Daniel Callejas, la víctima, confirmó que lo echaron sin motivo del local. También dijo que lo amenazaron y lo golpearon hasta dejarlo inconsciente.
En la Ciudad de Buenos Aires, un joven denunció un ataque homoodiante por parte de la seguridad de un boliche. Concretamente, Daniel Callejas fue echado del boliche, amenazado de muerte y golpeado hasta quedar inconsciente. También le robaron sus pertenencias. Según relató la víctima en sus redes sociales, los agresores le dijeron: “Te vamos a matar puto de mierda”.
Daniel fue expulsado del boliche en Punta Carrasco por su forma de bailar. “Dos personas me agarraron de las muñecas y me sacaron violentamente del VIP. Nunca me invitaron a salir ni me dieron un motivo”, indicó la víctima. “Es horrible salir a la calle pensando que te pueden matar, queremos salir a la calle sin miedo”, añadió. El joven fue llevado hasta la calle por la seguridad, y allí llegaron dos personas más que lo golpearon hasta dejarlo inconsciente en el suelo.
Tras lo sucedido, solicitaron una ambulancia para asistir a Daniel y se las negaron. “Me trataron de loco y me ignoraron”, apuntó la víctima. El joven no sufrió heridas graves, pero su cara quedó muy lastimada tras los golpes. “No sé ni que me hicieron, pensé que iban a matarme”, concluyó.
“Habló con miedo, pero hablo; porque muchas personas de mi comunidad por actos homofóbicos y de violencia no están entre nosotros. Y por eso siento la responsabilidad de no quedarme callado”, dijo Daniel en un video que publicó en sus redes sociales.
Por bailar muy "mariconamente" en Punta Carrasco el lunes, dos hombres de seguridad sacaron del lugar a Daniel Callejas y lo molieron a golpes al grito de "Te vamos a matar puto de mierda".
— Franco Torchia (@francotorchia_) February 1, 2022
Fragmento del video grabado por Daniel: pic.twitter.com/wQZAEtOX8j
Profundizando sobre los hechos, se supo que en el medio de la mencionada fiesta dos patovicas sin mediar palabra echaron a Daniel del vip en donde estaba. Fue por las quejas de otros clientes que se quejaban por su forma de bailar. Una vez afuera, Callejas les reclamó que lo dejaran entrar o comunicarse con alguien para recuperar sus pertenencias, pero se lo negaron: “Me agarraron de las muñecas y me sacaron violentamente”, relató.
“No me hicieron caso, me trataron de loco, le pedí de mil maneras que me dejen entrar por mis documentos”, agregó. En ese momento, dijo que empezó a ver cómo algunas personas se le acercaban con comentarios contra su sexualidad.
Cuando despertó, se encontró entre los autos que estaban afuera del predio, con la cabeza ensangrentada y sin tener noción de que había sucedido. “Caminé unos metros hasta donde estaban estas personas de seguridad, les pedí ayuda, asistencia médica porque están obligados a tener un médico allí. No me ofrecieron asistencia, ni llamaron a la ambulancia. Me ignoraron y me trataron de loco”, remarcó.
En ese momento, una chica que salía del lugar fue quien le brindó asistencia. Ella volvió a ingresar, contactó a una amiga de la víctima que salió para llevarlo a un hospital. “Necesito que se tomen las medidas correspondientes no sólo con este ataque. Porque la violencia que vivimos las personas de la colectividad LGTBIQ es sistémica, está en todos lados. No es la primera vez que me pasa”, aseveró. “No me quiero quedar callado. Es una posibilidad constante de peligro en cualquier lugar en el que te encuentres. Basta de violencia, basta de homofobia”, finalizó.
No es la primera vez que pasa
Semanas atrás, otro joven también denunció un ataque en Mandarine. Relató que alrededor de las 4 de la mañana, «por la acumulación de gente que había», el joven sintió que comenzaba a faltarle el aire. En ese momento, le pidió a sus amigos que lo acompañaran al baño, «que se encontraba en la parte de atrás de la zona VIP del lugar».
Sus compañeros, luego de ver que se encontraba mejor y asistirlo con una botella de agua, volvieron al sector del escenario, donde tocaba el DJ. «Yo les dije que iba al baño y después regresaba pero al salir del baño comenzó la peor noche de mi vida», lamentó.
Fue entonces que «una persona de seguridad del evento me dijo que me tenía que ir. Yo me rehúso y le pregunto por qué y automáticamente se acercan cuatro hombres más de seguridad y estos animales comenzaron a prepotearme y a empujarme», denunció.
«Con el cinto me ataron los pies y con precintos me ataron ambas manos. Sin poder defenderme, me empezaron a golpear en el piso hasta dejarme casi inconciente», detalló.