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¿Qué es el Salario Básico Universal y cuál es su viabilidad en Argentina?

Desde hace meses que gravita la idea de implementar una renta universal en el país que dé respuesta a la creciente crisis económica. El proyecto se encuentra con posiciones a favor y en contra, tanto dentro del oficialismo como de los bloques opositores al Gobierno. La idea de avanzar con un Salario Básico Universal que […]

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Desde hace meses que gravita la idea de implementar una renta universal en el país que dé respuesta a la creciente crisis económica. El proyecto se encuentra con posiciones a favor y en contra, tanto dentro del oficialismo como de los bloques opositores al Gobierno.

La idea de avanzar con un Salario Básico Universal que reemplace a los planes sociales, impulsada por el kirchnerismo, sigue flotando a pesar de la negativa del Gobierno nacional. Esta posición siembra una duda sobre la tregua que intentan consolidar el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, porque expone sus diferencias respecto de la política económica.

El proyecto para establecer un Salario Universal está presentado en la Cámara de Diputados, con la firma de Itaí Hagman del Frente de Todos y muy cercano al dirigente social Juan Grabois.

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La idea que esbozaron distintos actores del kirchnerismo es que el eventual Salario Universal pague una cifra menor a la del plan Potenciar Trabajo -que tiene 1,2 millones de beneficiarios- y que alcance a un universo mayor, tomando como base a las 7,5 millones de personas que recibieron meses atrás el bono extraordinario de ayuda social, conocido como "nuevo IFE".

Un ingreso que pague el equivalente a la canasta básica alimentaria -que entre mayo y junio se ubicaba en $14.401 según el INDEC- tendría un costo fiscal de $108.000 millones todos los meses, cuatro veces y media más que el del plan Potenciar Trabajo.

Este es un dato central, porque Cristina Kirchner sostuvo en el acto de  Avellaneda que para ella "el déficit no necesariamente es la causa de los desmadres económicos y de la súper inflación", sino que "este proceso inflacionario es consecuencia del endeudamiento criminal del macrismo", mientras que la ministra de Economía, Silvina Batakis, mostró una lectura opuesta.

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Batakis respondió sobre la iniciativa del kirchnerismo en línea con el pensamiento de Alberto Fernández. La funcionaria consideró que es una discusión "vinculada con la revolución 4.0" que plantean las transformaciones que se esperan en el mercado laboral mundial y aclaró que una medida de ese tipo necesita que el Estado alcance "sustentabilidad fiscal".

Apenas asumida en el Ministerio de Economía para reemplazar a Martín Guzmán, se había encontrado con el reclamo renovado de Grabois: "Querida Silvina Batakis, te banco fuerte pero no te felicito; eso de andar felicitando designaciones no me cabe; me reservo las felicitaciones para cuando implementes el salario básico universal. ¡Cazá la birome y no te demores por favor!".

El tema siguió en la agenda pública. El último jueves, en conferencia de prensa, la portavoz de la Presidencia confirmó que: "no hay posibilidad" de avanzar con el Salario Básico Universal (SBU), uno de los temas de la agenda política al que la vicepresidenta Cristina Kirchner le dio el visto bueno en una de sus últimas pariciones públicas en el plenario de CTA en Avellaneda. "La cuestión del salario universal es un plan que en el mundo se ha discutido mucho y durante mucho tiempo. En Argentina también", dijo Gabriela Cerruti.

Ni bien asumió, la ministra le aseguró a Alberto Fernández que continuará con el plan de reducción progresiva del déficit para cumplir el acuerdo con el FMI y hoy mismo lo reconfirmó cuando sostuvo que "equilibrar las cuentas públicas es necesario para que mejore la vida de las personas". Sobre esa base, al ser consultada sobre el Salario Universal, pateó la discusión para adelante.

¿Cómo se da el debate en las bases cordobesas?

El Resaltador contactó a Constanza San Pedro, referente del Frente Patria Grande y a Luca Llorens del Observatorio de Trabajo, Economía y Sociedad (OTES) para analizar los posibles impactos de la implementación de una medida de estas características.

En cuanto al Salario Universal como política para abordar la problemática de la pobreza, San Pedro respondió que "es un punto de partida que propone de algún modo mejorar las condiciones de vida" pero que "para solucionar la pobreza se necesitan medidas de otra envergadura".

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"Este salario garantizaría que las personas tenga un ingreso mínimo y vean garantizado el derecho, al menos, de la alimentación. Y fundamentalmente que se reconozca a quienes están dentro del mercado informal de trabajo y quienes realizan tareas de cuidado".

En relación al mismo punto, el economista Llorens sostuvo que "para que sea una solución a la pobreza el programa debería cubrir una canasta básica total que ronda los 32 mil pesos por persona. Por los dichos de dirigentes del Frente de Todos, no proponen que sea una solución a la pobreza aunque sí a la indigencia. Esto significaría un ingreso básico por habitante de 15 mil pesos aproximadamente que es el equivalente a una canasta básica alimentaria".

Y agregó: "Para Córdoba significa sacar de situación de indigencia a 118 mil personas, un 7,5% de la población. A la vez tendría un efecto disminución sobre la pobreza que hoy alcanza a 1,5 millones de cordobeses y cordobesas".

Sobre la factibilidad de esta medida dentro de esta coyuntura, la referente del Frente Patria Grande planteó que "todas las políticas son viables cuando existe voluntad política para implementarlas, y en el caso de que no exista está claramente demostrado que el pueblo organizado es su condición de posibilidad".

