Así lo alerta Gabriel Rubinstein, quien advirtió que el nuevo acuerdo con el FMI “va a tener muchas restricciones para el uso de los fondos”.

Según el economista y ex viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, el nuevo acuerdo con el FMI impulsado por el Gobierno nacional implica un alto riesgo de devaluación y volatilidad.
Rubinstein aseguró que el nuevo acuerdo “va a tener muchas restricciones para el uso de los fondos” por lo que “tendremos que convivir con un riesgo elevado de volatilidad cambiaria y devaluación”.
El economista, que habló con Agencia Noticias Argentinas, dijo sobre la nueva deuda que «cuando se otorgan fondos con mucha anticipación a los vencimientos da una idea de que son fondos frescos, ya que por un largo tiempo no tenemos que pagarle al FMI”.
Este adelanto de dinero por parte del Fondo sería para Rubinstein un voto de confianza de la entidad económica, resaltando que, cuando fue viceministro de Sergio Massa, durante el gobierno de Alberto Fernández, la situación era inversa: primero se pagaba y luego se recibía el dinero.
Sin embargo, Rubinstein adelanta que si bien es positivo que los fondos sean entregados con anticipación, no significa que el dinero esté disponible libremente.
Según el economista, el acuerdo estará muy restringido en cuanto a los usos de ese dinero.
Por ejemplo, «el FMI no va a dejar que los vendas en el mercado de cambios a un valor que ellos consideren muy atrasado, que es la situación actual”, dice Rubinstein.
Para el economista esto es un gran problema frente al enorme riesgo de corridas cambiarias.
El viceministro comentó que “ese es un problema que va a quedar, que este acuerdo no lo va a resolver (…) tendremos que convivir con un riesgo elevado de volatilidad cambiaria y de devaluación que van a seguir latentes en la economía argentina por mucho tiempo”.
¿Qué dice Rubinstein sobre la situación económica del país?
Además del nuevo acuerdo con el FMI, Rubinstein habló de la situación económica: considera que alcanzó su peor momento hasta ahora en el período de abril-mayo, pero que desde entonces está mostrando signos de mejora.
Pronosticó para este año un crecimiento económico del 6%, pero insistió en que “más allá del rebote habrá que ver si Argentina tiene condiciones para crecer, si va a ser solo minería y Vaca Muerta”.
Respecto a la inflación, el entrevistado considera que la misma probablemente siga bajando, con lentitud.
Sobre el ajuste fiscal, Rubinstein comentó que «fue de 5 puntos del PBI y está disminuyendo al 4 y pico ahora» y que era algo que había que hacer.
“Lo considero valioso porque era una necesidad de la Argentina, que no tenía dólares, ni financiamiento en pesos o en dólares, por lo que no había chance de evitar un ajuste fiscal”.
Rubinstein concluye que “en ese punto hizo lo que había que hacer, después podemos discutir quién paga la carga de ese ajuste, cuánto los jubilados, cuánto la obra pública, cuánto esto, cuánto lo otro”.
Hablar con la panza llena
Quizás el problema con «después discutir» quién paga, es que hoy mismo, personas comunes y corrientes están sufriendo en sus vidas cotidianas el peso brutal de ese ajuste que para Rubinstein es tan necesario.
Las políticas del Gobierno nacional solo empeoraron la ya mala situación de los argentinos: hoy hay millones de nuevos pobres e indigentes, personas que se saltean comidas y no pueden comprar sus remedios.
Para los jubilados con la mínima, los estudiantes que se quedan sin financiamiento educativo, las amas de casa que ya no podrán jubilarse ni cobrar pensión de sus maridos, para los enfermos de cáncer cuyos tratamientos el Gobierno dejó de pagar, y para tantos otros de los sectores más vulnerables del país, la discusión sobre quién paga el ajuste no es accesoria ni puede esperar.