Se cumple otro año sin el ángel de la bicicleta, asesinado por la Policía

Pocho Lepratti murió en manos de la Policía de Rosario y se convirtió en la víctima emblemática de la represión que terminó con el gobierno de Fernando De la Rúa.

"¡Bajen las armas, que aquí sólo hay pibes comiendo", gritó Pocho Lepratti el 19 de diciembre de 2001 en el techo del comedor de la escuela número 756 "José M. Serrano" del barrio Las Flores, en Rosario. A los policías no les importó. Tiraron igual.

Lepratti murió instantáneamente de un balazo oficial. Tenía 35 años. Desde entonces es el muerto emblemático de la represión del 19 y 20 de diciembre que terminó con el gobierno de Fernando De la Rúa.

En 2005, León Gieco publicó el disco "Por favor, perdón y gracias". Allí incluyó la canción "El ángel de la bicicleta" en homenaje a Lepratti y su última frase quedó inmortalizada de una manera que únicamente el arte puede lograrlo.

La letra de la canción, compuesta en colaboración con Luis Gurevich e interpretada con los Pibes Chorros, asegura que tras la muerte de Lepratti "nos queda esta mierda que nos mata sin importarle de dónde venimos, qué hacemos, qué pensamos; si somos obreros, curas o médicos".

La historia de "Pocho"

Claudio Lepratti, más conocido en Argentina como 'Pocho', siempre militó por la gente humilde, las personas más necesitadas en plena crisis política, económica y social de Argentina a finales del pasado siglo.

Pocho era el primogénito de una familia de seis hijos en total. Desde muy joven se interesó por los derechos de las personas, por lo que ingresó en el Instituto Salesiano de la localidad de Funes, cerca de Rosario, eligiendo la carrera religiosa de 'hermano coadjunto'.

Tras abandonar el seminario, colaboró en diferentes organizaciones sociales para ayudar a los adolescentes humildes del barrio mientras participaba y promovía la formación de niños y jóvenes de barriadas en una agrupación llamada 'La Vagancia'.

Creó y redactó una revista llamada 'El Ángel de la Lata' mientras que coordinaba las labores de diversas comunidades eclesiales. Además, cooperaba con la Asociación Trabajadores del Estado de Rosario (ATE) y la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA).

En diciembre de 2001, 'Pocho' trabajaba como auxiliar de cocina en un comedor social del barrio Las Flores, al que llegaron los policías desde la ciudad de Arroyo Seco con la intención de detener y reprimir a los individuos que se encontraban en dicho centro.

El lugar, que estaba repleto de menores de edad comiendo, fue abatido a tiros. Lepratti se subió al techo del comedor para defender que en el interior solo había niños, gritando '¡Hijos de puta, bajen las armas que aquí solo hay pibes comiendo!'.

Tras la queja, uno de los uniformados que disparaba contra la cantina, apuntó al joven en la tráquea con una escopeta, donde acertó en el tiro y murió al instante. Este hecho motivó el procesamiento y condena para el autor del disparo, Esteban Velázquez.

Tanto Velázquez como el resto de policías implicados en el asesinato argumentaron en el juicio que habían abierto fuego porque estaban recibiendo balazos desde el tejado de la escuela. Sin embargo, el argumento fue desestimado por la Justicia.

Por lo tanto, el juez encargado del caso, Julio García, condenó a los otros cinco policías por falsedad ideológica y encubrimiento agravado. Velázquez se encuentra actualmente cumpliendo la libertad condicional desde el año 2011 en su ciudad, Arroyo Seco, muy cerca de Rosario. El policía cumplió nueve años y cuatro meses en prisión y siempre se ha declarado inocente ante la muerte de Lepratti.

En tanto, las villas miseria de Rosario habían encontrado un claro referente humanizador inspirado en la fe cristiana cuyas horas de continuo trabajo se comparaban a las de las hormigas, a las que él mismo admiraba por su enorme capacidad y esfuerzo. Por ello, hoy pueden verse diversos graffitis que recuerdan la figura de una persona marcada por la filantropía y la lucha por la desigualdad.