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Carapintada: ¿qué fue aquel levantamiento que quiso "minimizar" Aguad?

Ayer, el Ministro de Defensa, Oscar Aguad, afirmó que el levantamiento militar Carapintada encabezado por Aldo Rico en 1987, durante el gobierno democrático de Raúl Alfonsin, "fue un acontecimiento chiquito" que "no puso en jaque la democracia". De esta forma, el funcionario justificó la presencia de Rico, en el desfile militar que se realizó el martes por el […]

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Ayer, el Ministro de Defensa, Oscar Aguad, afirmó que el levantamiento militar Carapintada encabezado por Aldo Rico en 1987, durante el gobierno democrático de Raúl Alfonsin, "fue un acontecimiento chiquito" que "no puso en jaque la democracia".

De esta forma, el funcionario justificó la presencia de Rico, en el desfile militar que se realizó el martes por el Día de la Libertad, en calidad de ex combatiente de Malvinas.

Más tarde, tras un enérgico repudio por parte de la gente y de otros funcionarios y dirigentes políticos, Aguad pidió disculpas por sus dichos. Mediante un comunicado, el ministro ratificó su supuesto "repudio histórico al levantamiento carapintada ocurrido en 1987 en Campo de Mayo y rechaza cualquier alteración del orden democrático o comportamiento que atente contra la institucionalidad".

Pero, ¿qué fue el levantamiento Carapintada?

El 24 de diciembre de 1986, el Congreso Nacional promulgó la "Ley de Punto Final" que en dos meses eliminaba paralizaba cualquier acción penal contra quienes hubieran participado en los crímenes perpetuados durante la última dictadura militar en el país. Así, el Gobierno nacional buscaba "reconciliar" a las masas con las Fuerzas Armadas.

Así fue que para enero del año siguiente, la población efectuó una enorme cantidad de denuncias contra los militares que habían participado del Proceso, ya que en febrero entraría en vigencia la ley. Hasta esa fecha, se registraron 300 procesamientos a distintos oficiales de altos mandos durante el gobierno militar.

El Mayor Ernesto Barreiro se negó a declarar ante la Cámara Federal tras ser imputado por torturas y asesinatos en el centro clandestino de detención conocido como "La Perla", ubicado en Córdoba. La policía intentó trasladarlo por la fuerza ante la justicia pero alrededor de 130 soldados y oficiales se acuartelaron para exigir la finalización de los juicios y el "cese de la persecución".

Este hecho fue registrado como el primer levantamiento armado Carapintada, nombrado así por mostrarse públicamente con los rostros pintados con pomada para camuflaje.

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El entonces Teniente Coronel Aldo Rico se trasladó al día siguiente a Campo de Mayo a liderar la sublevación en la Escuela de Infantería, convirtiéndose en el foco de conflicto más significativo durante aquellos días.

Tras varios días de tensiones, negociaciones y manifestaciones, el domingo de Pascuas del 19 de abril de 1987 se llevó a cabo una movilización masiva en la que la sociedad civil demostró su profundo rechazo a los levantamientos de los grupos militares.

El presidente Alfonsín se dirigió a la multitud ese mismo día, en una primera oportunidad, para anunciar que él personalmente se presentaría en Campo de Mayo para negociar con Aldo Rico.

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Horas después, Alfonsín se hizo presente nuevamente ante la multitud de la Plaza de Mayo y comunicó que "los hombres amotinados han depuesto su actitud".

Aquel discurso será históricamente recordado por la frase "Felices pascuas, la casa está en orden", con la que buscó calmar los ánimos de la sociedad.

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Años más tarde, Rico relataría los hechos de aquella negociación detallando que el pedido que le hizo al presidente fue una “solución política definitiva a las secuelas de la guerra contra la subversión".

La consecuencia inmediata de aquella negociación fue la firma del Acta de Compromiso Democrático que se vio reflejada el 4 de junio cuando se sancionó la "Ley de Obediencia Debida" que "exculpaba" a todos los integrantes del ejército que cometieron crímenes de lesa humanidad pero que lo hicieron por "cumplir" con las órdenes de sus superiores.

Sin embargo los levantamientos no terminaron ahí. Dos en 1988 contra el gobierno de Alfonsín y uno en 1990 durante la presidencia de Carlos Menem fueron otros conflictos militares que se llevaron a cabo a manos de los Carapintadas.

A pesar del arresto y posterior juicio a los implicados en los levantamientos armados, la mayoría no recibió su castigo correspondiente.

Fuente: Filo News

Cristian Dominguez

Redactor y co-productor de contenidos para el sitio web y las demás plataformas de El Resaltador.
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