Entrevistamos a Gastón Mori y Rodo Ramos, protagonistas de la obra multipremiada en la Provincia y en el país. «La gente viene y llora, y llorar es un acto muy íntimo, acá de repente sucede», explicitaron.
El Cuenco Producciones presenta una obra que late en el corazón de Alta Córdoba todos los fines de semana: “La Casa de los Caballos”. Está bajo la dirección de Gastón Mori, la dramaturgia y actuación de Rodo Ramos, y se construye desde la colectividad y la circunstancia.
La Casa de los Caballos se presenta en la sala desde septiembre del año 2021 de manera constante. Reina en el salón y lo que pareciera una pequeña sala cuando se la ve desarmada, se expande y se torna muy gigante ante la puesta de la obra. Rodo le pone el cuerpo al personaje que narra un recuerdo impreso profundamente, como si lo leyera todas las noches, como de esos recuerdos que parece que hubieran sido ayer.
El Resaltador pudo charlar con Rodo y Gastón. Nos contaron sobre la gestación de la obra:
“Rodo vino un día y me dijo – escribí esto – le dije bueno, hagámosla. Yo no le modifiqué nada al texto absolutamente y quedó tal cual. Nos pusimos a trabajar en plena pandemia, estamos muy encerrados y fue un salvavidas, éramos una sola burbuja y podíamos venir al teatro a producir, hasta que empezaron a aparecer subsidios y con eso la presión de hacerla si o si. Fue una especie de internación armar la escenografía, por la complejidad”.
Un pequeño encuentra unos zapatos a la orilla del mar, se los lleva a su casa y empieza un historia de reconocimiento y fantasía que incluye una historia familiar y una tragedia que lo va a acompañar toda la vida. Es una historia sobre esas situaciones que nos ponen al frente de nuestro inminente futuro y de las que no hay forma de volver atrás.
Sobre la referencia de las obras y el proceso de escritura, Rodo señaló:
“La casa de los caballos tiene cosas mías, chistes de nuestro universo, pero es pura ficción. Nosotros concebimos el teatro trabajando con lo que tenemos de nuestro en escena, no creamos personajes con cosas de afuera sino que ponemos el cuerpo a disposición del personaje”.
Lo que parece ser un unipersonal con un texto recontra potente se ve teñido del acompañamiento ante una iluminación a la que Rodrigo Brunelli sabe darle vida propia. Junto con la puesta escenográfica, un paisaje de tormenta dinámico (a veces es una casa, otras la orilla del mar, y otras el rincón de una habitación) marcan la emocionalidad de la obra de principio a fin. En este sentido, les preguntamos a los chicos sobre los procesos que nacen y se producen en la colectividad:
Gaston resaltó: “Yo vengo de una formación muy colectiva, de procesos que nacen entre todos y de golpe se van acomodando los roles. Hay un punto en que la última palabra la tiene cada rol porque sino son discusiones que se tornan eternas. Como director puedo hablar desde mi punto de vista, que busco que sea el del espectador y que quiero saber hacia dónde llevar la obra. Las producciones colectivas no desplazan el trabajo en roles sino el poder que está ligado al trabajo piramidal”.
Rodo agregó: “partimos de la base, al ser pareja y compartir otras cosas, de que si esto no era un proceso amoroso no nos interesaba hacerlo. Esa fue la premisa: esto tiene que ser amoroso”.
Sobre el proceso de la obra, nos cuentan que aunque hay siempre un proceso inacabado por que las personas van cambiando y los públicos se van renovando, “La Casa de Los Caballos” se mantiene sólida y bastante ligada a su estructura. Principalmente, por la profundidad de la historia y por la cual, hacer cualquier movimiento puede implicar un gran cambio.
El proceso fue abierto, invitaron a gente a los ensayos que pudiera dar sus puntos de vida y pudieran aportar. Ahí registraron la emoción en sus colegas.
“Con el público pasó lo mismo, la gente se emociona, porque es lo que nos pasa a todos. La obra habla sobre los duelos y sobre todo el duelo de una heterosexualidad impuesta. Y todos perdimos, duelamos y transicionamos algo, la gente viene y llora, y llorar es un acto muy íntimo, acá de repente sucede. El teatro tiene que ser eso, estamos respirando el mismo aire y está buenísimo que suceda”, explicaron.
Pensando en la posibilidad de mover la obra de gira por distintos lugares nos comentaron que la estructura escenográfica fue pensada para el lugar donde está y aunque pareciera que presenta cierta independencia de la sala, lo que lo haría posible, implicaría también ceder muchas y los recursos necesarios para eso
“Giras bienvenidas sean todas las que se puedan hacer, el tema es que en eso si necesitas un apoyo del INT (Instituto Nacional de Teatro) si o si para salir porque mover aunque parezca poco, a cuatro persona, es mucho recurso. Hay muchos festivales pero el financiamiento para asistir es difícil” agregan.
Te puede interesar: A 50 años de la Masacre de Trelew, la FAUD hará un acto
Actualmente en Córdoba hay aproximadamente 50 salas de teatro y abundan las propuestas. Sobre la actualidad del teatro en Córdoba, Gastón nos dice: “Está explotado, la pandemia fue una vuelta a la salas de la gente que fue impresionante. Se mantuvo esa necesidad de salir de las primeras etapas, donde con protocolos y todo la gente venía igual, y hoy las salas están llenas de gente”.
“Lo que también está pasando con el teatro es que le estamos dando mas bola a la producción como producción, estamos invirtiendo en distintos roles como prensa, fotografía y gente especializada en distintas tareas”, agrega Rodo.
La obra fue ganadora de la beca de creación 2021 del Fondo Nacional de las Artes. Cuenta con apoyo del Instituto Nacional del Teatro y del fondo estímulo a la actividad teatral cordobesa. Salió ganadora de los Premios Provincial de Teatro Siripo 2022 a: mejor obra, mejor actuación y mejor dramaturgia.
Va a seguir en escena durante el último finde de agosto: el 26 y 27. Las entradas se pueden comprar por la plataforma antesala.com