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Inundación en Sierras Chicas: “Eran pibas y pibes quienes se arremangaron para ayudar”

Flashback. Corre el año 2015, es domingo 15 de febrero, llega una tormenta… mirás al cielo gris sin imaginar lo que sucederá en las próximas horas. Eso vivieron miles de personas de las Sierras Chicas hace 8 años. Una inundación sin precedentes azotó la tierra: ¿Qué dejó en las juventudes de aquel momento? Producción Lupe […]

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Flashback. Corre el año 2015, es domingo 15 de febrero, llega una tormenta… mirás al cielo gris sin imaginar lo que sucederá en las próximas horas. Eso vivieron miles de personas de las Sierras Chicas hace 8 años. Una inundación sin precedentes azotó la tierra: ¿Qué dejó en las juventudes de aquel momento?

Luana Chara (22) y Fermín Chara (18). Año 2023.

Producción Lupe Fernández; Redacción Emi Urouro

Agua turbia, sucia, potente, el desborde de los ríos afectó a las localidades de Villa Allende, Mendiolaza, Unquillo, Río Ceballos y Salsipuedes.

El Resaltador fue a Unquillo, y habló con los hermanos Fermín Chara (18) y Luana Chara (22), para contar cómo esta catástrofe climática atravesó a las juventudes del cordón de Sierras Chicas… vivían a metros de la plaza Belgrano.

Familia Chara. Año 2015. foto:Marca(s) de Agua.

Dos hermanos en la inundación: entre el miedo a morir y el rol de ayudar

Con el correr del tiempo algunos recuerdos se diluyen en aguas turbias, pero las emociones se potencian y resignifican en Fermín y Luana.

15 de febrero 2015, los hermanos Chara están en su casa - la del patio grande- con sus padres. Desde la madrugada llueve, pero les parece que es normal… no hay alarma a pesar de vivir a metros de la Plaza Belgrano, a una cuadra del río.

Esa mañana, la de hace 8 años, Fermín estaba en su mundo, tirado en la cama googleando ideas de cómo festejar su cumpleaños -22 de febrero-, porque tenía una idea de hacerlo con temática de campamento.

La lluvia no paraba, el joven recuerda que sus papás estaban intentando sacar el agua que entraba por la puerta principal, en la puerta de entrada había un par de escalones antes de ingresar, esa elevación de la casa ya los había salvado en una inundación en el 2011 - Fermín jugaba con barquitos de papel en la entrada de su casa- ... pero el 15F el escenario cambió.

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Un agua turbia, negra, comenzó a ingresar dentro de su hogar a partir de las 10:30, Fermín nos lleva a ese día: “El agua no paró de subir y cuando me llegó más o menos a las canillas de los pies, mis papás me mandaron junto a mi hermana al techo, luego subió mi papá. Mi mamá quedó abajo. Yo pensé que nos íbamos a morir. Esa fue la primera vez que pensé realmente en la muerte”.

Luana, la mayor, también nos relata aquel día, pero un poco diferente al recuerdo de Fermín. Pasaron 3 horas entre el piso del techo de la que era su casa y el techo, propiamente dicho, a dos aguas: estaba el tanque de agua, había muchas palomas y muy poca luz.

“Los adultos trataban de contener la situación, pero ya era totalmente imposible. Mi mamá se la pasaba viendo si venían nuestros vecinos que eran bomberos y tratando de comunicarse con nuestro tío”

Luana, recuerdo de la catástrofe. 

El ruido del agua era ensordecedor. A las 15:00 descendieron del entrepiso. El agua ya había bajado pero la casa estaba totalmente tapizada de barro. La adolescente no podía registrar qué cosas estaban mojadas o se podían salvar, lo que le impactaba era el barro en todos lados.

Debían salir de su casa, arrasada por la fuerza indomable de la naturaleza. La madre de los hermanos Chara, Emilia, armó un bolso y pudieron salir por un costado del patio, por una medianera que había derribado el agua.

“La destrucción que veía era muy fuerte. Recuerdo a mi vecina en estado de shock, asustada, llorando porque su marido había ido a buscar el auto pero no regresaba. Las casas estaban destruídas (...)Yo personalmente no recuerdo haber sentido miedo en ese momento, creo que estaba cómo autómata, evadiendo un poco la emocionalidad y colaborando en todo lo que me pedían”, cuenta Luana.

El agua que todo lo cambio

Su familia perdió todo. Debieron mudarse. Para Fermín ese fue un momento de descubrir muchas cosas, como de madurez impuesta por la situación: desde que su casa era alquilada, que sus vecinos eran bomberos y ponían en riesgo sus vidas para auxiliar a otras personas, y la red de asistencia vecinal que se puso totalmente en manifiesto.

“Cuando terminó la tormenta en mi cabeza pensé: ‘Bueno, ya está. Se acabó el problema y volvemos a la realidad de la que estaba acostumbrado’. Nada de eso sucedió. El riesgo inminente de morir estaba latente por pisar un cable electrificado o que se hunda el piso de la que era mi casa. El agua cambió todo”

Fermín
Unquillo post inundación. foto:Marca(s) de Agua.

