Resaltadas

5 películas producidas por Isao Takahata, el viejo de Ghibli en las sombras

El pasado 5 de abril se cumplieron 5 años del viaje a otro plano de Isao Takahata. Si me prestan atención, se acordarán de que les conté de este miembro de Studio Ghibli, realizador de grandes películas como la Tumba de las luciérnagas o Recuerdos del ayer. Por Marija A veces con un tono más […]

🕒  6 minutos de lectura

 | 

El pasado 5 de abril se cumplieron 5 años del viaje a otro plano de Isao Takahata. Si me prestan atención, se acordarán de que les conté de este miembro de Studio Ghibli, realizador de grandes películas como la Tumba de las luciérnagas o Recuerdos del ayer.

Goshu, el violoncellista (1982)

Por Marija

A veces con un tono más crudo o tal vez más realista que Miyazaki, Isao trata de acercarnos a historias de la vida cotidiana y también ficcionales. Con las que cualquiera que esté viviendo en nuestro mundo globalizado y cada vez más hegemónico se puede identificar.

Acompañame a conocer a uno de los pocos zurditos japoneses, jeje. Lo digo porque creo que Takahata nos muestra que el anime puede ofrecer historias con una clara ideología política. Y también que el cine es una herramienta fundamental para la comunicación de nuestra aldea global. 

A través del tratamiento de temáticas como las infancias traumáticas, la idiosincrasia de las familias de clase media o el desmonte de los bosques, el director nos da su mirada del mundo y nos invita a conocer en profundidad sus sentimientos. Le tiramos un besito al cielo para el abuelo de los otakus.

Goshu, El Violoncellista (1982)

Escrita y dirigida por Isao Takahata, basada en el cuento del mismo nombre de Kenji Miyazawa, el film nos relata la vida de Goshu. Un fan de Beethoven, que se encuentra algo frustrado con su trabajo de musicalizador de dibujos animados mudos. Esto es porque la peli se desarrolla a principios del s. XX, cuando las películas sin sonido eran musicalizadas por una orquesta que tenía su repertorio de canciones. 

Aburrido de la monotonía de su trabajo, el joven músico comienza a hacerse amigo de los animales que viven cerca de su casa. Porque cada uno de ellos acuden a él con una petición para usar su música como una medicina y así sanar a sus crías. Y en forma de agradecimiento, le enseñan nuevos sonidos.

Así, este artista va a lograr crear su propia obra de acuerdo a sus sentimientos más profundos. Pero sin dejar de lado que nada de esto podría haber salido a la luz si no hubiera contado con la ayuda de sus amigos. 

Porque la música clásica no es aburrida, mirala acá:

El castillo en el cielo (1986)

Dirigida por Hazao Miyazaki y producida por Isao Takahata, El castillo en el cielo parece El castillo ambulante, pero les prometo que no es la misma película con distintos personajes. Se le considera la primera producción del Studio Ghibli, ya que Nausicaä del Valle del Viento fue estrenada un año antes de la creación del estudio.

El castillo situado en una isla flotante que se llama Laputa (no se rían), parece ser una leyenda. Convencidos de su existencia, y con deseos de obtener el gran poder que esconde, un grupo de agentes del gobierno van a hacer todo lo posible para encontrar la isla. Los protagonistas, Pazu y Sheeta, van a luchar contra ellos tratando de evitar el robo de un cristal mágico que los ayudaría a llegar al lugar.

Tremendo clásico del estudio que nos deja un mensaje antibelicista y también humanista, en el sentido de porque a veces el avance tecnológico no es tan beneficioso si cae en manos demasiado ambiciosas.

La encontrás en Netflix.

Te puede interesar: ¡Pelea como una chica! 5 animes creados por mujeres

Pompoko (1994)

La guerra de los mapaches, por su nombre en español, es una película escrita y dirigida por Takahata. Film fundamental para los interesados en concientizar en contra de los desmontes, la destrucción de los ecosistemas y de la urbanización desmedida.

Pompoko nos cuenta la historia de los tanuki, una especie de mapache japonés que, según la leyenda popular, pueden convertirse en humanos para darnos lecciones o hacernos bromas. Ante la amenaza de las topadoras de destruir su bosque y poder construir un barrio, estas adorables criaturas iniciarán una guerra en contra de los invasores. Si chicos, es como la trama de Vecinos invasores, pero yo no se los conté y esta es la original, jeje.

De la manera en que yo lo veo, es una película muy tierna aunque no tan infantil, ya que me hizo reflexionar sobre cómo a veces debemos adaptarnos a un entorno cada vez más cambiante, crecer y dejar de ser unos mapaches bromistas.

También está en Netflix.

Mis vecinos los Yamada (1999)

Basada en el manga del mismo título, dicha creación es una de las rarezas del estudio, porque es una comedia familiar presentada en forma de tiras de manga. Es decir, que a la película la componen pequeñas historias cotidianas que le suceden a la familia Yamada, pero sin un conflicto en particular que guíe a la trama.

Así, estos divertidos vecinos viven alocadas aventuras en su rutina diaria, pero que ante todo se lo toman con humor. Retrato de la familia típica japonesa, de clase media de finales del siglo pasado. Pero que en un punto podemos identificarnos, ya que el núcleo familiar es algo más o menos compartido por todos.

Si bien no fue una película muy exitosa, Takahata se sacó las ganas de hacer una comedia ligera, y dejar el drama de lado por un rato.

Está en Netflix también.

El cuento de la princesa Kaguya (2013)

Si hablamos de innovaciones en la animación, tenemos que mencionar El cuento de la princesa Kaguya, en donde vemos la evolución de la estética del film que les conté arriba. En su última película, Takahata rescata las antiguas técnicas japonesas de acuarela y trazos irregulares, que se convierten en una hermosa obra de arte animada.

Basada en la historia popular El cuento del cortador de bambú, la trama trata sobre una pareja de campesinos ancianos que encuentra a una bebé entre unas plantas de bambú. Cuando la pequeña crece, se convierte en una hermosa mujer con muchos pretendientes, sin embargo, ella se muestra angustiada, ya que, como cuenta esta leyenda, Kaguya espera el regreso de su familia de la Luna.

Creo que es el mejor regalo que nos pudo haber dejado este impresionante realizador nipón, que con su gran sensibilidad y conocimiento del cine y la animación, nos concientiza sobre distintas problemáticas y logra que hasta el más frío se enternezca.

También la podés ver en Netflix.

Hasta la próxima otakus amigos,

Marija

Enterate acá
Enterate acá

Relacionado

Enterate acá

Más de lo último