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Traslasierra: falta de agua, censura y un jefe comunal que le declara la guerra al lavarropas

En el editorial de hoy nos vamos a embarcar en una historia que bien podría ser de un guión para Netflix, pero es la triste realidad que vive el oeste cordobés. Tenemos una localidad sin agua corriente, en medio de una ola de calor y pandemia.  Por José Feliciano Fisichella   Alguna vez en un editorial, por […]

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En el editorial de hoy nos vamos a embarcar en una historia que bien podría ser de un guión para Netflix, pero es la triste realidad que vive el oeste cordobés. Tenemos una localidad sin agua corriente, en medio de una ola de calor y pandemia. 

Por José Feliciano Fisichella  

Alguna vez en un editorial, por este mismo medio, hablamos de las problemáticas socio-económicas en Traslasierra; dentro de este marco tocamos la falta de agua en departamentos como Pocho, ya  que se desprende que más de la mitad de la gente que allí vive no tiene acceso al agua corriente (ni  que hablar potable).

Los números, son interesantes para graficar determinadas situaciones, faltaría una pata de la mesa  sino tocamos fenómenos más microsociales de cómo se vive bajo esa situación. Por este motivo  hoy nos vamos a centrar en la localidad de Chancaní, en medio de la ola calor y sin agua  corriente. Por supuesto, también de la respuesta que brindaron las autoridades provinciales y locales, pero sobre todo el proceder de la gente allegada al gobernador Juan Schiaretti.

Contexto

El departamento Pocho se encuentra ubicado al oeste de la provincia de Córdoba y predomina la  vida rural en la mayoría de sus habitantes. Para el año 2010 presentaba una población de 5.380  habitantes, siendo de este modo el tercer departamento menos poblado de la provincia. 

El único municipio que tiene es la localidad de Salsacate con 2.211 si tomamos el último censo. Esto lleva a que casi el 40% de la población del departamento viva en esta localidad.

Reserva natural Chancani tomado de Córdoba turismo

¿Pero qué pasa con el resto? Bueno, viven en poblados rurales algo dispersos donde muchos servicios, que son básicos, constituyen un lujo. 

Los últimos datos disponibles (ya bastante desactualizados) nos daban cuentan que el 24,8% de los hogares de Pocho tenían una necesidad básica insatisfecha, siendo de los peor ubicados en la provincia. En cuanto al acceso a agua corriente lo tenía solamente el 40% de la  población y un 65,6% tenía electricidad en sus domicilios.

El caso de Chancaní

Dentro del departamento Pocho se encuentra la localidad de Chancaní, dotada de una hermosa belleza natural del Chaco seco, protegido mediante el Parque y reserva natural Chancaní. La zona, tiene la particularidad de tener un estado de conservación excelente del bosque nativo (el poco que nos van dejando). Por otro lado, la zona conecta con el Camino de los Túneles, lugar excelente para el avistamiento del cóndor andino.

La localidad para el año 2010 contaba con 422 habitantes.  

A esta altura podríamos pensar que es una zona que vive del turismo, pero realmente no. Si bien las condiciones geográficas están, no ocurre lo mismo con el acceso y pasa que llegar hasta Chancaní es una odisea en pleno siglo XXI. 

Agua en Chancaí - la otra mirada, Guillermo Calvar.

La ciudad de referencia y la más cercana es Villa Dolores, que se encuentra a 70 kilómetros  por un camino de tierra digno de una carrera de rally Dakar. Para realizar trámites varios u obtener asistencia médica la gente se debe trasladar forzosamente los 70 kilómetros. Por supuesto,  cuando llueve la “aventura” sube de nivel difícil a extremo.

Inclusive se suma el relato reciente de un niño que nació prematuro y perdió la vida intentando llegar al hospital más próximo, que es el de Villa Dolores. Sí, son 70 kilómetros de  serruchos y pozos hasta llegar a un centro de salud de mediana complejidad.

La promesa del asfalto para Chancaní tiene años y años, pero jamás se busca ejecutar. En las fotos publicitarias de la provincia, podemos ver enormes puentes realizados con mano de obra china y préstamos de las brutales monarquías del Golfo, pero para asfalto no hay. Prioridades.

El último problema y el accionar de la Provincia

La localidad soportó la ola de calor, además de tener que transitar la pandemia sin agua corriente. Las canillas no largan agua ni para lo más elemental y los vecinos tienen que hacer cola frente a un camión cisterna para obtener agua.

