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Elecciones presidenciales en Paraguay: ¿La sal en la ola progresista?

Finalmente el candidato del Partido Colorado, Santiago Peña, fue elegido Presidente del Paraguay entre denuncias de fraude y represión por parte de sus adversarios. ¿Qué esperar del hijo pródigo de Cartes?. ¿Qué significa esta victoria para el actual escenario latinoamericano?. Conversamos con Luis Alberto Mello, comunicador y ex delegado sindical bancario argentino con amplios conocimientos […]

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Finalmente el candidato del Partido Colorado, Santiago Peña, fue elegido Presidente del Paraguay entre denuncias de fraude y represión por parte de sus adversarios. ¿Qué esperar del hijo pródigo de Cartes?. ¿Qué significa esta victoria para el actual escenario latinoamericano?. Conversamos con Luis Alberto Mello, comunicador y ex delegado sindical bancario argentino con amplios conocimientos en el país hermano.

Peña concentró su discurso en prometer el mejor desarrollo económico del país y sacar a los drogadictos de las calles. Foto: AP

A pesar de las denuncias de fraude por parte de Efraìn Alegre del Partido Liberal y de Payo Cubas (ex colorado) de “Cruzada Nacional”, todo indica que los escrutinios finales reafirmaràn como ganador al ex empleado del FMI, Santiago Peña (Partido Colorado). 

Una minoría intensa de ciudadanos enojados con los resultados se manifestó en distintos puntos del país denunciando “fraude”. Fueron reprimidos por la Policía Nacional y la situación se mantiene tensa por el momento. Principalmente quienes están en las calles son los seguidores del “outsider” de esta elección y candidato representante de la derecha más radicalizada, Payo Cubas (ex colorado). Este último sorprendió a todos con su performance electoral y estuvo a muy pocos puntos de igualar a Alegre, a quienes las encuestas daban hasta con un supuesto empate técnico con Peña. 

En este sentido, Luis Alberto Mello, comunicador popular, jubilado, y ex dirigente sindical sostiene que Cubas representa el “propio anticuerpo del partido colorado y el cansancio, la desesperanza, la pobreza, la necesidad de tener que salir del país para poder tener un futuro mejor”. 

El entrevistado sostiene que al menos un 25% del electorado encontró en el discurso de este candidato “un canal que le abre muchas esperanzas al pueblo cansado del bipartidismo y hegemonía del Colorado en general”.

Sin embargo, todo parece indicar que el escrutinio final reafirmará a Peña como Presidente de Paraguay. De esta manera el Partido Colorado garantiza su hegemonía en el aparato estatal por cuatro años más. Lo viene haciendo desde 1943 hasta la actualidad con la excepción de los cuatro años entre 2008-2012 cuando gobernó Fernando Lugo.

El candidato derechista Payo Cubas prometió la quita de los privilegios de los agentes estatales, la eliminación de los impuestos a los trabajadores, legalizar el cannabis, reducir el Estado, entre otras. Foto: AP

Sal en la ola progresista

Peña deberá reunirse prontamente con Lula para renegociar el acuerdo firmado entre ambas naciones por la presa hidroeléctrica de Itaipú, la “mayor productora de energía del planeta”.

“No hablaremos sólo de aniversario o tratados, hablaremos de nuestra relación, para los próximos 50 años” expresó en una tonada no tan amena el ahora Presidente Peña con respecto al próximo encuentro con su homólogo brasileño.

El acuerdo al que lleguen será clave para la soberanía energética de la región en un contexto que demanda mayor provisión de energía renovable para la transición ambiental que el mundo necesita de manera urgente.

Sin dudas, la victoria de Peña representa -con sus matices y contradicciones al interior de los intereses norteamericanos- un freno a la ola progresista encabezada por Lula, Arce, Boric, Petro, Maduro, etc. Será el bastión -junto con Uruguay y posiblemente Argentina- donde el imperio estadounidense generará la contraofensiva directa para con los gobiernos no alineados a su geopolítica.

Con respecto a la “Hidrovía”, el país ya firmó un contrato que permite el ingreso del Cuerpo de Ingenieros del Ejército yanqui para el control y mantenimiento de la nombrada vía navegable troncal latinoamericana, por donde no solo circula el 50% de las proteínas animales y vegetales que se consumen en el mundo sino también toneladas de drogas, minerales y bienes comunes naturales que todos los imperios necesitan para su disputa por el orden mundial.

Férreo defensor del neoliberalismo, Peña seguirá profundizando la matriz productiva agro extractivista en el país. Lo que se traduce en mayor represión y avance sobre los campesinos y pueblos originarios del Paraguay.

