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Chile define su siglo XXI

El próximo 4 de septiembre la ciudadanía chilena votará por el apruebo o el rechazo a la nueva constitución a través de uno de los plebiscitos más importantes de su historia. ¿Por qué se define aquí lo que resta del siglo? ¿Muere para siempre el régimen pinochetista? ¿Qué sucede si gana el “rechazo”?. Conversamos con […]

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El próximo 4 de septiembre la ciudadanía chilena votará por el apruebo o el rechazo a la nueva constitución a través de uno de los plebiscitos más importantes de su historia. ¿Por qué se define aquí lo que resta del siglo? ¿Muere para siempre el régimen pinochetista? ¿Qué sucede si gana el “rechazo”?. Conversamos con Fesal Chain, sociólogo y escritor chileno y con Nicolás Araya, Encargado Nacional de Organización de las Juventudes Comunistas Chilenas.

Por Rodrigo Savoretti Andrada

Hace casi ya tres años Chile vivió el estallido más significativo de su breve historia democrática. El saldo político acumulado desde las revoluciones pingüinas de 2006 y 2011, la profundización del neoliberalismo en los gobiernos de Piñera y una bronca e impotencia de más de 30 años de democracia liberal sin reformas estructurales al sistema heredado tras 17 años de dictadura, fueron los factores que convergieron un 18 de octubre de 2019 para que los pueblos oprimidos del país hermano despertarán masivamente ante la ilusión de un Chile mejor. 

En medio de aquella convulsión social que mantuvo en vilo durante meses a la élite chilena, toda la clase política trasandina -menos el Partido Comunista- firmó durante la madrugada del 15 de noviembre de 2019 un Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución. 

La Paz Social no fue garantizada por el Gobierno de Piñera sino todo lo contrario. A través de Carabineros, el Ejército y la Marina, el ex presidente llevó a cabo un plan sistemático de violaciones a los DDHH que dejó un saldo fatal de más de 30 personas asesinadas, alrededor de 20.000 personas detenidas, 400 mutiladas en sus ojos y miles con lesiones en sus órganos, abusadas sexualmente y torturadas. 

La Nueva Constitución, en cambio, fue una de las demandas más importantes de aquél fin de año de manifestaciones y “en definitiva -afirma Fesal Chain- fue a través de esta demanda con la cual la clase política encauzó institucionalmente un estallido social que se le iba de las manos"

El acuerdo antes mencionado fue tensionado por la calle y propuso un primer plebiscito para que la ciudadanía vote a favor o en contra de una Asamblea Constituyente que llevara a cabo el proceso de creación de una nueva carta magna. Este primer plebiscito se llevó a cabo en octubre de 2020 y el “sí” ganó con un contundente “80%”. Luego de ello, la ciudadanía acudió a las elecciones de convencionales constituyentes en mayo de 2021 donde se eligieron 155 personas para dirigir tal proceso. Luego de un año de arduo trabajo, el pasado julio se presentó ante el Presidente Boric la Nueva Constitución, que se someterá a votación por su “apruebo” o “rechazo” este domingo 4 de septiembre. 

Fesal Chain, sociólogo y escritor chileno (Gentileza Fesal

El otro Chile es posible

Para Fesal Chain, sociólogo y escritor chileno, “Chile está viviendo una transición histórica hacia un cambio de régimen. De ganar el apruebo estaríamos cambiando el corpus jurídico de la dictadura”

El escritor sostiene que después del plebiscito que se ganó en 1988 contra la continuidad de la dictadura de Pinochet, el país siguió en un sistema político guiado por la constitución de 1980 sancionada por Pinochet. Dicho de otra forma, después de 17 años de totalitarismo (1973 - 1990), se pasó a una democracia liberal con un cuerpo jurídico dictatorial. 

Pero ¿Qué implica este cambio de régimen? ¿Cuál es el punto medular que la nueva Constitución intentará dejar atrás?. 

A decir de Fesal, “la NC (Nueva Constitución) plantea la superación del neoliberalismo y del Estado Subsidiario, es decir, el Estado deja de delegar todas las actividades económicas, sociales y productivos, hasta hoy día solo permitidas a los privados, para pasar a ser un Estado Social de Derecho que proteja y garantice los derechos humanos básicos como la salud, educación, vivienda, y también regule y socialice la energía,el trabajo, el agua, etc”. 

En tal dirección, la NC plantea que el Estado de Chile será un Estado capaz de desarrollar iniciativas empresariales públicas o asociadas con privados.

