En diciembre vencieron los contratos temporales que tenían. Mientras combaten los incendios en el Parque nacional Lanín, los funcionarios decidieron levantar una mesa de trabajo.
Los brigadistas nacionales combaten incendios en la Patagonia. Mientras, están preocupados por que no tienen contratos laborales asegurados para este 2025.
La situación incluye a 400 trabajadores que pertenecen al área de Parques Nacionales, muchos de los cuales se encuentran en el Parque Nacional Lanín combatiendo el fuego, y otros que estuvieron en el Parque Nacional Nahuel Huapi hace algunos días.
En 2021, se pasó a los brigadistas de parques nacionales de un régimen de contratación irregular al denominado artículo 9 de la Ley Marco de Empleo Público Nº 25.164. Se trata de contratos temporales que en su mayoría tienen una duración estimada de un año, bajo convenio colectivo y se renuevan, lo que significó un avance en materia de derechos laborales.
Pero en diciembre finalizaron los contratos de los 410 brigadistas de parques nacionales y todavía no hay noticias de su renovación. Además, los trabajadores denuncian el despido de 10 compañeros en medio de su incertidumbre contractual.
Conversamos con Alejo Fardjoume, trabajador de parques nacionales y referente de ATE, quien señaló que aún no están los contratos firmados de ninguno de los brigadistas.
Esto se da en medio de los incendios que empezaron a fines de diciembre del Parque Nacional Nahuel Huapi, actualmente en el Parque Nacional Lanín y con otro incendio cercano al Parque Nacional Los Alerces. La verdad que es desmoralizador para los compañeros y compañeras que no tienen contrato, que vienen de enterarse que hubo 10 despidos y los que están combatiendo incendios no saben si cuando vuelven van a tener contrato.
El miércoles 8 de enero debía realizarse una mesa de negociación para ver la situación de los contratos laborales de los brigadistas, pero los funcionarios de Parques Nacionales cancelar la discusión por los despidos.
«Levantaron la mesa y dijeron que no había ningún ámbito de diálogo, enojados por situaciones que salieron a la prensa de críticas a la gestión durante los incendios», indicó Alejo.
Dijo que hay angustia y miedo entre los trabajadores, puesto que tienen miedo a los despidos, por cuestiones como dar notas a la prensa, contar en redes sociales las condiciones en las que trabajan o realizar críticas a la gestión.
Desde El Resaltador intentamos comunicarnos con brigadistas y tres trabajadores indicaron que preferían no realizar una entrevista por miedo a repercusiones.
Precariedad absoluta
No tener contratos laborales con el Estado no es la única preocupación que tienen los brigadistas.
Sus condiciones salariales ya eran paupérrimas. «Un brigadista gana a nivel nacional $470.000 en la zona central del país y en la Patagonia aproximadamente $700.000 u $800.000, porque cobran una compensación por estar en una zona que se supone que tanto los bienes y los servicios son más caros» explicó el referente de ATE.
El aspecto contractual y salarial preocupa, sumado a promesas incumplidas de pase a planta permanente, y los despidos de los 10 brigadistas.
«Los problemas que aparecen con un salario tan deprimido son variados. Obviamente, el primero es que con ese sueldo no se llega hasta fin de mes y no se puede llevar la comida a la casa, ni tener una vida más o menos normal y planificada» explicó Fardjoume.
Los combatientes trabajan en un ámbito de riesgo con un desgaste físico y emocional muy grande. Necesitan un descanso y al tener un salario tan deprimido, un gran porcentaje tiene otros ingresos. Otros ingresos implica otro trabajo lo que significa un esfuerzo físico en el momento que debieran estar descansando para poder atender una emergencia de la mejor manera en su horario de laburo.
La coyuntura implica un riesgo para toda la sociedad: los brigadistas no solo trabajan para cuidar el medio ambiente, sino que son la primera línea de defensa frente al avance del fuego, para que los incendios no afecten a las poblaciones.
«El contexto general es de falta de brigadistas en el sistema nacional. Ya en 2023, en el informe que hace institucionalmente para parques nacionales, se puntualizaba que todo el sistema nacional requiere como para que funcione con las necesidades mínimas un personal de 700 trabajadores, y actualmente ese número es de casi la mitad», cerró sobre este aspecto el entrevistado.
Modificaciones de estructura del manejo del fuego
Además de los brigadistas de parques nacionales, hay aproximadamente 130 trabajadores que pertenecen al Servicio Nacional de Manejo del Fuego, que también se encuentran sin contrato.
El 30 de diciembre, mediante el Decreto Nacional 1136/24, el Gobierno nacional decidió el traspaso del Servicio de la cartera ambiental al Ministerio de Seguridad, conducido por Patricia Bullrich.
«Esta medida representa un grave retroceso en tanto que desliga de la agenda ambiental una problemática profundamente ligada al cambio climático, como son los incendios forestales» indicó el abogado ambientalista Enrique Viale.
Agrega que: «El traspaso del SNMF a Seguridad implica la pérdida de una perspectiva territorial y ambiental, así como el abandono de la complejidad de variables que hay detrás de estos desastres. Confrontar estos incendios va mucho más allá de la gestión de riesgos; incluye también educación ambiental, prevención y regulación de la ocupación territorial, entre otros factores que usualmente inciden en los incendios».
Por su parte, Alejo Fardjoume, trabajador de parques nacionales, señala que esto se ve reflejado en «la disminución del cuerpo de brigadistas y no solo sino que también hay técnicos, profesionales y administrativos» del combate del fuego.
«El sistema de combate del fuego necesita de los técnicos que preparan la logística, de la parte administrativa por ejemplo preparan las viandas y los equipos para los brigadistas para que puedan subir a los incendios; la contratación de medios aéreos, etc» detalló.
El combate contra el fuego es un trabajo necesario
En 2024, en Córdoba, 100 mil hectáreas fueron arrasadas por el fuego. La situación podría haber sido mucho peor sino fuera por el trabajo de brigadistas ambientales, bomberos voluntarios y demás combatientes contra los incendios.
«Los brigadistas que están sin contratos laborales son personas con mucha dedicación y mucha pasión. A pesar de esto siguen yendo a combatir el fuego, eso no sucede en muchos ámbitos de laburo» indicó Fardjoume.
«Hay una pasión y hay una dedicación a su laburo que trasciende la cuestión que es lo más básico que es saber que a fin de mes vas a cobrar un salario» agregó.
A su vez, señaló que con el vaciamiento de las políticas ambientales, el trabajo contra el fuego está chocando con una mirada política que va a contramano de la necesidad de eficacia y la asistencia de los incendios.
A modo de ejemplo, expuso la gestión del presidente de Parques Nacionales, Cristian Larsen con el gobierno de Santiago del Estero para enviar un avión para combatir el fuego en la Patagonia.
«Fue una decisión política para poder salir a los medios y vender la gestión del avión. Pero ese avión no sirve para un territorio con la geografía de la Norpatagonia, ya que necesita de una altura especial para realizar los disparos de agua y esos aviones no pueden sobrevolar en la altura necesaria» explicó el entrevistado.
Fardjoume concluyó que «un accidente es algo que te pasa cuando no lo podés prevenir. En este caso de la emergencia y los incendios todos sabían que iban a suceder. Es una negligencia absoluta».