Paseos Populares: una apuesta de la economía social

Hace un año, el Gobierno municipal había entregado mil identificaciones con el propósito de "dar visibilidad" al sector. Actualmente, este marco de formalidad alcanza a más de 2200 vecinos y vecinas que generan su propio trabajo y atienden 4.088 stands distribuidos en 54 paseos populares. De ese total, el 84% son mujeres, el 15,8 % hombres y el 0,2% trans.

A partir de estas acciones de regularización y registros, hubo avances significativos que impactaron de lleno en la vida de los feriantes.

"Todo este cambio fue para mejor, para mí y mis compañeros, porque nosotros estábamos en un lugar que no tenía las condiciones necesarias. Debíamos pagar para tener un baño, un tablón. Cuando se pudo llegar a un acuerdo con la municipalidad, los feriantes empezamos a tener estructuras, gazebos, baños, todo. Dejamos toda esa precariedad que teníamos y empezamos a tener algo nuestro. El ser reconocido es algo muy importante, trabajamos con ganas, con gusto, sin miedo", explicó a este medio Elizabeth Reynaga, feriante del Paseo Las Heras.

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Además, contó que está en el rubro desde hace 13 años y que le ha pasado "todo lo que se puede pasar", pero a partir de las acciones que formalizaron su trabajo, la situación mejoró para todo el sector: "Ahora voy contenta, y asimismo les inculco a mis compañeros que trabajen bien, en un clima de confort, de alegría, de bienestar. Esto es mi sostén. Ser feriante es lo más lindo que me pudo pasar, y ahora que estoy registrada mucho más".

Organización popular como respuesta al neoliberalismo

La economía popular surge como una estrategia de resistencia ante la crisis económica en distintos países del mundo, principalmente por la falta de empleo. Desde esta porción que queda fuera del sistema, hay millones de personas que inventaron su propio trabajo y que han generado una economía paralela. Un claro ejemplo de esto han sido históricamente los y las feriantes de Córdoba.

Para el Director de Economía Social de la Municipalidad, Augusto Zárate, esa economía popular hoy existe y "no puede ser más invisibilizada, porque genera le trabajo a todas esas personas que no encuentran respuestas desde ningún sector". "Quien niegue esa identidad de trabajadores y trabajadoras, no está comprendiendo la situación que estamos viviendo", sostuvo.

En relación al registro y de la regularización de las ferias populares, Zárate explicó que fue importante conocer quiénes pertenecen a este universo de trabajadores para la generación de políticas públicas. "Si nosotros no conocemos a las personas que trabajan en nuestro país, ¿Cómo vamos a visibilizarlas?", expresó el funcionario. También, destacó los proyectos de financiamiento y capacitación que pudieron destinar a los emprendimientos productivos del sector.

"Este es un primer escalón de reconocimiento para la economía popular como una economía real, que existe. Y esas son las luchas que van dando para ir ganando mayores derechos. Antes, cuando no existía el registro, lo mismo se trabajaba, lo mismo se producía pero nadie sabía. Ahora sabemos que son más de 3200 personas. Esto para nosotros es sumamente importante, no nos da miedo que se reconozcan trabajadores, al contrario: lo reivindicamos. Negarle esa identidad es invisibilizarlas, sacarles sus raíces de lucha".

Complementario a las acciones de la Municipalidad, los y las trabajadoras de la economía popular hoy cuentan con un monotributo social, un régimen tributario optativo que facilita y promueve la incorporación a la economía formal de emprendedores y emprendedoras.

Para la feriante Elizabeth Reynaga, este fue otro gran paso, poder hacer que sus compañeros tengan aportes y obra social, y la accesibilidad a otros derechos laborales que "significan sellar el ser trabajador registrado".

Deudas pendientes

Una situación particular es la que están viviendo los manteros de la ciudad que, si bien están organizados y también forman parte de la economía popular, no quedan incluidos dentro de la dinámica de Paseos Populares que impulsa la Municipalidad.

La diferencia, para las y los manteros, como así también sucede con los vendedores ambulantes, es que tienen que salir a buscar los clientes y vender todos los días. Es, en muchos aspectos, una metodología de trabajo diferente a la de los feriantes que se ajustan a un sistema de días organizados para la producción y para la comercialización.

Según respondió Augusto Zárate, actualmente "hay diálogo pero aún no tienen políticas para ellos". "Le hemos propuesto que vayan a la feria pero no es la solución a su trabajo", dijo el funcionario, y agregó: "Ahí tenemos que poner el ojo, sé que ellos también se están organizando".

En esta nota: Economía Popular