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¿Cuál podría ser el impacto de la baja de la natalidad en el sistema educativo?

Publicado por:Ramiro Quintanilla

Un informe del Observatorio de Argentinos por la Educación indica que la baja de la natalidad (del 36% entre 2014 y 2022) permite destinar más recursos humanos y económicos en las escuelas, al haber una menor cantidad de alumnos. Plantean tres posibles oportunidades para el sistema educativo: ¿Cuáles son?

La cantidad de nacidos vivos cayó un 36% entre 2014 y 2022, y, según un informe del Observatorio de Argentinos por la Educación, la baja de la natalidad presenta un panorama de oportunidades para el sistema educativo.

«La cifra bajó de 777.012 a 495.295 nacimientos por año en 8 años» especifica la organización. «Esa tendencia demográfica ya está impactando en el sistema educativo, y se espera una caída de alrededor del 31% en la matrícula escolar en los próximos años«, anticipan.

El informe titulado «Natalidad y demanda educativa» fue realizado por Rafael Rofman (CIPPEC), Martín Nistal y Leyre Sáenz Guillén (Observatorio de Argentinos por la Educación) parte de la premisa que «en el ámbito escolar, menos nacimientos implican menos estudiantes escolarizados, lo que plantea desafíos en la reorganización del sistema educativo«.

A través de la utilización de datos oficiales sobre matrícula escolar, población y natalidad a nivel nacional, sugiere alternativas de políticas públicas para aprovechar la disminución de nacimientos.

Al respecto, conversamos con Rafael Rofman, quien primero aclaró que «muchas otras políticas pueden ser consideradas con el fin de aprovechar este bono demográfico«.

«Pueden tomarse distintas alternativas, como capacitar docentes, o alguien podría decir, voy a gastar más en infraestructura, etc. No son políticas definitivas, sino que son posibilidades que se dan. Pero definitivamente, una mala alternativa es no hacer nada y lo que planteamos es cómo aprovechar la situación», señaló el especialista.

Entre las múltiples políticas posibles a aplicar, este informe considera tres escenarios con evidencia positiva respecto a mejoras en los puntajes de las pruebas estandarizadas de los alumnos y también respecto a mejoras en el largo plazo de su trayectoria académica y laboral.

La primera de las alternativas en el sistema educativo, a partir de la baja de la natalidad y la consecuente menor cantidad de alumnos, es mantener la cantidad de secciones (aulas), y reducir la cantidad de alumnos por aula, para favorecer la personalización de la enseñanza.

Los cálculos indican que, en 2019, había 23 de alumnos por sección en primer grado y se estima que para 2017 serán 15 alumnos por sección, en general, de optarse por esta alternativa.

«Distintos autores han postulado que secciones con menos cantidad de estudiantes resultan en mejores
resultados educativos» indica el informe. Algunos de los beneficios de la disminución del número de alumnos por sección se deben a la reducción del tiempo que se interrumpe la clase; permiten a los profesores adaptar su enseñanza a las necesidades y capacidades de cada alumno con más especificidad; resultados de un estudio muestran que reducir el tamaño de las clases mejora significativamente el
rendimiento académico de los estudiantes en las primeras etapas de su educación; etc.

Por otra parte, la segunda alternativa es mantener la cantidad de alumnos por aula y aumentar la cantidad de docentes que ejerzan un rol de tutores. «En este caso, la demanda de docentes al frente de sección se reduciría, con lo que sería posible reasignar a otros roles, por ejemplo tutores, subir la cantidad de docentes por sección o implementar actividades de formación docente» indica el informe.

De optarse por mantener la cantidad de alumnos, se reduciría la cantidad de secciones: en 2019 en primer grado había 32.510 secciones y se proyecta que manteniendo la cantidad de alumnos, en 2017 en el mismo grado habría 20.806 secciones o cursos.

La evidencia muestra que las tutorías, definidas como un espacio de formación individual o en grupos pequeños a cargo de maestros, profesionales, voluntarios o pares, han logrado mejorar significativamente los aprendizajes de los estudiantes.

La tercera alternativa es mantener la cantidad de alumnos por aula y capacitar en forma rotativa a los docentes mientras no están al frente de una clase. En este sentido, la mayor formación y conocimientos del docente, genera un impacto positivo en los estudiantes.

A modo de conclusión, Rafael Rofman indicó que la cuestión tiene tres niveles de discusión:

  • El reconocimiento de una oportunidad a partir de un dato objetivo que es la baja de la natalidad.
  • Las oportunidades que se presentan, las posibilidades de acción que son, las alternativas que proponen.
  • La toma de decisión y el llevar a cabo la propuesta elegida. Hacer esos cambios y modificaciones, que es lo más complejo, requiere trabajo territorial y administrativo para que el sistema escolar se amolde a la política decidida. Hay que capacitar a docentes y no docentes que deben comprender y compartir la alternativa elegida.
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