Organizaciones de Derechos Humanos invitan a acompañar al pedido de familiares, este viernes 11 de abril a las 9, frente a Tribunales Federales.

Por Anouk Rubini.
Familiares de detenidos-desaparecidos piden ser querellantes en la causa «Enterramientos Clandestinos», que investiga los restos de detenidos-desaparecidos hallados en una fosa común en Pérez Esquivel.
26 familiares de 21 víctimas se presentaron ante la Justicia Federal de Córdoba para solicitar su admisión como querellantes en la causa, que se tramita en el Juzgado Federal N°3 de esta ciudad. En una segunda etapa, podrían incorporarse, sumados a los 26, otros 10 o 12 familiares que también solicitarán volverse querellantes en la causa.
Entre los familiares se encuentran dos madres de 99 años de edad cuyos hijos fueron asesinados en La Perla. Ambas son representadas por familiares con poderes. No todas las personas que solicitan ser querellantes residen en Córdoba: también los hay a la distancia, desde Catamarca, Neuquén y Rosario hasta Suiza, Alemania e Israel.
Madres, hermanos, hijas, cónyuges buscan justicia por sus desaparecidos. Algunos de los familiares que solicitaron ser querellantes en la causa «Enterramientos Clandestinos» son Soledad García Quiroga y Silvina Requena, conviviente y hermana respectivamente de Eduardo Raúl Requena, que al momento de su desaparición tenía 36 años, era un trabajador de la educación y dirigente de CTERA, secuestrado el 23 de julio de 1976 en la ciudad de Córdoba; los hermanos de Alejandra Jaimovich: Oscar Ezequiel Jaimovich y Adriana Ruth Jaimovich, cuya hermana desapareció a los 17 años, apenas egresada del colegio secundario y secuestrada el 1 de junio de 1976 en la ciudad de Córdoba; y Graciela Geuna, cónyuge de Jorge Omar Cazorla, de 22 años, estudiante de abogacía de la UNC, secuestrado el 10 de junio de 1976 en la ciudad de Córdoba, entre otros.
Matar al futuro
De las 21 víctimas en esta causa, todas fueron personas jóvenes entre los 37 y 17 años, algunas militantes, otras no, todas con una diversidad de ocupaciones: estudiantes universitarios de ciencias de la información, de historia, de psicología, zorros grises, modistas, obreros frigoríficos y cerveceros, maestras, empleados administrativos, ingenieros químicos, entre otras.
Soledad García Quiroga, profesora de Letras, feminista, sindicalista docente, detenida, exiliada, cónyuge de Eduardo Raúl Requena y una de las personas que solicitan ser querellantes, dijo a El Resaltador: «la importancia de la causa es técnica pero fundamentalmente para nosotros tiene un valor político muy grande, en momentos de pedidos de verdad completa».
Soledad destacó que la llamada «verdad completa» (así bautizada por quienes insisten con la teoría de los dos demonios) sería posible «si no hubiera habido un pacto de silencio entre los represores», que al día de hoy sigue impidiendo conocer qué pasó y dónde están los desaparecidos y los bebés apropiados.
«El derecho a buscar los cuerpos de los nuestros es un derecho indiscutible. Es el derecho que tenemos a recuperarlos para darles sepultura. Va a ser posible quizás, el duelo que no podemos hacer. Yo tengo mi compañero desaparecido, Eduardo Requena. Hay compañeras que tienen hermanos, compañeros que tienen padres, que tienen hermanas. Gente de afuera, del exterior, que ha mandado poderes de Alemania, de Rosario, varios de Israel, gente que quisiera tener algún indicio de qué fue de su familiar, de nuestros familiares», explicó Soledad.
Los familiares ofrecieron razones amparadas en la legislación internacional y en el derecho a la verdad y al duelo, por las cuales solicitan ser querellantes en la causa «Enterramientos Clandestinos».
Organizaciones de DDHH invitan a acompañar el pedido de los familiares este viernes 11 de abril a las 9 hs, frente a Tribunales Federales, en la esquina de Concepción Arenal y Paunero.

Derecho a la verdad y al duelo
«Los crímenes de desaparición forzada de personas no cesan, desde la detención y/o secuestro hasta la aparición de sus cuerpos», dijeron los familiares en una gacetilla de prensa.
Con ello se refieren a la herida siempre abierta que implica la desaparición de un ser querido, en donde se les arrebata a los vivos la posibilidad de cierre por no conocer las condiciones de la muerte ni tener un cuerpo que velar.
Mencionaron también la existencia de legislación internacional, a la que Argentina adhiere, que avala la solicitud como querellantes. En ese sentido, remarcaron que «la Organización de las Naciones Unidas establece nuestro derecho a participar de la búsqueda de nuestros desaparecidos».
Así explicaron la importancia de que la Justicia acceda a su solicitud: «constituirnos como querellantes nos permitirá participar en la investigación de esta causa aportando pruebas, testimonios, peritos, líneas de investigación y también habilitará el trabajo de especialistas expertos en la materia que podrán contribuir en la búsqueda. En este sentido, Naciones Unidas establece también que las autoridades tienen que diseñar estrategias que incluyan a las víctimas, sus familiares y las organizaciones que los representan».
Por último, los familiares remarcaron el derecho a la verdad y al duelo, tanto personal como de la sociedad entera afectada por el terrorismo de Estado.
«Queremos recuperar los cuerpos de nuestros familiares a 50 años del golpe cívico-militar. Queremos sepultarlos y así también ayudar a la reparación de quienes fueron afectados por la violencia ejercida por el Terrorismo de Estado, es decir, el conjunto de la sociedad«, cerraron el comunicado.
Desapariciones forzadas y enterramientos anónimos
En la última dictadura cívico-militar en Argentina que tomó lugar entre los años 1976 y 1983, fue una práctica común la desaparición forzada de personas disidentes al régimen fascista. Entre las atrocidades cometidas, luego de secuestrar, torturar y asesinar a los detenidos, en la mayoría de los casos se buscaba la desaparición de sus cuerpos.
Una de las maneras de los militares de deshacerse de la evidencia de sus crímenes era, en connivencia con empleados de cementerios, arrojar los cadáveres de sus víctimas a fosas comunes, de manera clandestina y anónima.
Es por ello que, exigiendo el derecho a la memoria, la verdad, la justicia y la reparación, familiares de detenidos-desaparecidos piden ser querellantes en la causa «Enterramientos Clandestinos».