Transitamos una de las semanas más calurosas del año. Y está situación me llevó a indagar sobre una de las prendas más icónicas y controversiales: la bikini.

Por Sol Cortez
Como ya lo he mencionado en otras columnas, la vestimenta es un medio de expresión pero también un instrumento con el cuál la cultura de la moda mainstring ejerce violencia simbólica.
En la industria de la moda son casi inexistentes los cuerpos disidentes y no hegemónicos. Las pasarelas, escaparates y publicidades muestran cuerpos irreales. Con el afán que frente a ese deseo aspiracional de convertirnos en eso que nos venden nos sometamos a un consumo alienante y opresivo.
Impulso feminista
La bikini como hoy la conocemos originalmente se inició por el uso de los pantalones bloomer. Estas especies de babuchas, fueron pensadas y diseñadas por la sufragista Amelia Bloomer en 1850. Quién en su afán de aportar comodidad a las tareas de la vida cotidiana de las mujeres pensó en estas particulares piezas.

En poco tiempo las sufragistas comenzaron a usarlas y aunque no fueron bien recibidas para la sociedad de la época, se implementaron para las actividades deportivas como ciclismo, cabalgatas, tenis y natación.
Con este impulso feminista los bloomer junto a chaquetas de lino o algodón fueron los bañadores por excelencia, tanto para hombres como para mujeres. El objetivo no era solo taparse el cuerpo por el pudor, sino también para conservar el color blanco en la piel que implicaba un sinónimo de estatus y poder para la incipiente burguesía.
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No será hasta principios del siglo XX que la nadadora Annette Kellerman diseñe un traje de baño bien ajustado que acortaba las mangas y piernas, muy similar a los diseños actuales de mallas enterizas. Lo que buscaba la atleta era poder moverse con más ligereza y comodidad en su práctica.

La guerra antesala de la bikini
Sin embargo fue la Segunda Guerra Mundial la que permitió que se desarrollará el traje de baño en dos piezas. La realidad es que para que un traje se sostenga en dos partes separadas y que las mismas puedan ser pequeñas, es necesario que el tejido sea elástico.
Dos materiales que se utilizaron para desarrollar armamento militar se aplicaron en textil: el elastano y el nylon. Convirtiéndose en la antesala de la invención de la bikini.
La combinación de un tejido elástico(elastano) y otro de fácil secado y liviano(nylon). Permitieron el primer prototipo que fabricó Jacques Heim, si bien era de dos piezas, no dejaba ver el ombligo. Ya que para 1946 era un escándalo si una mujer lo mostraba.
El diseñador a tono con su obra, pensó en llamarla Átomo, porque por primera vez una mujer se mostraba en un traje de baño tan pequeño. En el mismo año Louis Réard, presentó el diseño final de la Bikini, el cúal es idéntico al modelo de triángulos que se atan con tiras y si dejaba ver el ombligo. La primera en modelarlo fue la actriz y bailarina Michelle Bernardini, luego de esto se volvió un éxito.
Por el origen del nombre, la historia supone que fue escogido por el diseñador, estableciendo una analogía entre lo explosivo que sería la salida de este conjunto; y la Isla Bikini en el Océano Pácifico donde se detonaron bombas de práctica luego de que finalice la Segunda Guerra y a comienzos de la Guerra Fría entre la URSS y Estados Unidos.

La llegada a Argentina
En nuestro país los bañadores se comienzan a usar a fines de 1800 y progresivamente se van acortando las piernas y brazos, tanto para hombres como para mujeres. De hecho existió un reglamento para poder bañarse en las playas argentinas.
Que es el siguiente:
El primer Reglamento de Baños de Mar del Plata de 1888, redactado por el subprefecto Hilario Rubio Medina.
Artículo 1: Es prohibido bañarse desnudo.
Artículo 2: El traje de baño reglamentario es todo aquel que cubra desde el cuello hasta las rodillas.
Artículo 3: En las tres playas conocidas por del Puerto, de la Iglesia y de la Gruta, no podrán bañarse los hombres mezclados con las señoras, a no ser que tuvieran familia o lo hicieran acompañados de ellas playas conocidas por del Puerto, de la Iglesia y de la Gruta, no podrán bañarse los hombres mezclados con las señoras, a no ser que tuvieran familia o lo hicieran acompañados de ellas.
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Fue recién en la década del 60 que la bikini irrumpió en las playas y natatorios de Argentina. La primera en lucir una (o por lo menos que haya registro de ello), fue la escritora Marta Lynch. Lo llevaba para 1959 en el Jockey Club y según se cuenta fue adquirido en Capri.
Como vemos los surgimientos o adopción de ciertas prendas que se vuelven icónicas, está íntimamente relacionado a momentos históricos y políticos. Las condiciones se reúnen para dar lugar a expresiones culturales a través de la vestimenta.
La bikini surge por la combinación del avance técnico, el cambio de hábitos en un mundo que buscaba ocio y diversión luego de años dramáticos de guerra. Como también por la demanda de años de las mujeres en disputar ese espacio liberador y disfrute.
Actualmente la forma del traje de baño ha ido cambiando, según las tendencias que se imponen. Y aunque muchas veces se siente muy placentero nadar y andar con tan poca ropa; la mirada del otre y las reglas absurdas que impone un sistema binario, discrimina cuerpos que no son los hegemónicos y los cuestiona por el uso de esta prenda.
Hace unos años en la costa Argentina, fueron filmadas y expulsadas mujeres que decidieron mostrar sus pezones. Vemos cómo las redes censuran los cuerpos disidentes y no permiten que se difundan este tipo de imágenes. Cuántas veces decimos u oímos que no podemos usar bikini por la forma de nuestro cuerpo. Incluso hace unos días Moria Casán y la hija bebe de Isabel Macedo fueron víctimas de ataques de odio en las redes por el simple hecho de estar disfrutando su cuerpo en la playa.
Mientras escribo esto, estoy en bikini y espero que ustedes leyendo también estén de la misma forma. Porque vestir como queremos y hacerlo como nos plazca se convierta de un acto de rebeldía a una forma natural de placer.