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Post amor: Donde reside el peligro está lo que puede salvarnos

Por alguna razón, en la oficina, la mitad del espacio de trabajo dio por finalizado sus vínculos sexo- afectivos. Se podría decir que coordinamos en la desgracia, un poco a destiempo, ya que a algunas les pasó hace un par de meses y a otras es más reciente: ¿sin darnos cuenta, la filosofía nos tiró unos […]

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Por alguna razón, en la oficina, la mitad del espacio de trabajo dio por finalizado sus vínculos sexo- afectivos. Se podría decir que coordinamos en la desgracia, un poco a destiempo, ya que a algunas les pasó hace un par de meses y a otras es más reciente: ¿sin darnos cuenta, la filosofía nos tiró unos centros para atravesar lo mejor posible este proceso personal?

Estaba en un casamiento en La Rioja, uno de los asistentes agarró el micrófono y bueno, con unos tragos de más dió - según mi perspectiva- un hermoso discurso de amor - aclaro que yo también estaba en un estado así alegre con sustancias-, en ese momento, me veía con un amorcito, y el riojano dijo: “El amor, mientras dura, es eterno”.  Ahora que lo escribo quizá no fue para tanto, pero en ese momento dije: “sirvánme lo que tomó él. Vivan les novies”.

Pero por diferentes razones, ese vínculo afectivo llegó a su fin. Y con mis compañeras de trabajo, amigas que formamos parte de El Resaltador, empezamos a cranear lo que viene después, eso que sentís y pasas cuando comenzás el duelo post amor. 

Hubo de todos, memes de alces dando consejos, de regreso con exs, de "qué te dije yo, qué te dije yo, y vas y volvés, y vas y volvés”; de “sin rumbo pero hay que seguir”... y bueno, también escuchamos mucho Shakira, Alejandro Sanzs, Karina. Así, pasaron nuestras semanas y meses, hasta hoy.

Si la putivuelta no funciona ¿La filosofía sí?

Los vínculos, los afectos, los sentimientos, las emociones, además del llamado pensamiento racional, no escapan a la reflexión y al diálogo filosóficos, expresó Pablo Ezequiel Sachis, licenciado en esta disciplina. Por ejemplo, se pueden encarar las rupturas, las experiencias dolorosas, el sufrimiento, la muerte como posibilidad inevitable, irreversible, el duelo y diversos procesos emocionales.

Atravesamos como podemos los días después de terminar una relación: explosión de vida social o hermetismo para ver qué está pasando en el cuore, algo así podría resumir mi reciente experiencia. Gracias amigas y amigos por sus consejos, no seguí casi ninguno, pero eran buenos y precisos.

La putivuelta, flores de bach, volverse fit, ver series, leer, juntadas sociales y fiestas, fueron -son- algunas de acciones que llevaron a cabo quienes me rodean cuando pasaron por situaciones similares. Y chistes, ya cuando empezás con los chistes, estás brillando.

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“Los finales, las rupturas dolorosas (casi todas lo son), la muerte, el duelo, no son tópicos accesibles desde la lógica, aunque sí pueden abordarse desde diversas disciplinas científicas (naturales, humanas y sociales), como así también desde expresiones artísticas, religiosas, espirituales y, por supuesto, desde la filosofía; filosofía entendida como un modo de vida (ethos, en griego) acompañada de un pensamiento profundamente analítico y crítico acerca de nosotros mismos, del mundo que habitamos y de la actualidad”, indicó el entrevistado.

A ver, a ver, entonces, si fuiste desde terapias aromáticas hasta el baile de la konga ¿El quehacer filosófico  también juega en ese tiempo post ruptura? 

Y un poco de esto, un poco de aquello, re juega. Para Sachis, consiste en realizar un diagnóstico crítico que, aunque en la mayoría de las ocasiones puede resultar sombrío, intenta abrir horizontes futuros mejores y más justos:

“Pensar el sufrimiento y las rupturas actuales, elaborar el duelo, como suele llamarse, dotar de nombre y sentido a experiencias significativas, es una reflexión de hechos y vivencias del pasado realizado en el presente, intentando dar apertura a un futuro diferente”.

Donde reside el peligro está lo que puede salvarnos

La idea de que algo termina marca el ritmo de la vida misma. Es inevitable. Y está bien que así sea, el desafío reside en cómo pasar estos procesos. Hablando con amigas y amigos, a muchos les dió la depre, pero la de prender ese charuto y dedicarse unos minutos a pensar y bancar las emociones.

El licenciado comentó que la corriente que pensó de manera más elaborada la problemática de la muerte, de la finitud y esto relacionado a su vez con el fin de los vínculos humanos ha sido el existencialismo.

Esta corriente elabora reflexiones sistemáticas muy agudas sobre la fragilidad de la vida, de los vínculos humanos, preguntándose por el sentido de la vida y de la muerte: ¿Quién o quiénes determinan el sentido, los significados, las razones para vivir? ¿Una divinidad, la naturaleza, seres sobrenaturales, el propio humano?.

O sea, quizá parece que acá la nota bajonea un poco, pero sigan, no les voy a defraudar - o sí- parecería que todo concluye en el puro sinsentido y en el absurdo pero… Sachis parafraseando al poeta alemán Hölderlin, me recordó que “allí donde está el peligro reside lo que puede salvarnos”. 

Es decir, que cuando estás pasando por la post ruptura, entrando a zonas emocionales y sentimentales nuevas, no tiene porque ser una tragedia…más en criollo, en el sinsentido podés descubrir las formas para encarar lo que se vive como un final.

“Nosotros mismos tenemos el destino en nuestras manos; nosotros dotamos de sentido y de color a la vida y a la existencia. Como también podemos dotarla de sombras y de oscuridad. Lo mismo sucede con el sentido que le otorgamos a los vínculos, a las relaciones afectivas. Y de acuerdo a ese sentido que nosotros mismos creamos, los procesos dolorosos podrán atravesarse con mayor o menor sabiduría”

Pablo Ezequiel Sachis, licenciado en Filosofía.

Maldita sea ¿de toda experiencia podemos aprender algo?

Si bien, los motivos para tomar distancia de vínculos, de fines, de separación, son infinitos, son situaciones que interpelan nuestras estructuras.

Acá, comparto plenamente la idea de Ezequiel, que no se trata de tapar el sol con la mano, sino de afrontar el dolor, vivenciarlo, apropiárselo, intentar comprender, encarnar el dolor, “tramitarlo”, volverlo palabra y avanzar en una dirección que sea saludable, que aumente la propia potencia vital.

“Luego del dolor, sea por una separación, la muerte de un ser querido, o por la razón que sea, comprender y aprender a vivir mejor o morir en el intento. En definitiva, como dijo un sabio filósofo: el final de una historia no es el fin de la historia; al fin y al cabo, salvo en el caso de la propia muerte, la vida sigue”, concluyó el filósofo.  

La clave está en poder modificarse a uno mismo o misma a partir de las experiencias tristes y dolorosas, pero también de las alegres y felices. En este peligro que es vivir, también está lo que nos salva.

En mi caso, no dejo de pensar qué le diría al riojano del casamiento: Gracias por compartirme tu entusiasmo por el amor o medio que flasheamos por los torrontés que teníamos encima. 

Emilia Urouro

Encargada de la redacción de las notas y de generar contenido para las diferentes plataformas del Resaltador. Feminista, popular y nacional.
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