Según Mello “en el Paraguay, campesinas e indígenas están siendo perseguidos por la falta de seguridad jurídica que existe en dicho país, dado que fiscales, jueces, policías, la política, concejales, diputados provinciales, diputados nacionales, forman parte de una cofradía que lo único que hace es extender las fronteras para el cultivo agroexportador”.

Yerba mala nunca muere

“Tu aporte, presidente, no se paga sino con la moneda del aprecio y de la valoración” fueron las palabras de un victorioso Santiago Peña hacia su “padre” político, Horacio Cartes, durante los festejos luego de alzarse con el 43% de los votos.

El ex Presidente Cartes, denunciado el año pasado por la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos como “significativamente corrupto” por sus estrechos vínculos con el narcotráfico, contrabando y lavado de activos, pero además por sus responsabilidades políticas en masacres clandestinas y apropiaciones indebidas de tierras de pueblos originarios, volvió a recuperar el protagonismo clave en la hegemonía del Partido Colorado, lo que se traduce, en definitiva, del mismo Paraguay.

Golpeado por las denuncias anteriormente nombradas, el empresario (ìntimo amigo de Mauricio Macri) recuperó una posición fundamental que le permite volver a mirar desde arriba a sus propios socios opositores en el aparato partidario, a sus “rivales” liberales y a toda la ciudadanía paraguaya. 

El golpe parlamentario a Fernando Lugo en el 2012 todavía cosecha frutos. Y esta victoria del cartismo colorado no hace más que enterrar (al menos por el momento) el sueño progresista en el país. 

Pero ¿qué garantiza Cartés con la victoria de Peña? ¿Qué se puede proyectar desde su sombra? ¿Le pesa a Estados Unidos la contradicción de tener un ex FMI como Presidente y al mismo tiempo al señalado Cartés detrás de la silla presidencial? 

Para Luis Alberto Mello “Paraguay ha sido siempre un protectorado de los Estados Unidos y la victoria de Peña consolida el carácter anti progresista del país en la región latinoamericana”.

Como es de amplio y triste conocimiento, Paraguay es el “sueño americano” hecho realidad. El narcotráfico, el contrabando de armas, cigarrillos, commodities, el lavado de dinero, la trata de personas, la plantación de marihuana, y diversos y complejos delitos tienen en Paraguay un destino seguro. 

Por ende, Cartés se asegura en principio la legitimidad política y social necesaria para afrontar los señalamientos del Tío Sam, la impunidad garantizada por la hegemonía de los colorados en ambas cámaras legislativas y en el Poder Judicial y también la continuación de los negociados con los que llegó nuevamente al poder en calidad de “mandamás”.

Alarmas y preocupaciones

Tanto China como EE.UU y también los diversos Jefes de Estado de Latinoamérica, prestaron especial atención a los comicios desarrollados pese a su nula visibilidad mediática a nivel regional y mundial.

Paraguay es un país mediterráneo estratégico y codiciado en lo que respecta no solamente en su calidad de garante del negocio del narcotráfico a nivel regional sino además, porque contiene en su interior, grandes reservas de agua dulce (gran parte del Acuífero Guaraní está en el país), una de las centrales de energías renovables más importantes del mundo como lo es Itaipú que comparte con Brasil y fundamentalmente contiene territorialmente la mal llamada “Hidrovía” en su parte central. Todos en un escenario de abierta y directa confrontación interimperialista de carácter comercial en un mundo en crisis ambiental, alimentaria y económica sin precedentes.

China opacó su sonrisa con el triunfo de Peña porque era el candidato del Partido Liberal quien abiertamente manifestó sus intenciones de abrir las relaciones diplomáticas entre ambas naciones.

Sin embargo, le será difícil a Peña hacer la vista gorda. Pues el 30% de las exportaciones en materia de commodities del Paraguay tienen al gigante asiático como destino directo. Y como este mercado no para de crecer, un sector del empresariado del agro no titubea en pedir mayor flexibilización con la República Popular.

El problema es la histórica relación de Paraguay con un enemigo directo de China: Taiwán. Esta isla a la que este autor no reconoce como país soberano, financia las cajas del Partido Colorado desde hace mucho tiempo, pero fundamentalmente cuando Cartés fue Presidente.

Peña tendrá que demostrar una cintura que hasta el momento exhibe que la ideología es la del dinero y los intereses económicos por encima de las identificaciones liberales. Un ejemplo de esto es su intención de estrechar relaciones con Venezuela. Habrá que ver si con China sucede lo mismo.

A entender del entrevistado, “habrá que analizar si la presión que ejercen los Estados Unidos sobre Paraguay le permite que tenga relaciones comerciales con China. Desde ya sabemos que China popular no reconoce a Taiwán y para que pueda haber un contacto fluido debería Paraguay cortar relaciones con Taiwán, cosa que hoy día me parece que es muy difícil”.

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