeros quienes continuaron con el curso del programa por más de una hora, hasta su regreso.
Periodistas Argentinas salió al cruce
Desde esta agrupación, emitieron un comunicado, expresando que «exigimos que las empresas de comunicación cumplan con el marco legal vigente que tipifica y sanciona el maltrato laboral y pedimos que el Poder Ejecutivo reglamente en forma urgente la Ley de Equidad en Medios, que es la herramienta que garantiza la erradicación de estas conductas«.
La organización señaló que «en estos días se han conocido testimonios de colegas, que dan cuenta de lo que venimos denunciando desde hace varios años, a través de las encuestas que realizamos entre nuestras más de 200 integrantes».
#BastadeViolencia@fiovitelli@EugeniaMorea pic.twitter.com/hgkaZpdsXH
— Periodistas Argentinas (@PeriodistasdArg) December 3, 2021
«Insultos, humillaciones, acosos, negación y ninguneo de la palabra, degradación o pérdida de puestos de trabajo al regresar de la licencia por maternidad constituyen, entre otras conductas inadmisibles, prácticas que forman parte del paradigma de producción de noticieros y programas de TV, diarios, radios, portales web a lo largo y ancho de nuestro país, tanto en medios públicos como privados», se enumeró.
El texto de Periodistas Argentinas alertó que «considerar que estas conductas, explícitamente sancionadas por la ley vigente, buscan la ‘exigencia profesional’ en pos de una excelencia informativa, es la peor injusticia que estamos denunciando: sin dignidad no hay calidad».
Laje, no es por ahí
Más que unas disculpas, el descargo de Antonio Laje frente a las acusaciones de María Belén Ludueña, Maite Pistiner, Fiorella Vitelli y Eugenia Morea, se parece a una justificación.
El lugar de trabajo, debería ser un espacio de tranquilidad, confianza, seguridad y crecimiento personal. Las violencias, de cualquier tipo, ya no son tolerables. Los ambientes laborales aún conservan lógicas de discriminación y violencia, propias de las relaciones de género que imperan en la sociedad en general. La naturalización de las situaciones de violencia que las mujeres viven a nivel social, hace que en el mundo laboral, muchas veces se minimicen o se termine responsabilizando a las mujeres.
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A su vez, cuando la violencia tiene una dirección vertical, y es ejercida por un superior, la amenaza de despido sobrevuela la escena, y el temor a perder el empleo hace que la mujer termine callando.
A partir de esto, muchas mujeres se ven obligadas a tomar distintas decisiones, como renunciar, modificar su jornada laboral, o directamente son despedidas al denunciar la violencia experimentada y vivida. Para lograr erradicar las violencias de los ambientes laborales, las acciones deberían orientarse a evitar las situaciones de discriminación, superar las brechas salariales, garantizar el acceso a los puestos de trabajo, y a cargos de mayor jerarquía, entre otros.