Por su parte, el integrante de OTES respondió que la viabilidad depende de la relación que lleve el país con el Fondo Monetario Internacional. "Bajo un acuerdo con el Fondo, es de esperar que un proyecto de renta básica se centre en reorganizar y focalizar transferencias que surgen de distintos programas estatales y alcancen a un universo reducido de personas. Esto no es otra cosa que hacer una redistribución de la pobreza; sacarle al pobre para darle al más pobre".

"Por el contrario en un contexto de independencia política o tras una renegociación favorable que permita una política fiscal expansiva, como se le viene exigiendo desde alguno sectores internos y externos al gobierno nacional, podemos esperar un programa más ambicioso que tenga un efecto no solo en la indigencia sino que permita una merma al 40% de pobreza que afecta hoy a Córdoba", añadió.

Experiencias globales

Guy Standing, doctor en Economía por la Universidad de Cambridge y copresidente honorario de la Red Global de la Renta Básica no tiene dudas al respecto. En una entrevista publicada en junio por El DiarioES, el investigador afirmó que “los experimentos en todo el mundo (ahora hay más de 80 programas piloto de renta básica) muestran que cuando la gente tiene una renta básica, su salud mental mejora: Significa que tienen más energía, que son más productivos en su trabajo y que gastan menos en atención sanitaria, lo que supone menos dinero al Estado. También mejora la eficiencia del gasto en la escolarización”.

Además, Standing cuestionó: “Los críticos de la clase media que dicen que si la gente tuviera una renta básica se volvería más vaga no saben de qué hablan. Son prejuicios. Si ese fuera el caso, debatiríamos quitar todo el dinero a los millonarios porque obviamente no tienen que trabajar. Es ridículo”.

Acorde a un exhaustivo relevamiento que hizo el medio Vox, Estados Unidos lo aplicó en diversos estados como Nueva Jersey, Pensilvania, Iowa, Carolina del Norte, Seattle, Denver y Gary, Indiana, entre 1968 y 1974.

Guy Standing, profesor, investigador y escritor británico.

Canadá realizó varios ensayos controlados sobre poblaciones aleatorias. El primero de ellos fue entre 1974 y 1979, en el pueblo agrícola Dauphin, en el que cada familia participante exhibió beneficios en la salud física y mental al punto que se redujeron en un 8,5 % las hospitalizaciones y mejoraron las tasas de graduación.

Los conservadores cancelaron el programa que contaba con recursos provinciales y federales. En 2017, otro gobierno liberal en la provincia de Ontario quiso repetir la experiencia con 4 mil personas de bajos ingresos de tres ciudades a lo largo de tres años. Pero cambió el signo político en el medio y también se canceló sobre la marcha bajo el argumento de que desincentivaba la búsqueda de empleo.

En Europa, la organización germana Mein Grundeinkommen (Mi Renta Básica) apeló al crowdfunding para entregar rentas básicas, entre 2014 y 2019, a 500 personas de todo el mundo que dijeron sentirse menos ansiosas. Más de la mitad aseveró luego que utilizó esos fondos para seguir estudiando. Durante la pandemia, la misma entidad aportó los recursos, provenientes de donaciones privadas, para extender la prueba dentro del país por tres años y sobre un conjunto de 120 personas que reciben 1430 dólares.

España, por su parte, fijó un ingreso mínimo vital, en 2020, para poco más de un millón de personas en situación de pobreza, luego de mostrar antecedentes de pruebas temporales en Barcelona, en 2017. Y la ciudad de Utrecht, en los Países Bajos, tuvo su propio experimento social de mil dólares para 250 beneficiarios, algunos a cambio de una contraprestación. 

Un caso aparte se ve en Alaska que, desde 1982, ha despachado un monto anual basado en los ingresos por el petróleo que nutren el Fondo Permanente de Alaska a cada uno de sus habitantes solo por residir allí, uno de los territorios más inhóspitos del país y hasta del continente. Los efectos no solo se vieron sobre los niveles de pobreza sino también en la fertilidad de la población local.

Propuestas en Argentina

La creciente inflación que se disparó desde marzo amenaza con licuar a gran velocidad los salarios de los y las argentinas. Según el último reporte del INDEC sobre distribución del ingreso, la mitad de los hogares del país no alcanzaron a cubrir el costo de la canasta básica total, que ronda una ganancia promedio de $99.677 para una familia de cuatro personas, frente al costo de $ 44.499 que marca el índice de la indigencia para esa misma familia tipo. Además vale tener en cuenta que ocho de cada diez asalariados perciben ingresos con los que no se puede sostener un grupo familiar promedio.

En declaraciones mediáticas, Itaí Hagman, autor de uno de los proyecto de renta universal, expresó: “Lo que proponemos es una medida coyuntural, que jugaría un papel esencial en esta situación difícil que atravesamos. Pero al mismo tiempo es una solución estructural porque efectivamente, de la misma manera que la Asignación Universal por Hijos y las políticas de inclusión jubilatoria establecieron un piso de ingresos que se mantuvo en el tiempo, este proyecto busca profundizar ese camino, partiendo de la idea que en la Argentina y en el mundo hay un mercado laboral sumamente fragmentado en el cual una porción importante no puede acceder a todos los beneficios y derechos que establecen las formas tradicionales de empleo”. 

El segundo proyecto lleva la firma del radical Alejandro Cacace, y si bien no lo denomina “salario” sino “ingreso básico universal de emergencia”, lo fija en torno al 50% de una canasta básica alimentaria por adulto.

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