Francesc Pedró, director del área de educación superior de ese organismo dio la recomendación. Conversamos con la rectora de la Universidad Provincial de Córdoba, Raquel Krawchick al respecto, quien señaló: «No es solamente la duración de la carrera sino cómo se organiza la carrera y con qué objetivo».
“Es sorprendente que en los países desarrollados basten tres años para conseguir un título y en la Argentina cinco”, le dijo a Clarín Francesc Pedró, director del Instituto Internacional de la Unesco para la Educación Superior en América Latina, recomendando que haya carreras universitarias más cortas en el país.
Se trata de un tema profundo e importante, nada menos que el desarrollo de los procesos educativos y de la educación superior en especial.
Por este motivo, indagamos al respecto conversando con Raquel Krawchick, rectora de la Universidad Provincial de Córdoba.
«Discutir la longitud de los diseños curriculares de las carreras más tradicionales que tienen diseños curriculares para más de 4, 5 o 6 años dependiendo de las universidades, quizás sea un buen tema para abordar. En el sentido de que quizás habría que concentrar una formación, como se hace en los países más desarrollados. Pero allí, hay una obligación de trabajar en una práctica supervisada no rentada durante 2 años por lo menos en el lugar que la universidad destine».
La educadora señaló: «no es solamente la duración de la carrera sino cómo se organiza la carrera. Es un tema que se debe profundizar más. Muchas veces los profesionales se reciben, buscan trabajo y las competencias que se necesitan para ser eficientes y eficaces en su trabajo no son las que han recibido en la educación universitaria«.
En este sentido agregó que quizás si hay que haya que trabajar en el rediseño curricular y mejorar en el marco de las necesidades regionales el desarrollo de las prácticas supervisadas para la mejor formación del profesional y la adquisición de las competencias que necesita.
¿Porqué se hacen largas las carreras?
«Las carreras se hacen más largas por el tiempo que los estudiantes necesitan para concluirlas y ahí son muchos factores: la misma modalidad académica, las evaluaciones en el desarrollo académico que hace que se haga más lento para los estudiantes y las necesidades de incursionar en el mundo laboral que los estudiantes tiene justamente para poder mantener sus estudios«.
Raquel Krawchick.
En este punto cabe aclarar, que hay que diferenciar el tiempo estipulado por la matrícula y el tiempo en recibirse de un estudiante.
El vicerrector de la UPC, Enrique Bambozzi, señaló esa diferencia: «Resulta ser que los estudiantes tardan en recibirse y ahí se hace larga la carrera. Pero se hace larga porque hay que revisar las modalidades de enseñanza y modalidades de evaluación, de presencialidad y virtualidad, es decir, cómo habitan los estudiantes los trayectos formativos«.
El otro tema es la necesidad de trabajar y tener ingresos económicos. Según un reciente informe de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Córdoba, un estudiante universitario necesitará este año al menos $60.000 por mes para instalarse en la ciudad y asistir regularmente a clases en una casa de altos estudios.
Esto genera dependencia económica y una necesidad de trabajar para poder estudiar porque hay que solventar gastos.
«Habría que ver cómo quizás ampliar los sistemas de becas, o la posibilidad de incursionar en prácticas supervisadas que ya lo estén preparando para el mundo laboral» explica Krawchik.
Universidades incluidas
El tema de las carreras universitarias más cortas es complejo pero un objetivo es revisar las currículas.
«La Universidad es una institución centrada en la construcción de conocimiento y esos conocimientos deben reflejarse en programas de investigación que mejoren y actualicen la construcción de esos conocimientos. También son muy importantes los programas de extensión que nos permiten el diálogo crítico y el conocimiento de nuestras poblaciones, que tienen sus competencias, su acervo cultural y conoceres».
Raquel Krawchick.
En este sentido, la rectora de la UPC recalcó la necesidad de «conocer nuestras necesidades regionales, nuestra cultura poblacional y saber ser instituciones inclusivas para que puedan entrar quienes quieran entrar a estudiar en nuestros espacios pero además una institución que se debe construir incluida al contexto al que pertenece«.
