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Casa del Estudiante: una apuesta sindical a la educación de jóvenes

Aprovechando que durante la pandemia muchos estudiantes volvieron a sus hogares, se están realizando refacciones en el establecimiento perteneciente al Sindicato Regional de Luz y Fuerza. El objetivo es mejorar la infraestructura de cara al 2022. El Sindicato Regional de Luz y Fuerza posee un establecimiento para recibir a familiares de afiliados y afiliadas que […]

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Aprovechando que durante la pandemia muchos estudiantes volvieron a sus hogares, se están realizando refacciones en el establecimiento perteneciente al Sindicato Regional de Luz y Fuerza. El objetivo es mejorar la infraestructura de cara al 2022.

La casa se encuentra en pleno centro de Córdoba, en la Avenida Marcelo T. de Alvear 10.

El Sindicato Regional de Luz y Fuerza posee un establecimiento para recibir a familiares de afiliados y afiliadas que realicen estudios terciarios o universitarios en la ciudad de Córdoba: La Casa del Estudiante.

Por la pandemia, muchos inquilinos del establecimiento volvieron a sus hogares en distintos pueblos y ciudades de la Provincia. Aprovechando la circunstancia, se realizan refacciones edilicias en el lugar.

“Junto al Consejo Directivo, creímos que era el momento propicio de llevar adelante esta gran obra, que responde a una necesidad y a la vez demanda de quienes viven aquí. Si antes era un albergue estudiantil modelo, ahora lo será mucho más”, expresó al respecto el secretario general de SiReLyF, Máximo Brizuela.

La Casa del Estudiante funciona desde el año 2001, abriendo sus puertas en el edificio en que funcionaba anteriormente el hotel Mediterráneo. Ubicada en la Avenida Marcelo T. de Alvear 10, se convirtió en una residencia de 6 pisos con espacio para hasta 96 personas (16 habitaciones por piso).

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Experiencias

Alquilar un departamento en Córdoba es costoso. Por eso, estudiar en la ciudad es un privilegio que no siempre está al alcance de todos. La Casa del Estudiante se transforma en una opción más que válida.

Conversamos con Ago Ferraris que estudia Trabajo Social y Jacinto “Tito” Tomasetti, que estudia Derecho, sobre su experiencia en el establecimiento.

Uno de los motivos fundamentales que los llevaron a la casa fue el económico. “La cuestión económica no ayudaba a que yo pudiera ir a un departamento, entonces influyó un montón en la decisión de ir a la casa”, explicó Agos, a lo que Titó correspondió: “me parecía una linda posibilidad el alquiler del espacio ahí en la residencia ya que no era muy costoso”.

Pero al igual que en la vida, no todo es plata. Por ejemplo, Agos refirió que al momento de entrar a La Casa del Estudiante ya tenía un sentido de pertenencia por ver a sus viejos laburando en el sindicato y en la obra social. 

Además, no es fácil llegar a Córdoba viniendo de alguna localidad más chica y adaptarse al ritmo de la facultad y a ser más independiente de la familia. Tito contó que “hay armada toda una red de contención para los chicos que residimos ahí. Somos todos de pueblos del interior de la provincia y hay una contención para adaptarse paulatinamente al ritmo de la ciudad”.

Estábamos todos en la misma. Con el mismo proyecto de vida (tener una profesión), de una misma procedencia, de una misma clase social hijos de trabajadores, entonces es un lugar muy amigable”, dijo Jacinto Tomasetti.

Lo mismo recalcó Agos, indicando que: “por la que yo hoy elijo la casa, es por el vivir en compañía. Desde enfermarse y saber que tenés una compañera, una amiga al lado, y al toque está ahí. En ningún momento te sentís sola. En el piso se forman lazos fuertes de amistad, igual que con las chicas de limpieza, con los guardias”.

Inclusive, existen espacios comunes como el quincho que está arriba para realizar alguna celebración, cumpleaños, etc. Así, se refuerzan los lazos y la convivencia con pares, algo que ayuda y mucho a los cambios de esa etapa de la vida.

“Vivir en un hotel”

La Casa del Estudiante cuenta con servicio de limpieza y de guardia. “Algo para mí innecesario pero que igual me salva, es que nos limpian las habitaciones y la cocina” comentó Ago que está en cuarto año de su carrera. 

Por su parte, Jacinto resaltó las condiciones edilicias del lugar. “Muy acogedoras, teniendo en cuenta que se trata de un hotel que no fue modificado sustancialmente para los fines de una residencia. Uno vive literalmente en un hotel. La verdad es que de punta a punta, la experiencia es beneficiosa y enriquecedora”.

Además, hay una sala de estudios donde se pueden realizar reuniones con compañeros de estudio. Le dicen “la pecera” porque es toda de vidrio y da a La Cañada.

Agos nos contó que también “cuenta con habitaciones aparte por si algún familiar de alguien que se encuentra en la casa se quiere quedar o tiene algún problema de salud y no hay lugar en el hotel donde hay convenio”. 

Por último, la única condición para residir en La Casa del Estudiante es cumplir con el 75% de materias que exige la carrera, un porcentaje que a veces supera los estándares de la mayoría de las universidades.

“Se presenta un rendimiento en diciembre y eso alienta a la constancia en la carrera y conspira contra la pereza. Y también disciplina me parece que tiene más aristas positivas que negativas esta exigencia académica”.

En fin, cabe destacar este espacio como un lugar en donde hijas e hijos de afiliados puedan apostar por una profesión y transitar la vida facultativa en un ambiente seguro y agradable, con valores cooperativos como premisa principal.

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