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Sentenciaron al trabajador del Sanatorio Aconcagua que le negó atención a Blas Correas

Publicado por:Agustina Bortolon

Se trata de Fernando Casalino. Aquella madrugada se negó a que el joven de 17 años -herido por el disparo- ingresara al centro de salud para recibir atención.

Este martes 17 de octubre, la Justicia de Córdoba condenó al trabajador de la clínica que se negó a atender a Blas Correas, asesinado por la Policía en agosto de 2020. Recibirá una pena de dos años y seis meses.

Se trata de Fernando Casalino, quien era empleado del Sanatorio Aconcagua. Aquella madrugada no permitió que el joven de 17 años -herido por el disparo- ingresara al centro de salud para recibir atención.

Casalino aceptó todos los cargos en su contra y le pidió perdón a la familia de la víctima. En este marco, Soledad Laciar -madre de Blas- manifestó a Cadena 3: «Él dijo que se equivocó y por qué no creerle, Blas no está y eso no va a cambiar».

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«Estoy convencida que la responsabilidad es de la Clínica; no argumentó tener orden de no hacerlo ingresar pero dentro de la clínica se tienen que haber escuchado los gritos«, aseveró.

Sumado a ello, expuso que «Fernando fue el único que se acercó a hablar conmigo, de la clínica no se acercó nadie, si él no lo hizo entrar es porque había una bajada de línea de la clínica».

Fernando abrazó a Soledad y ella pidió que no lo echen de su trabajo.

El crimen de Blas Correas ocurrió el 6 de agosto de 2020 en medio del contexto de distanciamiento social, preventivo y obligatorio decretado a causa de la pandemia por COVID-19.

El 31 de marzo de este año, la Justicia condenó a prisión perpetua a los cabos Lucas Damián Gómez, de 37 años, y Javier Catriel Alarcón de 33, por «homicidio calificado» por ser integrantes de la Policía, y «agravado por el uso de arma de fuego», y por «tentativa de homicidio», debido a que Blas iba en un auto con otros cuatro amigos, quienes sobrevivieron a la balacera.

Otros policías fueron condenados por encubrimiento, por haber acordado «plantar» un arma en el auto de los jóvenes y así justificar los disparos contra el vehículo.

Por su parte, la agente Wanda Esquivel fue sentenciada a tres años y diez meses de prisión, mientras que su compañera Florencia Martínez recibió cuatro años y tres meses.

También fueron condenados el subcomisario Sergio González (cuatro años y diez meses), el comisario inspector Walter Soria (cuatro años y nueve meses), el comisario inspector Jorge Galleguillo (cuatro años y ochos meses), el oficial ayudante Ezequiel Vélez (dos años y medio), el cabo Leonardo Quevedo (cuatro años) y el comisario inspector Juan Gatica (cuatro años). En tanto, quedaron absueltos los agentes Rodrigo Toloza y Leonardo Martínez.

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