Trabajadoras de distintas áreas de la institución presentaron un reclamo a la secretaria de la Mujer de Córdoba, Claudia Martínez, para que resuelva la continuidad las trabajadoras, que no tienen puestos permanentes, ni garantizada su fuente laboral.
Una vez más, las trabajadoras del Polo Integral de la Mujer se encuentran en situación de incertidumbre porque podrían perder sus puestos de trabajo a partir del 1º de octubre.
En esa fecha finaliza la residencia de la primera Cohorte de la Formación en Violencia Familiar y de Género, y desde la institución no han informado si habrá renovaciones, contrataciones o de qué manera se cubrirán los puestos de trabajo.
Por este, y otros motivos, enviaron una carta a la secretaria de la Mujer, Claudia Martínez.
En la solicitada, pedían a la funcionaria que brinde información sobre los derechos laborales como vacaciones, salario, duración del período de residencia, convenio y otros puntos relevantes.
Las profesionales residentes del Polo de la Mujer se rigen con base en la Residencia Interdisciplinaria en Salud Mental (RISAM), cuya duración es de tres años. Por este motivo, preocupa la continuidad de las fuentes de trabajo porque no se ha notificado a las trabajadoras si en el mes de octubre finalizan las relaciones laborales o cuáles serán condiciones de contratación.
La crítica situación está repercutiendo en la salud de las trabajadoras, que ahora ven peligrar sus fuentes de trabajo.
Durante los meses de junio y julio sufrieron un descuento de $25.000 en sus salarios ya precarizados.
La beca percibida por las profesionales residentes del Polo de la Mujer es menor al 50% de lo que perciben el resto de los residentes de salud de otras instituciones polivalentes que están cobrando aproximadamente $1.200.000.
El monto percibido, que en junio fue de $500.000, se encuentra muy por debajo de lo que objetivamente se puede considerar un salario digno y acorde a servicios prestados por profesionales calificados, que realizan tareas en un área tan sensible como la de violencia de género.
En la institución, hay trabajadoras las 24 horas del día a través de la Brigada de Protección a la Mujer y equipos técnicos interdisciplinarios.
A raíz de esta coyuntura, las trabajadoras denuncian que hay un hostigamiento más profundo, solicitándole al personal que realice tareas que no le corresponde. Además, indican que les piden reportes diarios de sus actuaciones en diversos formatos, pidiéndoles justificar “números” a profesionales que trabajan en una temática tan agobiante como la violencia en sus diversas manifestaciones.
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Exigencias
En la carta emitida a Claudia Martínez, las trabajadoras del Polo de la Mujer piden que se revisen los montos de las becas de las residencias y se equiparen a lo que cobran profesionales de otras instituciones de acuerdo a lo estipulado en el artículo 10 del reglamento de las Residencias en Salud/ Resolución ministerial Nro. 0876/2017 y su modificatorio Nro. 0897/2019 inciso a.
A su vez, exigen que se informe sobre la situación de las residencias que culminan en octubre. Preocupa que el Gobierno provincial replique las políticas de ajuste del Gobierno nacional, recortando presupuesto, lo que implicaría no solo la pérdida de las fuentes de trabajo, sino el vaciamiento de una institución imprescindible para la sociedad cordobesa.
Por último, concluyen que, si desde la actual gestión de Gobierno provincial se encuentran comprometidos realmente en la lucha contra las violencias hacia las mujeres, no puede seguir mirando al costado respecto a la actual situación de riesgo psicosocial de sus trabajadores.
Una vez más, cabe realizarse la pregunta, ¿quién cuida a quienes nos cuidan?
