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Reparar los vínculos como respuesta activa al sistema

El domingo 24 de abril ocurrirá el “Festival Córdoba Repara” en la Isla Encantada en Parque Sarmiento. Este encuentro es un momento para re-parar, frenar un poquito entre tanta ciudad, compartir experiencias, reflexiones y acciones para defender el ambiente y su tejido social.  Por Magdalena Gavier El 22 de abril se celebra el Día Internacional […]

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El domingo 24 de abril ocurrirá el “Festival Córdoba Repara” en la Isla Encantada en Parque Sarmiento. Este encuentro es un momento para re-parar, frenar un poquito entre tanta ciudad, compartir experiencias, reflexiones y acciones para defender el ambiente y su tejido social. 

Reparadores en Córdoba.

Por Magdalena Gavier

El 22 de abril se celebra el Día Internacional de la Tierra en varios países del mundo. Esta fecha, que se conmemora desde hace más de 50 años, tiene un objetivo bastante claro:  sensibilizar y crear conciencia común a los problemas que afectan a la Tierra (la contaminación de los ecosistemas, la sobrepoblación, la urgencia de la conservación de la biodiversidad, entre otros aspectos).

Quizás la efeméride tenga una mirada un tanto antropocentrista, pero de igual modo, y como todas estas fechas, sirve como oportunidad para reflexionar acerca de nuestro vínculo con la Tierra. 

¿Qué es la Tierra?

Cada idioma, dialecto y cultura tiene su propia manera de nombrar al planeta, pero todos tienen en común su derivación: creación, tierra, suelo, universo, mundo. 

Hay muchas imágenes mentales que se nos vienen a la cabeza cuando pensamos en la Tierra: es suelo, barro, lo que sostiene nuestros pies. También, es aire, agua y vegetación. Es mar, ríos, lluvias, glaciares y nieve. Es Bosque Nativo, tierra invadida, territorios saqueados. Es polvo, cenizas y la nada misma que queda después de un incendio. La Tierra nos hospeda, nos da un lugarcito en su inmensidad: es un organismo vivo que alberga desinteresadamente innumerables especies. Es energía y movimiento constante.

Desde hace años la especie humana interviene en la Tierra. Al principio lo hacía tímidamente, conviviendo armónicamente con el ecosistema, pero desde hace años que esa timidez se diluyó y ya pasamos a ser una suerte de plaga. Ni es toda la humanidad ni es en todos los rincones del mundo: aún existen espacios cuidados, especies protegidas, personas respetuosas. Pero sí es una realidad que gran parte del mundo está sufriendo un colapso producto de un sistema que ya no da más. 

La evidencia que tenemos ante nosotres sugiere que estamos encaminados a niveles perturbadores e incontrolables de degradación ecosistémica y esto provocará caos social, hambre, destrucción, migración, enfermedades y guerra. Nuestras normas de comportamiento en manada, eso que llamamos civilización, y puede resultar abstracto, se desmoronará de forma inevitable durante el lapso de nuestras vidas. Enfrentamos un escenario inevitable de fragmentación social violenta, un verdadero apartheid climático: los ricos salvándose y la mayor parte de la humanidad empujada a sobrevivir." Flavia Broffoni en Extinción.

La Tierra cruje pidiendo un cambio. El sistema extractivista está arrasando muchos territorios, llevándose puestas culturas, sociedades e historias enteras.  

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Como ya mencioné en otras columnas, es urgente buscar alternativas a la extracción de recursos que sean sostenibles y que colaboren en un la construcción de un territorio armónico, que respete la cultura de los pueblos, que resguarden a los otros seres con quienes compartimos el ecosistema, que generen empleos dignos y que velen genuinamente por los derechos de quienes habitamos las tierras. 

Obsolescencia programada

De la mano del extractivismo viene la obsolescencia programada. Otra de las bases del sistema capitalista: generar deseos sobre cosas (que antes resultaban innecesarias o inexistentes), disponer un mercado alrededor para que de alguna manera logremos conseguir el dinero para comprarlo, y que esa cosa sirva un tiempito hasta que aparezca una nueva propuesta, mejor. 

Muchos gobiernos llevan la bandera de la inclusión de personas en el mercado, de “agrandar la torta” para que haya más consumidores. Para eso hay innumerables estrategias económico-sociales: subsidios, créditos, políticas de acceso, entre otras.  Hay planes para comprar en miles de cuotas un electrodoméstico que antes no necesitábamos, créditos para adquirir un auto más nuevo, cuotas para un celular más copado. Y no es que critique que todas las personas podamos tener la misma capacidad de acceder a cosas. Esto no es una crítica a las políticas para el pueblo, sino más bien una crítica a los gobiernos que perpetúan este sistema sin cuestionar a dónde nos conduce. 

¿Por qué en vez de promover políticas reales donde podamos generar espacios de aprendizaje colectivo, nos incentivan a comprar un televisor? ¿Por qué en lugar de alentar centros culturales que sirvan de resguardo para personas en situación de vulnerabilidad social, nos dejan en la calle? ¿Por qué nos dan una “Tarjeta Alimentar” en vez de facilitar el acceso a alimentos agroecológicos y promover las huertas urbanas? 

