¿Qué es el suicidio femicida?: conceptos necesarios para combatir la violencia de género
Fue propuesto e impulsado por la activista feminista Diana Russell en 1996; y El Salvador es el único país de Latinoamérica que lo tipificó como delito sancionable. El colectivo feminista Mumalá, recordó conceptos claves. Recientemente trascendió la noticia del suicidio de Luana Ludueña, la joven que había demandado a Diego Concha, exdirector de Defensa Civil […]
Por Agustina Bortolon | 01/24/2022
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Fue propuesto e impulsado por la activista feminista Diana Russell en 1996; y El Salvador es el único país de Latinoamérica que lo tipificó como delito sancionable. El colectivo feminista Mumalá, recordó conceptos claves.
Recientemente trascendió la noticia del suicidio de Luana Ludueña, la joven que había demandado a Diego Concha, exdirector de Defensa Civil de la provincia de Córdoba, por abuso sexual y violencia de género. A raíz de este repudiable y lamentable hecho, es importante hablar del suicidio femicida.
Este concepto fue impulsado por la activista feminista Diana Russell, y hace referencia a aquellas mujeres e identidades feminizadas que deciden terminar con su vida debido a distintas situaciones de violencia de género de las que han sido víctimas, como violación, abuso sexual, acoso, violencia intrafamiliar, entre otras.
El suicidio femicida también contempla los casos de mujeres e identidades feminizadas que se suicidan agobiadas por la impunidad, la revictimización y la negligencia de las instituciones encargadas de su protección.
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Fue en la Conferencia Internacional sobre Violencia, Abuso y Ciudadanía de la mujer, realizada en Inglaterra en 1996, que se habló por primera vez de esta problemática, instalando y promoviendo el debate.
Pese a su marcada incidencia en distintos países alrededor del mundo, El Salvador es el único país de Latinoamérica que lo tipificó como delito sancionable, dentro de su ley integral de protección a la mujer, vigente desde el año 2012. Esta ley fue creada como una respuesta gubernamental ante la crisis de femicidios presente en ese país.
Enojadas y conmovidas por la #ViolenciaFemicida que se expresa de múltiples formas, pero a la cual las feministas también aprendimos a nombrar, y visibilizamos, para seguir luchando por una vida libre de #violencias. pic.twitter.com/mXoezVTaMk
— Mumalá Córdoba💚 (@mumalacba) January 22, 2022
El aislamiento, el sometimiento, la culpa y el silencio en el que se sumen las mujeres e identidades feminizadas víctimas de la violencia machista, sumado al estigma, el desconocimiento y el mutismo en torno al suicidio, hacen que la relación existente entre ambos fenómenos sea una realidad enormemente ignorada por la mayoría.
Esto se evidencia sobre todo en los indicadores utilizados para medir la incidencia del suicidio: sexo, lugar de residencia, edad, nacionalidad. El destrato de parte de las instituciones oficiales agudiza el contexto de vulnerabilidad de las mujeres e identidades feminizadas que deciden acabar con su vida.
El suicidio femicida debe considerarse un delito en todas las regiones del mundo. Es una consecuencia extrema de la injusticia, el sometimiento y la cara más cruel de la violencia machista.
