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Venezuela: entre el injerencismo estadounidense y las elecciones presidenciales

Publicado por:Rodrigo Andrada Savoretti

En medio de un proceso electoral en marcha, el chavismo enfrenta no solo a 12 espacios políticos opositores ya inscriptos con sus candidatos, sino también una renovada injerencia del imperialismo norteamericano a través de sus agentes en territorio venezolano. ¿Quisieron matar a Maduro? ¿Cómo se encuentra actualmente la contienda electoral de cara al 28 de julio?

Luego de años de debate y acuerdos a medio cumplir entre el oficialismo y la oposición, el sistema electoral de Venezuela se alistó para dar rienda a las elecciones presidenciales del próximo 28 de julio.

Nicolás Maduro (61) fue el candidato elegido por la alianza de partidos y espacios políticos cercanos y orgánicos chavismo, la cual capitaliza el partido gobernante, Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). El actual Presidente busca reelegir y gobernar por otros seis años, tiempo en que lograría superar la gestión de Hugo Chávez (14 años).

A pesar de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) inscribió a 37 organizaciones políticas, representadas por 13 candidatos a la presidencia, conforme a los principios de la Constitución Bolivariana y las leyes nacionales, los cuestionamientos de los paladines de las democracias liberales europeas y norteamericanas, empiezan a intensificarse. Desde la Unión Europea hasta Estados Unidos hicieron públicas sus críticas con el proceso electoral venezolano.

13 candidatos, de los cuales 12 son opositores. Aun así, países como Estados Unidos, cuya democracia bi partidaria tiene un sistema de participación semidirecto, encabeza un reclamo sobre la democracia bolivariana que terciariza en la arena política local a través de la opositora Corina Machado, del partido no habilitado «Vente Venezuela».

Machado no pudo inscribirse como candidata por estar inhabilitada por 15 años tras un fallo de la Corte Suprema de Justicia que la encontró culpable de diversos delitos, entre los cuáles se juzga su participación en «la trama de corrupción orquestada» por el exjefe del Parlamento Juán Guaidó, así como por incumplir normas nacionales, al aceptar «la acreditación como representante alterna» de Panamá ante la OEA (Organización de los Estados Americanos), en un debate celebrado en 2014.

“Vente Venezuela (partido fundado por Machado en 2012) no es un partido habilitado ante el Consejo Nacional Electoral (CNE), estaba obligado a establecer consensos con organizaciones debidamente habilitadas para esta elección presidencial”, advirtieron desde el gobierno venezolano a principios de mes a Página 12.

Desde el Gobierno bolivariano denuncian que la opositora pro-yanqui encabeza una narrativa «fascista» y «antidemocrática» que sienta su fundamento en la prohibición de su candidatura. Según el propio gobierno venezolano, Machado podría haber ido por la «iniciativa propia» (contemplada en la Ley Orgánica Electoral). En ese caso, según lo previsto en el artículo 52, Machado tenía que presentar ante el CNE firmas correspondientes al 5 % del último padrón electoral para avalar la candidatura, pero no lo hizo.

¿Quieren matar a Maduro?

El Gobierno de Nicolás Maduro denunció que en las últimas semanas se detuvo a 15 personas vinculadas a la organización «Vente Venezuela», quien di agramaba un plan denominado «Brazalete Blanco», que tenía como objetivo específico el asesinato del Presidente y otros altos dirigentes de su gestión. El segundo objetivo, desprendido del primero, era generar el caos y el terror en el país para luego justificar una intervención yanqui en territorio venezolano.

El lunes primero de abril, “un extremista de la organización Vente Venezuela fue detenido con armas dispuestas a atentar contra la vida del presidente” en un acto electoral del oficialismo.

No es la primera vez que atentan contra la vida del mandatario. En el año 2018, opositores a Maduro explotaron infructuosamente dos drones «suicidas» cerca del Presidente, en lo que se conoció como la «Operación Fénix».

El Presidente acusa a Estados Unidos de estar detrás de las operaciones de sabotaje contra las elecciones presidenciales de este año. No es para menos, desde hace años el gigante norteamericano mantiene sanciones contra Venezuela, y la ha robado al país, junto al Reino Unido, cargamentos de oro, al igual que distintos bienes materiales pertenecientes al Estado de Venezuela. Además, a través de Colombia y agentes yanquis en el país vecino, intentó varias operaciones de sabotaje e intervención militar, fracasadas debido a la labor de la inteligencia venezolana.

Sin embargo, desde 1998, Venezuela desarrolló 30 grandes elecciones, convirtiéndose en uno de los países con más sugragios en las últimas décadas en toda Latinoamérica.

La sombra del injerencismo norteamericano no pudo el 13 de abril de 2002 cuando se intentó hacer un golpe de Estado sobre Hugo Chávez, y según lo demostrado en las calles hace tres días, pareciera que tampoco podrá a la brevedad. Miles de venezolanos y venezolanas salieron a la calle a conmemorar aquel día donde se derrotó al golpismo y se recuperó la democracia. A más de dos décadas, el enemigo del pueblo sigue con las mismas intenciones. Una Venezuela socialista y democrática es una piedra en el zapato del Tío Sam y sus planes de saqueo y destrucción.

El 28 de julio no será la excepción. Venezuela irá a las urnas y elegirá a su nuevo Presidente, con o sin la aprobación de Estados Unidos.

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