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Adolfo Pérez Esquivel, el "desconocido" que ganó un Premio Nobel de la Paz

Un día como hoy, pero hace 40 años, el arquitecto, pintor y escultor Adolfo Pérez Esquivel recibió el Premio Nobel de la Paz. El hecho resonó en la opinión pública debido a que Pérez Esquivel no era muy conocido, aunque luchó por los Derechos Humanos de manera incansable. Hace 40 años, en plena dictadura militar […]

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Un día como hoy, pero hace 40 años, el arquitecto, pintor y escultor Adolfo Pérez Esquivel recibió el Premio Nobel de la Paz. El hecho resonó en la opinión pública debido a que Pérez Esquivel no era muy conocido, aunque luchó por los Derechos Humanos de manera incansable.

Adolfo Pérez Esquivel recibió el Premio Nobel de la Paz en 1980

Hace 40 años, en plena dictadura militar en Argentina, el Premio Nobel de la Paz fue otorgado a un candidato un tanto desconocido. Así, en 1980, Adolfo Pérez Esquivel -arquitecto argentino- recibió esta distinción. El 13 de octubre de aquel año, Pérez Esquivel fue nombrado en los medios con cierta confusión y hasta enojo: ¿cómo le van a dar el premio a un desconocido?

En aquel momento, se describía a Pérez Esquivel como arquitecto, pintor y escultor de pocos logros. Además, se sabía que era el director del Serpaj, el Servicio de Paz y Justicia. Cabe destacar que la indignación y la confusión ante el anuncio del Parlamento Noruego también provenía del gobierno defacto que dirigía a nuestro país en 1980.

Si bien el gobierno dictatorial aseguraba que esta nominación constituía una campaña internacional contra el país, lo cierto es que Pérez Esquivel había protagonizado hechos en defensa de los Derechos Humanos. Incluso, el Comité Nobel destacó que Pérez Esquivel "era uno de los pocos que ponía luz entre tanta oscuridad".

¿A qué se referían? Para emitir este juicio, confluían una serie de cuestiones. Según el Comité Nobel, y lo que reflejó la propia vida de Pérez Esquivel, el nominado no estaba sospechado de haber integrado organizaciones armadas y no había tenido actuación partidaria. Más aún, había sufrido la violencia estatal con prisión y torturas injustificadas.

Adolfo Pérez Esquivel integraba la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, actuaba con cercanía a "Las Madres de la Plaza" y difundía su repudio hacia la no violencia por toda América Latina. A esta altura de la dictadura, la imagen del gobierno defacto ya estaba ampliamente deteriorada. Los reclamos de la población se agrupaban y obtenían mayor voz y alcance que al principio.

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Adolfo Pérez Esquivel con "Las Madres de la Plaza"

Un activista oprimido por el gobierno de turno

Durante la década del 60, Adolfo Pérez Esquivel se dedicó a trabajar con movimientos latinoamericanos de base cristiana. Posteriormente, participó como líder en organizaciones de no violencia y en 1973 fundó el periódico "Paz y Justicia". A través de este medio gráfico buscó difundir sus ideales y colaborar con los sectores populares y su lucha.

En 1974, Pérez Esquivel se convirtió en el coordinador general del Servicio Paz y Justicia para América Latina. De esta manera, en 1976, contribuyó con las organizaciones de Derechos Humanos en Argentina y también con los familiares de los desaparecidos durante la dictadura cívico-militar. Mediante el Servicio de Paz y Justicia, pudo denunciar hechos antidemocráticos de la misma dictadura.

Incluso, Pérez Esquivel contribuyó a la conformación de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Madres de Plaza de Mayo, Abuelas de Plaza de Mayo y Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas. Desafortunadamente, en 1977 fue detenido en Buenos Aires, en donde fue torturado. Tiempo después, aseguró haber estado muy cerca de protagonizar un "vuelo de la muerte".

Tres años después, tras recibir el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel afirmó que no lo recibía a título personal, sino "…en nombre de los pueblos de América Latina, y de manera muy particular de mis hermanos los más pobres y pequeños, porque son ellos los más amados por Dios; en nombre de ellos, mis hermanos indígenas, los campesinos, los obreros, los jóvenes, los miles de religiosos y hombres de buena voluntad que renunciando a sus privilegios comparten la vida y camino de los pobres y luchan por construir una nueva sociedad".

Entonces, después de enumerar todas estas luchas -que ni siquiera son todas las que se le atribuyen- ¿realmente podemos decir que se le otorgó el premio a un desconocido que no estaba apto? Con 88 años, Adolfo Pérez Esquivel continúa recorriendo el mundo y luchando por los Derechos Humanos. Según él, está "comprometido a redoblar sus esfuerzos en la lucha por la Paz y la Justicia, puesto que la Paz sólo es posible como fruto de la Justicia".

Clic acá para leer la Carta de Adolfo Pérez Esquivel a 40 años de recibir el Premio Nobel de la Paz

Carmela Laucirica

Periodista interesada por las problemáticas sociales y ambientales. También soy Community Manager. Lectora y escritora en mis ratos libres.
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