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En este verano juega la responsabilidad social

Las medidas restrictivas tomadas por la pandemia fueron disminuyendo a partir de diciembre, junto al inicio de la temporada de verano en el país. Las actitudes y comportamientos individuales serán (son) claves para mitigar la propagación del virus. Por Agustina Bortolon y Emi Urouro Aperturas de bares, teatros, cines, eventos, etc coparon las ciudades que […]

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Las medidas restrictivas tomadas por la pandemia fueron disminuyendo a partir de diciembre, junto al inicio de la temporada de verano en el país. Las actitudes y comportamientos individuales serán (son) claves para mitigar la propagación del virus.

Fuente: Libertad Digital

Por Agustina Bortolon y Emi Urouro

Aperturas de bares, teatros, cines, eventos, etc coparon las ciudades que viven del turismo,y las demás regiones hicieron lo mismo, cada una a su tiempo, según le evolución del contexto epidemiológico.

Leda Guzzi, médica infectóloga de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), en dialogo con Página 12 (25 de enero) comentó que al 14 de diciembre teníamos un promedio semanal de 6.200 casos. Un mes después, el 16 de enero, teníamos 11.300 y en los últimos 7 días ese promedio disminuyó a, aproximadamente, 10.330. 

Ahora bien, como reflejan esas cifras, la pandemia de coronavirus sigue, por lo tanto, autoridades nacionales, provinciales y municipales hicieron circular protocolos sanitarios teniendo en cuenta las aperturas de actividades.

¿Qué llamó la atención al inicio de este 2021? las aglomeraciones en playas y en ríos, que despertaron alarma en las y los profesionales de la salud. “Relajamiento social” fue una de las palabras más usadas en los medios de comunicación y en los anuncios del Gobierno Nacional. 

Se fomenta realizar diferentes actividades, salir, tomarse unos días al aire libre, etc. Venimos de meses complicados, con pérdidas y aislamientos para los que nada ni nadie nos preparó. Ante la emergencia sanitaria que atraviesa a la sociedad, las medidas de distancia social e higiene, son acciones que pueden lograr un cambio significativo para disminuir la propagación del virus.

Antes de continuar, es pertinente definir a la Responsabilidad Social como la conciencia sobre el impacto que nuestras decisiones tendrán en la sociedad, a corto, mediano o largo plazo. Existen otras nociones sobre el término, pero la seleccionada es transversal a este trabajo.

Crédito: Municipalidad Villa Gessell. Fuente: Chequeado.com

Días en que triunfó el relajamiento

Para esta nota es necesario recordar diferentes hechos que sucedieron en el primer mes del año, ya que servirán de ejemplo de conductas que nos deberían invitar a la reflexión.

En esa línea, queremos resaltar que este escrito no tiene intención de ser un informe epidemiológico o de protocolos sanitarios. Nos interesa abrir el debate sobre el comportamiento social en estos tiempos extraños que nos tocan transitar, días atravesados por un virus que nos obliga a mantener distancias, justamente a una especie que ha sobrevivido por los encuentros.

La primer semana de enero dejó imágenes potentes, en cuanto al nivel de distensión de ciudadanos y ciudadanas, ante la presencia del Covid-19. Podemos mencionar las fotografías y videos del balneario Puchiqui, en Santa Rosa de Calamuchita -Córdoba-, donde cientos de  de jóvenes, sin distanciamiento ni barbijo, disfrutaban del verano, del sol y la música, cuando una escalada de contagios ponía en alerta a la provincia.

Algo similar se vio en Pinamar, pero esta vez, las imágenes que impactaron fueron las de la policía bonaerense, parte del operativo Sol en la Costa Atlántica, dispersando a muchedumbres de turistas que se encontraban agrupados en la playa sin cumplir con el distanciamiento social recomendado. Vale aclarar que el episodio no dejó heridos/as ni detenidos/as.

Es verano, y las fiestas clandestinas- que si bien se vienen registrando desde hace meses- parecen haber cobrado protagonismo, a pesar de que existen habilitaciones para espectáculos, que deben manejarse con los protocolos sanitarios pertinentes.

En relación al punto anterior, a mediados de enero, la hija del gobernador de Mendoza Rodolfo Suárez fue noticia, ya que generó polémica por un mensaje relacionado a fiestas clandestinas en esa provincia. La adolescente publicó en sus redes sociales una historia con una invitación: “Fest esta noche. Ubicación al privado. Viñas de Vistalba”. 

Balneario El Puchuqui en Santa Rosa. Crédito La Voz del Interior

En la provincia que gobierna Suárez están habilitadas las reuniones de hasta 250 personas en lugares abiertos- con el respeto y control de protocolos sanitarios de resguardo de la distancia social, uso de tapabocas-, atendiendo a las recomendaciones para evitar la circulación y contagio de covid-19. No hace falta ser una especialista para imaginar que en los eventos clandestinos quizá no se cumplen con los requisitos necesarios.

Datos que no debemos obviar: la información como herramienta para concientizar.

El 25 del corriente mes, Carla Vizzotti, secretaría de Acceso a la Salud, indicó que en las últimas semanas el crecimiento de los nuevos casos reportados de coronavirus se ha "desacelerado", pero advirtió que el país se encuentra en una meseta alta, que necesitamos bajar y “para eso son las medidas de cuidado".

