A 49 años del último golpe de Estado se dictaron un total de 340 sentencias en Tribunales Federales de todo el país. La memoria continúa viva.

En vísperas de un nuevo 24 de Marzo, Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, un informe de la PCCH (Procuraduría de Crímenes Contra la Humanidad) reveló el panorama actual respecto a condenados y sentencias por crímenes de lesa humanidad.
Desde el año 2006 hasta hoy, Tribunales Federales de todo el país dictaron 340 sentencias. Fueron condenadas 1.197 personas y resultaron absueltas 199.
Las estadísticas elaboradas por la oficina a cargo de la fiscal federal María Ángeles Ramos se actualizaron el 17 de marzo pasado.
Una historia que es presente
El informe de la PCCH nos muestra una historia que, lejos de quedarse en el pasado, continúa resolviéndose hoy.
Actualmente, 14 juicios están en proceso y 63 causas de las diferentes jurisdicciones federales se encuentran elevadas a juicio para tratarse en un debate. En tanto, en la fase de instrucción tramitan 258 causas.
Hasta enero 2025, la identidad de 139 nietos y nietas ha sido restituida. Aún hoy, cientos de hombres y mujeres siguen sin conocer su identidad.
A partir de 2016, la cantidad de personas imputadas en libertad empieza a superar a las que están bajo alguna medida de coerción.
De las 615 personas privadas de su libertad, 498 gozan de prisión domiciliaria, 61 están presas en unidades penitenciarias varias y otras 56 en la Unidad Penitenciaria N°34 del Servicio Penitenciario Federal, que se encuentra dentro de la guarnición militar de Campo de Mayo.
La importancia del informe de la PCCH es resaltar que, contrario al relato negacionista que banaliza los crímenes de lesa humanidad como si fueran una historia antigua, las consecuencias de las torturas, asesinatos, desapariciones y apropiaciones están presentes al día de hoy.
Aún hay personas que no pudieron despedir a sus familiares, o que crecieron sin saber quiénes son. Mantener viva la memoria es una forma de impedir que vuelva a suceder, porque quien olvida la historia está condenado a repetirla.