Post entrevista no la seleccionaron para un puesto. Ella sabía que el problema no era su inglés… preguntó los motivos y la reclutadora respondió: «Honestamente, necesitás bajar de peso”.
Josefina Macchi, tripulante de cabina, publicó un testimonio en Twitter denunciando que fue discriminada cuando se presentó a una entrevista con Emirates Airlines. Sus declaraciones se viralizaron.
«Había que hablar en inglés con tu compañera. Ella tenía errores muy usuales. TODO es en inglés, pero por suerte eso no me representó un problema», contó la joven sobre el proceso de selección.
Aún así, cuando comunicaron a las profesionales seleccionadas para pasar a otra instancia de la entrevista, ella no estaba entre las candidatas. Al notar que su compañera, que tenía dificultades con el inglés había pasado, quiso saber en que había fallado, para prepararse mejor para futuras búsquedas laborales.
En sus redes sociales relató una secuencia que tuvo con la reclutadora: «Sabía que mi problema no fue el inglés. Me acerco y le pregunto ‘¿Qué puedo hacer para mejorar en la siguiente búsqueda?’ Ahí me contesta: ‘Honestamente, necesitás bajar de peso (…) Ah, y no comentes que te dije esto porque no habla bien de la empresa'».
Este testimonio, como mencionamos al inicio de la nota, refleja la persistencia del gordoodio en diferentes sectores de la sociedad, en este caso, de parte de una aorolínea internacional.
Es notable – si seguimos este ejemplos, y miles similares que respondieron al hilo de twitter de Josefina- el rechazo que esta sociedad tiene hacia los cuerpos que no son los “hegemónicos”, los «ideales”, según parámetros patriarcales.
La reclutadora le dijo que necesitaba bajar de peso, sus capacidades profesionales pasaron lejos de esa mirada, prevalicó el rechazo hacia la gordura, según una mirada estigmatizante.
Sobre las mujeres pesan más los estereotipos de la belleza y de lo estético. Desde muy temprana edad, se consume a través de publicidades, series y películas que la delgadez mejora la calidad de vida en todos los aspectos, no solo por una cuestión de salud sino también por una cuestión de belleza.
Esas ideas hay que contrarrestar, esa opresión machista sobre los cuerpos de las femeneidades, esas mirada que hacen que no se consigan trabajos, que impiden ingresar a boliches, que vulneran las sensibildiades dentro de la diversidad corporal.