Y la respuesta es simple: porque les conviene. Porque es más fácil. Porque así nos mantienen en estado de sumisión: encerrados, viendo televisión (de contenido basura) mientras comemos procesados (más basura), anhelando tener otro crédito para comprar más y “mejores” cosas. 

Y es que así funciona la obsolescencia programada, no sólo con los objetos tecnológicos que tienen una vida útil brevísima, sino que toca la fibra más sensible de la humanidad: el deseo. No tengo lo suficiente ni lo mejor. Quiero lo que otras personas tienen porque siempre hay alguien que tiene algo mejor que yo. Y termino en círculo vicioso de deseo eterno por algo que en realidad nunca necesité, pero me hicieron creer que sí.

Hay mucho por debatir, reflexionar y hacer. Lo importante es investigar, re-pensar el vínculo con lo que consumimos, movilizarnos por lo que nos interpela. Es urgente participar y promover espacios donde podamos vincularnos con otras personas, ampliar la perspectiva de las problemáticas sociales y ambientales, profundizar discusiones honestas, intercambiar ideas. El diálogo genuino construye puentes y despierta conciencia. 

Propuestas locales como respuesta

En ese sentido, y a modo de celebración por el Día de la Tierra, es que el domingo 24 de abril ocurrirá el “Festival Córdoba Repara” en la Isla Encantada en Parque Sarmiento desde las 13:00 hasta las 18:30 hs.

Este espacio es una propuesta con tinte cordobés, que surge de un grupo de personas que milita la reparación -en su concepto más amplio- como respuesta al sistema actual. Les mueve el trabajo colectivo y la búsqueda de compartir experiencias y aprendizajes. 

Reconocemos el agotamiento de la Tierra y decidimos intentarlo todo para reparar desde este rincón del mundo, no sólo durante este evento sino cada día, con la convicción de que la lucha por la madre tierra es la madre de todas las luchas” explican las personas que organizan. 

Este festival es un momento para re-parar, frenar un poquito entre tanta ciudad, compartir experiencias, reflexiones y acciones para defender el ambiente y su tejido social. 

¿Qué actividades habrá en el Festival Córdoba Repara?

De todo: música (dj y banda en vivo), espacios de diálogo, juegos y charlas (sobre ecofeminismo, contaminación, compostaje y más), mercado local de impacto (con emprendimientos sostenibles), stands de organizaciones ambientales, sector de gastronomía vegana, vegetariana y agroecológica, experiencias inclusivas, recepción de reciclables, colecta Abrigo Amigo (de frazadas y abrigos para donar), un espacio dedicado exclusivamente al Club de Reparadores x Córdoba y más.

El eje principal del encuentro es la reparación: de los objetos, de vínculos entre personas y de nuestra relación con la Tierra.

¿De qué modo?

Con los objetos: el Club de Reparadores es un evento itinerante de reparación colectiva creado para extender la vida útil de las cosas y promover el cuidado y la reparación como estrategia para el consumo responsable y práctica de la sustentabilidad. En el festival habrá un espacio dedicado exclusivamente a la reparación.  Si te interesa sumarte como reparador, podés inscribirte acá.

Entre personas: será un espacio de intercambio socio cultural que fortalezca nuevas economías y la inclusión como valor transversal a todos los espacios. A través de este tipo de encuentros se fortalece el lazo comunitario, reforzando la cooperación y colaboración como bases para la construcción de una resiliencia social local. 

Con la Tierra: será también un espacio de educación y concientización ambiental que fomente alternativas a la cultura del descarte en nuestra ciudad que invite a repensar la relación entre la cultura y la naturaleza, concentrando herramientas, actividades y prácticas que aporten al disfrute y la reflexión.

¿Qué se puede llevar? 

  • Podés llevar tus objetos para reparar, bolsa de tela, botella reutilizable y equipo de mate.
  • Desde la organización alientan a ir en algún medio de transporte sostenible: bicicleta, monopatín, skate, colectivo, etc. Y, si vas en auto, sugieren compartir vehículo. 
  • Abrigo amigo: recibirán frazadas y abrigos destinados al ropero comunitario de Las Omas.
  • Material para reciclar: residuos reciclables secos y limpios (plásticos, papel, cartón, aluminio, latas, vidrio), residuos electrónicos y pilas, sachets, bolsas de alimento balanceado y prendas textiles, aceite usado (que haya sido de uso gastronómico), retazos de tela sin usar.

Mapa del festival:

¡Datos importantes!

  • Acceso peatonal: el espacio estará acondicionado para que personas con discapacidad motriz puedan acceder sin inconvenientes.
  • Rutas accesibles: habrá caminos para el paso de sillas de ruedas y coches, además de rampas que permitan el correcto tránsito por las dependencias del parque.
  • Guías en el ingreso: personas ciegas y con baja visión guiarán el ingreso al festival a través de una actividad lúdica. 
  • Baños: baños acondicionados para el acceso en sillas de ruedas. 
  • Intérpretes de Lengua de Señas: contarán con intérpretes para que todas las personas puedan disfrutar del festival.
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