Durante la jornada de hoy, a partir de las 13, un plenario de cuatro comisiones retomará el debate de la Ley de “Promoción de la Alimentación Saludable” en Diputados. Esta normativa incluye el etiquetado frontal con octógonos para Argentina, iniciativa amenazada por el fuerte lobby empresarial.
La Ley de “Promoción de la Alimentación Saludable”, que incluye la implementación del etiquetado frontal en alimentos, se tratará nuevamente en Diputados hoy a partir de las 13. Con un plenario integrado por 4 comisiones, la iniciativa se enfrenta a un fuerte lobby empresarial -principalmente azucarero- que intenta desestimar constantemente la ley en favor de intereses meramente económicos.
Cabe destacar que este proyecto ya recibió media sanción en el Senado, en octubre del año pasado. Sin embargo, su paso por Diputados parece estar minado de intereses que van en contra de la alimentación saludable y el derecho a la información. Con este sistema de octógonos negros, se quiere advertir sobre el exceso de nutrientes críticos en los alimentos y bebidas. Algunos de estos nutrientes son el sodio, el azúcar y las grasas saturadas.
Según informaron desde Ecoportal, Argentina no transita una pandemia sino una sindemia: que es la coexistencia de dos epidemias. La primera es la que está en boca de todos, la del virus Sars Cov-2; la segunda, la de las Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT) como la diabetes, la obesidad, el cáncer, la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares. Estas enfermedades son causa de muerte y pérdida de calidad de vida en nuestro país.
En Argentina, no existe ley que obligue a las marcas a informar sobre los niveles de azúcar en sus productos. Es por esto que muy pocas empresas deciden hacerlo por «iniciativa propia», la cual ni siquiera alcanza, dado que la información se ofrece de manera compleja, un tanto escondida o minimizada en los envases y muchas veces en partes. En estos pocos casos, no estamos frente a un acto de responsabilidad empresarial, sino a la aclaración de ingredientes obvios en la composición de ciertos productos. Un ejemplo de esto es anunciar dentro de un producto que el mismo contiene “azúcar JMAF”, ¿qué sabe el consumidor sobre ese tipo de azúcar? resulta ciertamente confuso.
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Es tal el lobby que hay contra la Ley de Etiquetado Frontal de Alimentos que mañana la Cámara de Comercio de EE.UU. ???????? va directamente a la Cámara de Diputados a meter presión.
— Enrique Viale (@EnriqueViale) April 5, 2021
Nunca lo ví antes… están desesperados para que no salga.#EtiquetadoClaroYA pic.twitter.com/8uAnSYSmWe
El lobby azucarero presiona en favor de sus intereses
Entre los puntos que propone la Ley de «Promoción de Alimentación Saludable», se prevé la advertencia sobre exceso de azúcares mediante sellos. También se exige que en los alimentos y bebidas se declare la cantidad de azúcares en la tabla de composición nutricional. Con todas estas regulaciones, las empresas de bebidas azucaradas y lácteos se posicionan como las «más ofendidas» al respecto. Esto puede verse en el lobby que impulsan desde su lugar, siendo estos dos rubros los que más presionan para que la ley no salga.
Así, supuestos académicos que dicen hablar en nombre de la ciencia no son más que formadores de opinión pagados por estas empresas. De esta manera, se posicionan con un discurso contrario a la ley, sin ser francos sobre el origen de sus discursos: intereses empresariales bien pagados.
Durante el debate de la ley en ambas cámaras, desde la Sociedad Argentina de Nutrición y Alimentos Reales (SANAR) y desde la Fundación para el Desarrollo de Políticas Sustentables (FUNDEPS) informaron sobre distintas maniobras empresariales para frenar su avance.
Cooptación de profesionales de la salud y fragmentación de las organizaciones académicas
Esta maniobra retoma lo mencionado anteriormente: nos encontramos con profesionales de la salud pagados por las empresas de ultraprocesados, que dicen hablar en nombre de la ciencia. La realidad es que su voz se ha enviciado con los intereses de estas marcas, que se agarran de profesionales del rubro para intentar sustentar un discurso vacío de empatía y que nubla el derecho a una alimentación saludable. Esto se ha visto no solo en los debates de ambas cámaras, sino también en notas de opinión que difunden los grandes medios de comunicación.
Destacar la importancia económica de la industria y promoción de la desregulación
En este sentido, se habla de pérdida de empleo y menor generación de ingresos nacionales, incluso del riesgo de perder inversores si se cambian las leyes de salud pública. Acá también se han puesto en juego presiones al Poder Ejecutivo, ignorando que el tratamiento está en manos del Senado y la cámara de Diputados. Más aún, resultan sospechosas ciertas contribuciones «desinteresadas» de estas empresas para combatir la pandemia. Se disfrazan de responsabilidad empresarial, justo ahora.
El fomento de las relaciones entre organismos estatales y privados
Durante el debate de esta ley en el Senado, el Instituto Nacional de Alimentos (INAL) convocó a empresas como Arcor, Mc Donald’s y Coca Cola a compartir sus políticas de “sustentabilidad” en el marco del Día de la Alimentación. No debemos olvidar que INAL depende del Ministerio de Salud, con lo cual resulta extraña esta movida en favor de las empresas.
El debate continua y por el momento hay que esperar novedades desde la Cámara de Diputados. Lo que no hay que seguir esperando es que estas empresas avancen con su lobby, dejando a la ley encajonada o bien aprobada en favor de sus intereses.