La increíble fuga de la cárcel de mujeres del Buen Pastor
El 24 de mayo de 1975 a las ocho de la noche, comenzaba el operativo de fuga carcelario más grande de la historia cordobesa. La noche del 24 mayo de 1975 marcó un hito en la historia de la ciudad. 26 presas políticas se fugaron de la cárcel del Buen Pastor, ubicada en el barrio […]
Por Agustina Bortolon | 10/14/2021
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El 24 de mayo de 1975 a las ocho de la noche, comenzaba el operativo de fuga carcelario más grande de la historia cordobesa.
La noche del 24 mayo de 1975 marcó un hito en la historia de la ciudad. 26 presas políticas se fugaron de la cárcel del Buen Pastor, ubicada en el barrio de Nueva Córdoba. Esta cárcel era el puente entre otros centros clandestinos que funcionaron desde 1975 hasta comienzos de la década del 1980.
Un poco de historia...
En el año 1974, Córdoba había sido intervenida policialmente. En ese entonces, la provincia se caracterizaba a nivel nacional por tener una gran actividad política, sindical, estudiantil y popular. El golpe provincial fue el precedente de la represión política aplicada en todo el país desde el 24 de marzo de 1976, guardando muchas coincidencias en los métodos utilizados.
Durante ese tiempo, ya había secuestros, centros clandestinos de detención, desapariciones y ejecuciones. Por más de cien años, el Buen Pastor funcionó como cárcel y centro correccional de mujeres. Las monjas de la orden Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor estaban a cargo del lugar, junto con el servicio penitenciario.
Por esta cárcel pasaron presas políticas en los años anteriores y durante el golpe militar del 1976. Aquí llevaban a las mujeres secuestradas de otros centros clandestinos, como el Departamento N° 2 de Informaciones de la Policía de la Provincia de Córdoba, conocido popularmente como "la D2".
A pesar del convulsionado ambiente político, la noche del sábado del 24 de mayo de 1975, decenas de personas circulaban por el centro cordobés. En la puerta de la Iglesia del Sagrado Corazón (Los Capuchinos), ubicada frente a la cárcel, una multitud esperaba la salida de una pareja de novios recién casados.
En simultáneo, en la cárcel del Buen Pastor, 26 mujeres esperaban en grupos que dieran las ocho en punto de la noche, para comenzar a protagonizar la mayor fuga carcelaria de mujeres de la historia argentina.
Por cuestiones de seguridad, la planificación de la fuga se hizo en absoluto secreto. Hasta las cuatro de la mañana del mismo día de la fuga, solo cuatro de las detenidas estaban al tanto de lo que estaba a punto de suceder. Estas personas a cargo habían planeado todo; por ejemplo, que se lavaran las sábanas al mediodía para colgarlas en las sogas del patio, y así lograr que los penitenciarios que hacían guardia desde los techos no las vieran cuando pasaran desde el comedor hacia la cocina a la hora de la fuga.
El punto de encuentro era justamente la cocina. La idea era saltar por la ventana hacia la calle Buenos Aires, donde las iban a estar esperando. Eran aproximadamente las ocho de la noche cuando, por un lado, en Los Capuchinos, este grupo de personas celebraba el casamiento, y por el otro lado, diferentes grupos ubicados en puntos estratégicos del centro cordobés cortaron calles, hicieron explotar bombas de estruendo, incendiaron un colectivo y sacaron banderas por las ventanas de algunos edificios.
Todos estos movimientos sirvieron para distraer la atención y lograr que los policías se demoraran en llegar al lugar. El interventor de la provincia de Córdoba, brigadier Raúl Lacabanne, salía de la Catedral donde había participado del Tedeum anticipado por los festejos del 25 de Mayo. Para alcanzar la ventana por donde se iban a escapar, las mujeres colocaron en la mesada de la cocina una puerta de madera y un banquito encima.
El arranque de la reja no fue fácil; para lograrlo usaron un camión desde afuera y engancharon los guinches, tirando de la ventana hasta sacarla. En ese momento se escuchó una explosión, que pasó desapercibida por los movimientos distractores de alrededor. Fue en ese preciso instante que las detenidas empezaron a saltar por ese boquete hacia la caja del camión que las esperaba. Las militantes, luego de fugarse, se repartieron en diferentes casas operativas, para resguardarse. Desde ahí se prepararon para una clandestinidad total, que implicó desde documentación falsa hasta cambios en la apariencia física.
En la fuga del Buen Pastor estuvieron involucradas más de 200 personas de diferentes organizaciones, pero estuvo dirigida principalmente por el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).
Poco después de las 8 de la noche, después del tedeum, el brigadier Lacabanne estaba pronunciando su discurso en un acto oficial que se realizaba en el Teatro Rivera Indarte. "La subversión está totalmente aniquilada en Córdoba", dijo, por supuesto sin saber que era una frase desafortunada: a pocas cuadras se escapaban las 26 mujeres.
Esta época estuvo marcada por fugas de este tipo en distintos lugares de Latinoamérica. Solo algunos años antes, en Uruguay, los Tupamaros de la cárcel de Punta Carretas lograron la fuga de 111 presos a través de un túnel en el operativo “Abuso” liderado por el “Pepe” Mujica, Raúl Sendic y Eleuterio Fernández Huidobro, el 6 de septiembre de 1971.
También en Montevideo el 30 de julio de ese mismo año, 38 mujeres se fugaron en el llamado Operativo Estrella del penal de Cabildo. Y al año siguiente, en la tarde del 15 de agosto de 1972 había ocurrido la histórica fuga de Trelew, en la Patagonia Argentina.
Del total de mujeres que se fugaron del Buen Pastor, muchas debieron partir al exilio. Otras fueron detenidas nuevamente. Nueve de ellas fueron asesinadas y desaparecidas. Durante los primeros años de la década del 2000, el lugar fue demolido conservando algunas partes, para luego transformarse en un complejo cultural, gastronómico y recreativo inaugurado en 2007. Donde hoy están las aguas danzantes del Paseo se encontraban las celdas de castigo.