Luana atravesó la inundación con muchas emociones, contradictorias, profundas. Regresó a la que había sido su casa 3 o 4 días después de la inundación: “eso no parecía mi casa, estaba repleta de personas que yo no conocía tocando todas nuestras cosas, limpiando y decidiendo qué cosas se tiraban, qué cosas se limpiaban o servían. No eran bomberos, era gente ´random´ que había ido a ayudar, muchísimos no eran de la zona y lo sentí al principio como muy intrusivo, algunos se sacaban fotos para registrar lo que estaban haciendo pero la realidad es que esa era mi casa”...

Pero luego, cuando se pasó su enojo, entendió que ese grupo humano estaba haciendo las cosas con buena disposición, y que ese ejército de voluntarios de limpieza se reproducía en cada casa que había sufrido el paso del agua.

“Después de la inundación empecé a pensar en qué cosas tenía que resguardar más en caso de alguna catástrofe. Recuerdo que ese invierno del 2015 empecé a tener pensamientos recurrentes donde al escuchar el crepitar de la leña en la salamandra, pensaba que si una chispa saltaba y prendía fuego la casa, yo tenía en claro dónde estaba lo que era importante”, expresó la joven.

Volver a clases: ¿Se quiso evadir al "elefante" en la habitación?

En marzo, Fermín volvió al colegio, hace ocho años retomó 5º grado. Hoy enfatiza que nadie hablaba de eso - las inundaciones y sus consecuencias-, era un tema que no tocaban ni los adultos ni los profesores.

“En ese momento no éramos parte de la discusión, y hoy tampoco me siento parte. A mí y a mis amigos no nos pasó nada. Pasaron tantos años, y a la vez pocos, pero no tengo mi atención puesta en eso. Cuando tomé conciencia de la cantidad de personas que perdieron la vida, cuando lo ví en la tele, ahí dimensioné que habíamos tenido mucha suerte”, cuenta el entrevistado.

Dato: Fermín no recuerda que antes de las inundaciones hayan hablado en la escuela de ecología, el vínculo entre la tala de bosque nativo con las inundaciones… tampoco se habló después del 15F.

Luana empezó a militar en el centro de estudiantes y dentro de la red de centros de estudiantes de Sierras Chicas después de las inundaciones. Hasta ese momento, pensaba que las inundaciones en Unquillo habían sido hechos aislados, porque cuando volvió a clases nadie sacaba el tema, lo ponía en tensión, en debate:

“Se hacía la categorización entre inundado y no inundado; yo no me sentía víctima de las inundaciones pero quería hablar de lo que había pasado, porque me iba enterando de a poco que no sólo había pasado en Unquillo y Río Ceballos, sino en todo el corredor, pero nadie hablaba de eso”.

Fermín, año 2015. foto:Marca(s) de Agua.

¿Cuándo intentó cambiar ese silencio? En diciembre del 2015 se organizó el "Foro de jóvenes", una actividad de discusión y puesta en común entre distintos temas con los estudiantes desde 4º año; uno de las temáticas era ambiente y la joven propuso tratar la temática de las inundaciones.

“Era una paradoja total, porque en frente al colegio se construyó el barrio de ‘los inundados’, Bº Loza, y nosotros veíamos a diario cómo las casas se iban construyendo y habitando; pero nadie lo hablaba dentro de las aulas”, enfatizó.

La potencia transformadora de la juventud

Se estima que en 15 horas cayeron unos 250 milímetros: la crecida destruyó 250 viviendas y otras 2200 necesitaron reparaciones… ocho personas murieron.

Luana sostiene que fueron los jóvenes del corredor de Sierras Chicas y de Córdoba quienes se pusieron a la tarea de limpiar, de ayudar: “Sean de la iglesia, sean scouts, sean de La Cámpora, eran pibas y pibes que se arremangaron para ayudar”.

A partir de esa experiencia, pudo darse cuenta de las cosas que se le reconocen y de las que se les niega a "las juventudes". Ellos son los que tienen la capacidad física de cruzar un río cuando se desmorona un puente y la calidad emocional para empatizar con un otro u otra.

Otra cosa que considera que cambió para bien es la importancia que tiene la ecología y la sustentabilidad dentro del proyecto de sociedad que se discute actualmente.

“Las inundaciones no se llevaron sólamente nuestras pertenencias y memorias, sino que también el agua arrastró plazas y espacios verdes que eran parte de nuestra ciudad e idiosincrasia que nunca más volvieron a ponerse en valor. Quedaron como perpetuo registro de lo que hubo ahí y no volverá”.

El valor de las juventudes debe dejarse de ver como un “tema” o “hecho para el futuro”, tiene que potenciar para que las personas jóvenes sean protagonistas de las historias, cambios y el dinamismo fructífero que ofrece la población, porque son una realidad viva de transformación y cambio. 

No es ver a las personas adultas o jóvenes como adversarias, es saber construir, promover y gestionar relaciones horizontales donde se pueda aprender de ambas partes de las poblaciones, incluyendo la niñez, adultez y adultez mayor, un diálogo continuo por buscar una sociedad justa para todas las personas.

Cuando se propicia este enfoque de juventudes logramos puntos de partida para mejorar los sistemas de salud, educación y economía, producimos oportunidades laborales y nos comprometemos a disminuir las desigualdades, que en la mayoría de los casos no permiten que muchos liderazgos jóvenes puedan tener el protagonismo necesario en la nueva era del cambio. Las juventudes podemos incidir, cambiar y decidir, el momento es hoy.

Emilia Urouro

Encargada de la redacción de las notas y de generar contenido para las diferentes plataformas del Resaltador. Feminista, popular y nacional.
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