Sobre ese punto, señaló que "en las últimas semanas se detuvo el descenso de la positividad por lo que es importante seguir trabajando en todos los aspectos: medidas de prevención, capacidad de testeo y siempre en el aislamiento de los casos y de sus contactos estrechos".

Como mencionamos al principio de esta nota, en Argentina el pico de contagios fue en octubre y a partir de ahí los casos comenzaron a descender hasta mediados de diciembre, en que empezaron a aumentar de nuevo.

"Ese aumento se da en menores de 60 con la particularidad de que en esta segunda etapa lo casos de jóvenes entre 20 y 30 son más que lo que pasó en invierno; y esto es importante porque el incremento de casos en lugares con transmisión comunitaria lleva a un aumento de las personas de riesgo y un mayor desarrollo de enfermedad grave y mortalidad", explicó Analía Rearte, Directora Nacional de Epidemiología e Información Estratégica.

Si bien ahora se habla de “meseta”, no debemos olvidar que entre el 31 de diciembre y el 14 de enero se notificaron en el país 145.200 casos de coronavirus, es decir, un 44% más que los que se habían reportado las dos semanas anteriores. Aquí podemos mencionar como causas- no absolutas, pero si fundamentales- a la relajación en los cuidados, los encuentros de fin de año y la apertura de más sectores para el verano.

A mediados de este mes, la investigadora Soledad Retamar, integrante del Grupo de Investigación en Bases de Datos (GIBD) de la Facultad Regional Concepción del Uruguay, dependiente de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), dialogó con Télam sobre los datos citados en el párrafo previo:

"Es muy difícil atribuir el aumento a un sólo evento o causa (...) se dieron varias situaciones en simultáneo como la habilitación del turismo, las fiestas, eventos sociales al aire libre de hasta 100 personas, la llegada de la vacuna y cómo pudo ser percibido esto en la sociedad, y muy probablemente un relajamiento en los cuidados".

Vivimos en sociedad, nuestras acciones individuales pueden acercarnos a la salida o mantenernos en tiempos difíciles  

El año pasado el aislamiento social marcó la agenda, no solo en Argentina, sino a nivel global. Cada región tuvo sus particularidades, vale aclarar. Por ejemplo, no actúo España como Suecia, la primera recurrió a medidas más estrictas para limitar la circulación, mientras que la segunda prefirió recomendaciones laxas de distanciamiento social en pos del polémico “contagio de rebaño”. En nuestro país, el ASPO y luego el DISPO marcaron el paso de los meses. 

Pero como muestran los ejemplos que describimos brevemente, cada persona y cada grupo humano fue actuando de diferentes maneras ante las medidas sanitarias.

Es interesante preguntarse cómo el poder se permeabiliza en los diferentes sectores y lo que éste genera. De esto se desprende que el acatamiento a las medidas impuestas ha sido y continúa siendo muy dispar: Por un lado, existen grupos que no creen en el virus por lo que no están de acuerdo con las medidas de distanciamiento, una clase alta que pese a la situación epidemiológica viajó al exterior, fiestas clandestinas organizadas por jóvenes, entre otras. 

Aquí es posible hablar de que, en nuestra sociedad occidental y bajo una cultura neoliberal, existen ciertos sectores que promulgan la idea de defender la libertad individual y consideran que las medidas dispuestas por el Gobierno en relación al coronavirus son autoritarias y dictatoriales, que se oponen al ejercicio democrático del mismo. Estos pronunciamientos tienen una especie de “efecto contagio” y se diseminan creando un “sentido común”, alcanzando otros grupos. 

Sputnik V: vacunación al personal de salud del Hospital Churruca-Visca

En este caso, las fiestas clandestinas se presentan como un recorte ideal de la realidad actual para analizar ciertas cuestiones que atañen a la rebeldía frente a las normas en relación a la pandemia, y además nos permite contar con una visión sobre el comportamiento de los jóvenes (quienes son los principales impulsores de estas fiestas), ya que aún conociendo la situación epidemiológica y teniendo en cuenta los riesgos que implica asistir a un lugar donde las personas se reúnen sin distanciamiento, barbijos, y demás; igualmente se realizan. 

Un interrogante fundamental es desde qué lugar ético y de autoridad intergeneracional se les habla a quienes participan de estos eventos, y si es suficiente apelar sólo a la rebeldía juvenil o al cansancio pandémico.

Por otro lado, están quienes continúan con los cuidados y las medidas de prevención, recomendadas no solo por un Gobierno, sino por diferentes organismos internacionales que trabajan para detener esta pandemia.

Lejos de querer dar una lección de moral, pensamos que estos párrafos pueden generar instancias de intercambio interesantes, que nos convoquen a re pensar tanto sobre el cansancio psicológico de vivir en pandemia como de las acciones que tomamos en momentos de distensión.

La responsabilidad social es una idea solidaria, pone su foco en la salida colectiva, en el "si te cuidás, cuidás al que tenés al lado", más allá de las diferencias, las ganas de superar este contexto oscuro deberían ser suficientes para cerrar la grieta en ciertos temas, sobre todo, en lo que atañen a la salud de la población.

Fuente: Télam; Página 12; Ministerio de Salud de la Nación.

Emilia Urouro

Encargada de la redacción de las notas y de generar contenido para las diferentes plataformas del Resaltador. Feminista, popular y nacional.
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