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Violencia de género y relaciones de poder: se sigue justificando lo injustificable

Publicado por:Carmela Laucirica

En dialogo con Valentina Sosa, cuya tesis doctoral se pregunta por violencia de género desde una óptica psicológica y política, repensamos este fenómeno desde la aceptación del mismo como algo cotidiano pero inconcebible.

Imagen: Universidad Latina de América

En el marco del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, decidimos ir más allá y pensar en problemáticas que recién comienzan a estudiarse. En este caso, de la mano de Valentina Sosa -Licenciada en Psicología y becaria interna doctoral de CONICET- repensamos el lugar de la violencia de género y su consecuente legitimación y aceptación social.

Concretamente, Valentina forma parte del Equipo de Psicología Política del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIPSI-UNC-CONICET). Allí es donde estudia variables psico-sociales y psico-políticas en torno a la justificación de las violencias de género. Es decir, se interesa en comprender cómo y por qué las personas justifican las violencias de género, dentro de un sistema que las legitima y reproduce.

¿Por qué Valentina se pregunta por este tipo de justificación? Parafraseando sus dichos, podemos decir que si bien existen avances en materia de género, nos seguimos encontrando con situaciones de violencia en las que hay variables dentro de la psicología política que influyen en la construcción y la perpetuación del fenómeno en sí.

Y en esta línea aparece la tolerancia o la aceptación como uno de los factores con más peso en la normalización de este tipo de violencia. Existe un conjunto de creencias que legitiman esta violencia (el varón es violento porque está en su naturaleza, la persona que reciben violencia seguro hizo algo para que le pase).

Es en este conjunto de creencias y valoraciones que entra la psicología política, ya que la violencia de género está atravesada por las relaciones de poder. Y es por eso que se constituye como fenómeno político y puede estudiarse por esta rama de la psicología. “El fenómeno de la violencia de género no se puede descontextualizar”, apunta Valentina en dialogo con El Resaltador.

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Valentina Sosa, licenciada en Psicología y becaria interna doctoral de CONICET

La justificación de la violencia de género está poco estudiada

La justificación de las violencias es muy poco estudiada. Por lo general, lo que se estudia es la justificación de las desigualdades, pero no de las violencias. Y estas justificaciones son las que permiten que las personas puedan seguir sosteniendo sus posiciones de poder. Entre las teorías que menciona Valentina para nutrir esta nota, a lo anteriormente mencionado lo enmarca dentro de la teoría de la justificación del sistema, perteneciente a los autores Sidanius y Pratto.

Durante los 90, surgió una teoría conocida como la justificación del sistema , la cual propone que en toda sociedad existe un sistema de creencias que perpetúa y legitima el status quo. Por lo tanto, se permite que las personas que se encuentren en determinadas posiciones de poder puedan seguir allí. Paralelamente, y de manera complementaria si se quiere, nos encontramos con un tipo de justificación del sistema más específica aún: la del sistema género.

La justificación del sistema género es otra teoría, que propone que los estereotipos de género están basados en una creencia de superioridad masculina y de complementariedad femenina. Así, los mismos aumentan la tendencia a percibir que las relaciones sociales son acuerdos justos.

Siguiendo con las teorías aportadas por Valentina, vale mencionar también a la creencia en un mundo justo. Esta se constituye, una vez más parafraseando a la licenciada, como un conjunto de creencias según las cuales cada persona obtiene lo que merece en la vida. «Esta es una variable muy interesante para poder estudiar en relación con la justificación de las violencias de género. Porque existen antecedentes que dicen que las personas que creen en el fenómeno del mundo justo también justifican la violencia de género», apunta la psicóloga.

«Si esto sucedió es porque tenia que suceder, hiciste algo para merecerlo» y tantas otras frases que continúan perpetuando un sistema violento y machista.

La jerarquía hace a la dominancia social

Paralelamente, en esta temática encontramos otra teoría relacionada, que es la de la orientación a la dominancia social. Esta parte de la idea de que la sociedad está estructurada en jerarquías sociales. Entonces, se da una tendencia de determinados miembros a querer mantener esa estructura. Lógicamente, suelen ser personas que son privilegiadas en cuanto a su posición social, por ende quieren mantenerse allí. En cuanto a violencia de género y dominancia, Valentina sugiere que usualmente son los hombres quienes no quieren que esta estructura social cambie.

¿Qué es el sexismo ambivalente y por qué nos interpela en esta nota? Porque explica cómo en la sociedad contemporánea el sexismo no se manifiesta como antes. Es por esto que podemos ver dos componentes en el sexismo actual: el hostil y explícito por un lado; y el benevolente, sutil y naturalizado por otro. Según explica la entrevistada, con este último hay que tener mas cuidado, porque suele ser mas difícil de problematizar. Esto se da porque suele tratarse más de una actitud estereotipada hacia las mujeres y diversidades, por ejemplo el paternalismo protector.

Otro dato interesante que aporta la licenciada es que si una persona puntúa alto en sexismo ambivalente, puntúa alto en justificación de violencias de género.

La infancia como momento de socialización de género

Durante la infancia, comienza el proceso de Socialización de Género, que es la transmisión de conocimientos y valores recibida durante toda la vida. La Socialización de Género es una variable iniciada en la infancia y es la atribución que se les da a los niños y niñas de cómo deben ser, sentir, pensar. Entonces, por supuesto que este fenómeno atravesará a todas las decisiones que van tomando esos niños y niñas. Eso se ve después en los trabajos que tienen, las carreras que eligen, y otras tantas decisiones importantísimas de la vida.

De este modo, tras mencionar diversas teorías y fenómenos, queda claro que todos los cambios a esa estructura tan mencionada van a generar un cambio en el status quo. Entonces, siempre que una mujer salga de ese marco normativo, la sociedad responderá con resistencia, porque según explica Valentina, los grupos que están en las posiciones de poder no quieren negociar. Las posiciones de poder no se negocian, por eso siempre permanecerán los mismos en esos lugares.

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