Así lo determinó la jueza federal María Eugenia Capuchetti. En medio del proceso de investigación, el celular del acusado fue reseteado de fábrica y no se pudo extraer información.
El pasado domingo 4 de septiembre, la jueza federal María Eugenia Capuchetti dictó el secreto de sumario en la investigación del atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
En este marco, Mario Bongarelli, quien se definió como «conocido» de Fernando André Sabag Montiel (el acusado del atentado) aseguró bajo juramento de verdad creerlo «capaz de cometer el hecho».
El testigo entregó su teléfono de manera voluntaria para que sea peritado, en presencia del fiscal Carlos Rivolo y del defensor oficial de detenido, Juan Hermida.
Sumado a ello, en los tribunales federales de Retiro, la jueza tomó declaración a los peritos informáticos de la Policía Federal y de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) que intentaron explicar las razones por las cuales el celular del detenido se «reseteó» y volvió a «estado de fábrica».
¿Qué pasó con el celular de Sabag Montiel?
Luego de conocer que el teléfono celular de Sabag Montiel regresó al estado de fábrica, los peritos informaron los motivos posibles para que esto ocurra, y no descartaron que pudiera haberse activado de manera remota, o bien por algún error al intentar acceder al dispositivo. Por tanto, no pudieron extraer información.
Las desprolijidades acaecidas durante el proceso investigativo generaron críticas en el oficialismo y la oposición, que reclamaron «respuestas» a la Justicia en medio de versiones encontradas entre el juzgado a cargo de la causa y las Fuerzas de Seguridad, fundamentalmente la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).
El intento de asesinato a nuestra vicepresidenta evidencia que la violencia y los discursos de odio no pueden tener lugar.
— Alberto Fernández (@alferdez) September 2, 2022
Debemos construir consensos entre todos los sectores de la sociedad para defender la democracia y recuperar la paz social. pic.twitter.com/oom6Tz3aak
El teléfono había sido secuestrado cuando detuvieron a Sabag Montiel en la noche del jueves, tras el ataque a Fernández de Kirchner cuando llegaba a su domicilio en el barrio porteño de Recoleta: el agresor lo llevaba en el bolsillo de su campera.
A raíz de lo ocurrido, el juzgado está evaluando la posibilidad de solicitar ayuda tecnológica a Estados Unidos. Las medidas de prueba apuntan, entre otras cosas, a saber si la acción fue planificada o, cuanto menos, comentada previamente por el agresor con su entorno.
Mientras tanto, el abogado Gregorio Dalbón, representante de la vicepresidenta, informó que Cristina Fernández de Kirchner formará parte de la querella en la causa por este intento de magnicidio, asegurando que, en caso de que se comprueben irregularidades en el proceso de manipulación del celular del imputado, dirigirá una acusación a los responsables por «negligencia y encubrimiento agravado».