En otras palabras, no debe ser el mismo trayecto académico el que debe transitar un trabajador social de la Universidad de la Patagonia, al que debe realizar alguien que estudia en la UNC. Los desafíos territoriales deben ser un eje que guíe el tránsito del estudiante por la carrera.
El objetivo de revisar las currículas teniendo en cuenta las necesidades regionales está vinculado a las nuevas formas productivas y económicas, y qué aporte pueden realizar las casas de estudio estatales.
«Desde nuestras instituciones tenemos que aportar las herramientas que el pueblo necesita para poder crecer y salir de esta situación de una pobreza cada vez más amplia. Esto requiere adquirir y desarrollar nuevas competencias, conocer nuevas modalidades de construcción de espacios laborales y nosotros tenemos que cumplir un rol al respecto».
Raquel Krawchick.
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Carreras cortas
La tendencia a la formulación de carreras universitarias cortas llegó a Latinoamérica, a Argentina y a Córdoba también.
¿A qué responden además de la cuestión de la «duración de las carreras»? Por un lado, Krawchick refirió que se dirigen específicamente al campo social productivo, laboral. «No solamente a los requerimientos del mercado sino a los nuevos requerimientos de nuevas formas de encarar la tarea productiva» explicitó.
Por otro lado, también están dirigidas al desarrollo económico de las pequeñas comunidades y las familias: «para responder a esta problemática tan grave de la ampliación de la población empobrecida que no llega a cubrir sus necesidades básicas» indica la rectora de la UPC.
En este sentido, las distintas universidades, sobre todo las de gestión pública, han desarrollado carreras cortas a través de tecnicaturas y diplomaturas, que no ofrecen títulos habilitantes pero si profundización de conocimientos necesarios para la vida laboral.
En la Universidad Provincial de Córdoba hay una amplia ofertas de estas carreras, que podés visualizar en la página web de la casa de estudios.
A su vez, Krawchick señaló que la articulación con organizaciones sociales resulta importante a la hora de planificar este tipo de trayectos ya que promueven la capacitación en determinados campos de conocimientos donde cumplen su labor comunitaria.
«Hay que mirar de nuevo mirar hacia dentro de las instituciones y hacia afuera, y tener mayor capacidad de articulación que se base en la investigación, en la extensión, en la articulación crítica que nos transformen en instituciones verdaderamente comprometidas con el crecimiento y desarrollo social».
Raquel Krawchick.
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Desafío educativo
¿Cuáles son las carreras que necesitamos que se desarrollen?, es la pregunta que guía éste apartado. Es que la rectora considera que el estudio de la matrícula es necesario.
«Hay que orientar la matrícula. Por ejemplo, para que en el secundario las y los estudiantes se puedan decidir por campos de conocimientos que sean necesarios al requerimiento regional, al desarrollo de las distintas regiones basado en el conocimientos y en la aplicación de las herramientas más adecuadas para hacerlo más eficiente».
Al respecto, la docente apuntó que las nuestras, son universidades profundamente democráticas con un ingreso irrestricto. Sin embargo, se producen ingresos irracionales a carreras tradicionales donde se recibe a tiempo el 10% o el 15% de los alumnos, cuando en realidad quizás no sea eso lo que el país necesita.
«La elección de un espacio académico, la elección de un determinado tipo de conocimiento, tiene o tendría que ver con las necesidades que tienen las diferentes regiones de ese tipo de conocimiento. Es por eso que hay que repensarse, pensar donde estamos y además con una mirada de equidad», señala Krawchick.
Sobre éste último punto, profundiza y concluye: «La brecha económica es cada vez más amplia sin el conocimiento. No contar con esas herramientas es uno de los factores por los que la pobreza puede aumentar. Es injusto, antidemocrático y profundamente revisable que los espacios de educación superior no puedan ser transitados por nuestros jóvenes que están viviendo en situación muy difícil porque por más gratuita que sean las universidades, estudiar requiere de tiempo y dinero».