Una imagen que termina rompiendo con la fantasía de la Córdoba del progreso y nos enseña la realidad de un problema profundo que tiene varios años sin resolver.  

Con este marco llegaba Schiaretti a Villa Dolores un 10 de enero a inaugurar un pavimento y prometer nuevas obras, entre ellas el acueducto de Traslasierra para llevar agua potable a varias localidades de la zona (spoiler: no está Chancaní incluida).

Dentro de todos los anuncios del Gobernador, asomaba un tímido cartel que pedía agua para  Chancaní. Claro, era molesto para los organizadores, que entendían que el lugar para  peticionar ante las autoridades no era ese. 

Los manifestantes, en primer lugar tuvieron que soportar que la seguridad de la provincia los busque correr, luego algún que otro Concejal fue a solicitarles que se retiren y al último llegó la policía pidiendo que dejen la zona. Menos mal que en la provincia existe la libertad de expresión, zas.

La fortuna fue que la prensa se hizo presente frente al intento de la Policía por correr a los manifestantes y evitó que se fueran. La idea era evitar que el gobernador llegara y rompieran con su discurso de la Córdoba idílica.

¡Pucha! Sin asfalto, sin agua y encima también te quitan el derecho a manifestarse. Bueno, pero según los funcionarios provinciales las dictaduras son las que apoya el kirchnerismo… 

Pasado el acto, el legislador del departamento San Javier, Óscar González y Cristina Vidal del Centro Cívico del Oeste, se llegaron a intercambiar unas palabras con las personas que estaban pidiendo ser escuchadas. Más vale que el gobernador ni se arrima a la zona. 

Cualquiera que alguna vez haya cubierto un acto de Schiaretti como prensa sabrá que el gobernador se mueve con sus custodios y su gente de prensa, los cuales se encargan que ninguna pregunta incómoda o situación poco graciable para la máxima autoridad provincial se presente. Casi que las únicas preguntas que responde son las que su equipo de prensa hace a los gritos, que por supuesto lo dejan siempre bien parado.

¿Pero qué pasó con la manifestación?

Ese mismo día pasado todo el momento de tensión, los medios de comunicación locales se llenaron con un mensaje que decía que el Gobierno de Córdoba había autorizado una perforación para solucionar el problema del agua en Chancaní en los próximos 15 días.

En el acto nadie mencionó esto, ni el gobernador, ni González, ni Vidal. El Jefe Comunal de Chancaní también dijo que se enteró de la noticia ese mismo día. 

Comentario fuera de tema: cuando tus papás te digan que protestar no funciona, contales esta historia. Aunque bueno, la cosa no termina acá, tenemos que ver que la localidad tenga agua.

¡Ay, Dios! Pero usted por todo se queja. La verdad que sí, pasa que cuando nos engañan una vez, cuesta creer. Esto lo digo porque en enero del 2012 el diario La Voz del Interior comentaba la misma situación que se vive actualmente y para aquel entonces también se prometían soluciones para el déficit del agua corriente. 

Espero equivocarme y que esta vez el agua salga por las canillas…

La frutilla del postre: las palabras del Jefe Comunal de Chancaní

En comunicación con una radio local, Ricardo Aguadez (noten la ironía del apellido) Jefe Comunal de Chancaní se expresó en relación a la problemática del agua. Sostuvo que había dos problemas: a) el aumento de la población, y b) el nuevo patrón de consumo.  

¿Pero qué es el nuevo patrón de consumo? En forma resumida dijo que la gente tomó conductas “citadinas” de regar las calles de tierra y usar lavarropas que gastan mucha agua.

Es verdad que la zona tiene difícil acceso al agua, ya que las lluvias son escasas y cuesta sacar de las napas subterráneas. Pero tío, ya decir que es un problema de “conductas citadinas” y por el uso de lavarropas es algo que roza lo ridículo. Agregó, que la gente abandonó sus orígenes rurales ya que no gastan tanta agua. 

Parece que tener un lavarropas en Chancaní es un lujo. Hombre, esto es como decir que deberíamos volver a la edad media porque así no tenemos problemas eléctricos.  

En fin, esperemos que la problemática tenga solución y todos los cordobeses tengan los servicios  básicos en su hogar. 

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