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¿Cómo fueron los consumos de Internet en Latinoamérica 2021?

“Atlántico” en conjunto con “We Are Social” presentaron este Septiembre del 2021 un Informe sobre el estado del consumo digital en Latinoamérica, desde México hasta la Antártida.  Por Agustín Navarro Antes de repasar algunos de los puntos más relevantes del informe hay que destacar el marcado interés que distintas empresas y fondos de inversión Norteamericanos […]

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“Atlántico” en conjunto con “We Are Social” presentaron este Septiembre del 2021 un Informe sobre el estado del consumo digital en Latinoamérica, desde México hasta la Antártida. 

Por Agustín Navarro

Antes de repasar algunos de los puntos más relevantes del informe hay que destacar el marcado interés que distintas empresas y fondos de inversión Norteamericanos tienen sobre la región.

Somos un mercado de consumo digital emergente, es vital para estas empresas de desarrollo tecnológico posicionarse a tiempo para dominar el sector. Ya sea desde los servicios o desde el aporte de capital como forma de captar acciones o licencias de empresas locales. 

Dicho de otro modo, Norteamérica invierte descomunales sumas de dinero para ser los primeros y los únicos. Y para saber dónde invertir es necesario generar análisis de cómo se comporta el público Latino en el universo digital.

Nos gusta Internet (no importa cuando leas esto) 

El primer dato y el más relevante del informe es quizás lo internet-dependientes que nos volvimos los Latinos en los últimos años. Con un promedio global de 7hr diarias de consumo de internet por dia (por usuario), Latinoamérica se ubica por encima de las 10:30 hrs diarias, de las cuales solo WhatsApp e Instagram se llevan de seguro unas 6hrs, ambas de la misma empresa Meta (ex-Facebook). 

Si bien Tik Tok ganó relevancia en muy poco tiempo, la empresa Oriental todavía no compite de forma directa con las grandes plataformas Norteamericanas. Si queremos compararnos de forma aleatoria con otras regiones del mundo y sorteando diferencias culturales podemos observar por ejemplo que un usuario de Japón destina en promedio solo 20 minutos diarios a sus redes sociales: eso sería poco más que un posteo diario.

Para Oriente WhatsApp es una aplicación poco relevante, WeChat domina el mercado gracias a sus cualidades de super app todo terreno que incluyen: mensajería instantánea, red social de cuentas verificadas, compra-venta de productos y servicios gracias a su billetera digital integrada; y una particular capacidad para correr softwares diseñados por terceros dentro de la plataforma. Si WhatsApp no quiere perder impacto en nuestra región tendrá que, de alguna forma, adaptar su plataforma a este nuevo modelo de super apps.

Somos Influenciables

El creciente nivel de penetración de internet sobre la población allanó el camino para una explosion de creación de contenido digital. El acceso a plataformas de distribución de contenido como Youtube, Twitch tv, Instagram Live, entre otras, generó un auge de creadores de contenido digital: Los influencers. 

En la región al menos un tercio de los usuarios de internet siguen a algún influencer siendo la moda, la salud y el humor los tópicos más relevantes. Particularmente Brasil demuestra una gran permeabilidad a este tipo de propuestas: el 40% de sus usuarios de internet compraron algún producto porque un influencer lo promocionó. 

En la otra orilla de la comunicación las Fake News tuvieron un impacto notable en el mapa de los medios y la política. Buena parte de la población reconoce que sufre de desinformación o sobre información. Las fakes news emergieron como una herramienta de los sectores de poder para modificar o al menos embarrar la opinión pública sobre ciertos temas. 

El contenido pseudoperiodistico o pseudocientífico encuentra un nicho muy cómodo en el universo digital donde publicar información, de cualquier tipo, no solo es muy económico sino que además parece no tener ninguna consecuencia directa.

Mi casa, mi oficina

La pandemia del COVID-19 empujó al mundo a un experimento masivo de teletrabajo. Como primera consecuencia directa se registró una enorme contratación de servicios de internet local, que a su vez repercutió en los escasos servidores regionales con los que Latinoamérica cuenta para vincularse a la internet global. 

En materia de infraestructura de internet veremos en los años por venir varias mega-obras que involucran empresas y convenios bilaterales para llevar adelante nuevas conexiones de la región con el mundo.

Las modalidades de trabajo mixto o semipresencial llegaron para quedarse. Sobre todo las reuniones online y la incorporación de distintas plataformas digitales al entorno laboral desplazaron la necesidad de presencialidad para determinadas tareas, en especial las administrativas, en ciertos entornos de trabajo, por supuesto.

Los invisibles.

¿Qué no entra en el informe de Atlántico? Si un 70% de la población Latina tiene acceso a Internet existe un 30% que no, eso es casi un tercio poblacional que ni siquiera se conecta a la web (de forma sostenida o desde alguna cuenta verificada) ni por redes sociales, ni por trabajo, ni para contactar familiares.

Existe una brecha tecnológica que supera a la brecha de alfabetización y en este sentido sigue siendo necesario sostener políticas públicas que permitan un acceso crítico a las tecnologías de la información.

En el otro extremo del acceso tecnológico podemos afirmar que existe más de un Internet, que existen otros protocolos de conectividad, otras redes sociales, otros sistemas de intercambios que exceden a lo que una empresa pueda manipular. Blockchain y la encriptación P2P, Discord y sus comunidades, Diáspora, Telegram, son solo algunas de las plataformas creadas por usuarios y colectivos de programadores que se esfuerzan por defender esa internet paralela donde las comunidades, a veces, pueden más que el capital.

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