Consultado sobre un posible triunfo definitivo sobre el neoliberalismo mediante el “apruebo”, Chain se muestra cauto en tanto los procesos de superación del modelo "tendrán evidentes avances y retrocesos dada la fuerza social y política de los sectores derechistas, conservadores y los poderes fácticos".

Pese a ello, el sociólogo advierte que el avance de la centro izquierda, izquierda e independientes ha sido contundente. Un ejemplo de ello fue que los convencionales constituyentes que escribieron la NC hayan sido en su mayoría pertenecientes a estos sectores. 

“La Convención Constituyente fue un ejercicio democrático enorme porque por primera vez en Chile una constitución se escribe de manera democrática, mediante constituyentes elegidos por el voto popular” señala Chain. En este mismo sentido, Nicolás Araya, Encargado Nacional de Organización de las Juventudes Comunistas Chilenas, sostiene que los actores fundamentales -no únicos- de todo este proceso social son los movimientos estudiantiles. “Quienes hicieron la revolución pingüina de 2011 son quienes están gobernando ahora el país” ejemplifica.

Institucionalizar la utopía

“Mediante la radicalización de la democracia directa construida en miles de asambleas, cabildos comunales, congresos y manifestaciones, fuimos generando una fuerza política popular y masiva que logró encauzar y direccionar el estallido de Octubre con demandas puntuales como: Nueva Constitución, pensiones, salud, educación y DDHH” señala Araya. 

Nicolás expresa que el aporte fundamental de las Juventudes Comunistas, representadas a través de la convencionalista más jóven, Valentina Miranda, referenta del PC y militante LGBTTTIQ+, fueron los artículos dónde se institucionalizan mecanismos de democracia directa. En resúmen, estos proponen que las comunidades están habilitadas para juntar firmas y hacer un proyecto de ley sin tener que esperar años a los congresistas como sucede con el actual esquema. 

Otro aporte de las juventudes se retrata en el artículo de reforma constitucional, que sólo se podrá lograr a través de una asamblea constituyente. Este tema es de crucial importancia ya que sectores reaccionarios hasta último momento han querido lograr que las reformas a la NV puedan ser más accesibles 

La nueva Constitución reza en su artículo primero: “Chile es un Estado social y democrático de derecho. Es plurinacional, intercultural, regional y ecológico”. Tanto para Chain como para Araya, allí se deja expuesto que el neoliberalismo no tiene cabida alguna en la nueva carta magna. Representa a la vez, una gran paso para los pueblos originarios de Chile, partícipes fundamentales en la conquista de la NC. 

“Los chilenos movilizados hemos logrado institucionalizar las demandas de la calle. Al igual que los mecanismos de construcción popular que nos llevaron a este presente” enfatiza Nicolás. 

 Nicolás Araya, Encargado Nacional de Organización de las Juventudes Comunistas (Foto: gentileza Nicolás Araya) 

En la calle, en el Congreso y en los medios de comunicación, la derecha ha intentado deslegitimar la nueva constitución. “No soportan que la hayan escrito personas pobres, de capas medias, manifestantes, gente del pueblo” advierte Nicolás. Además, afirma que la constitución consolida un Chile totalmente opuesto del que ellos (la derecha) han saqueado durante tantas décadas. 

“El desafío si se aprueba efectivamente la NC será poder lograr que todos los movimientos populares la defendamos irrestrictamente antes los ataques de la derecha que se está organizando cada vez más”, advierte Nicolás. 

Si gana el “apruebo”, lo que sigue es la aplicación del capítulo de normas transitorias, que es el último capítulo de la propuesta. Eso se debe ir colegiando en el camino con acuerdos en el congreso.

Si gana el “rechazo” el Presidente Gabriel Boric afirmó: “para mí lo que está en juego hoy día es si es que volvemos a fojas cero en caso de que gane el Rechazo y tenemos que iniciar un nuevo proceso constituyente, porque acá ya hubo una reforma constitucional que estableció los mecanismos en los cuales se reforma la actual Constitución del 80, y eso es mediante una convención 100% electa, o bien aprobamos una nueva Constitución y a esta nueva Constitución se le podrán hacer las modificaciones mediante los mismos términos”, aseguró. 

El plebiscito se llevará a cabo este domingo 4 de septiembre. Chile se encuentra ante un nuevo momento histórico que puede definir su presente y lo que resta del siglo. Todo ello, resultado de la lucha, organización y resistencia ante uno de los modelos neoliberales más sanguinarios de la historia política latinoamericana. 

A casi cuarenta y nueve años del Golpe de Estado que derrocó a Salvador Allende: ¿se abrirán las grandes alamedas por donde pase el Chile libre?

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