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Europa prohibirá el uso del pesticida Clorpirifós

El Clorpirifós es un agroquímico más nocivo que el glifosato que será prohibido en europa el próximo año. En Argentina aún existe un vacío legal con respecto a su regulación en el ámbito rural. En un comunicado reciente que difundió la Asociación Citrícola del Noroeste (ACNOA) informó entre sus productores un alerta ante la inminente prohibición del […]

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El Clorpirifós es un agroquímico más nocivo que el glifosato que será prohibido en europa el próximo año. En Argentina aún existe un vacío legal con respecto a su regulación en el ámbito rural.

En un comunicado reciente que difundió la Asociación Citrícola del Noroeste (ACNOA) informó entre sus productores un alerta ante la inminente prohibición del uso del clorpirifós y clorpirifós metil, a partir de enero de 2020 por sus efectos nocivos sobre la salud humana.

De acuerdo a la información de ACNOA, “esta decisión se toma luego de que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) confirmase a principios de agosto que estas sustancias pueden provocar efectos genotóxicos y neurológicos en el desarrollo de los niños”.

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Según las investigaciones realizadas por la Unión Europea, el clorpirifós está entre los quince pesticidas más presentes en los alimentos y sus residuos se han detectado sobre todo en los cítricos. En España, por ejemplo, se detectó en una de cada cinco frutas, entre ellas, en el 40% de las naranjas y el 35% de las mandarinas analizadas.

¿Qué sucede en Argentina con este agroquímico?

Esta noticia puso en alerta a una gran masa de productores argentinos que tienen en este activo una importante apuesta para el control plagas comunes en los cítricos y en la soja. 

Según datos oficiales, fue el insecticida más usado en 2017: sólo ese año se importaron más de 278 millones de kilos de plaguicidas por los que se pagaron algo más de 1611 millones de dólares.

Para el Senasa, el clorpirifós es "altamente tóxico" para las abejas y "muy tóxico" para aves, peces y organismos acuáticos. Lo considera de clase II, es decir, un producto "moderadamente peligroso y nocivo". Desde el 2009 está prohibido para uso doméstico, sin embargo para el ámbito rural es de venta libre.

"Para tener una estimación de la problemática a la que nos enfrentamos, y sólo considerando el total de hectáreas sembradas en la campaña 2017-2018 para la soja en la provincia de Buenos Aires, se habrían liberado al ambiente unos seis millones de litros. Se estima que una persona está expuesta a once litros de pesticidas por año. Falten estudios epidemiológicos, es cierto, pero todos nos damos cuenta de que hay demasiado cáncer en el país", explicó a Tiempo Argentino la doctora en Biología e investigadora de la Universidad Nacional de Hurlingam, Melina Álvarez.

De acuerdo al informe "El plato fumigado", realizado  por el colectivo Naturaleza de Derechos con datos del Senasa, entre 2011 y 2016 se detectaron residuos de clorpirifós en 33 alimentos, entre ellos, la acelga, el tomate, la lechuga, el apio y la rúcula.

Con respecto a su toxicología, el trabajo detalla que el clorpirifós provoca aberraciones cromosómicas, neuropatía retardada y otros efectos crónicos como desorientación, pérdida de memoria, irritabilidad, insomnio y depresión severa, entre otros.

Por Cristian Dominguez

Fuente: Tiempo Argentino.

Cristian Dominguez

Redactor y co-productor de contenidos para el sitio web y las demás plataformas de El Resaltador.
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