El viernes se aprobó en general la “Ley Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos”, impulsada por el gobierno de Milei. Y algunas exposiciones nos llevaron al 1853.
En las declaraciones de los legisladores libertarios, al hablar sobre la importancia de que se apruebe la Ley Ómnibus, se hizo mención a un “pasado glorioso” “a volver a las bases de la constitución de 1853” “a las ideas de Alberdi”.
Una de las declaraciones que traemos ahora, es la de Gabriel Bornoroni, diputado cordobés por La Libertad Avanza, quien dijo que esto es “un shock de libertad para los argentinos”.
Insistió en volver a las ideas de la constitución de 1853, “donde se plantaron las bases de la libertad de los argentinos”. Para el legislador, este proyecto de ley viene a traer volver a esos principios de libertad: “Un Estado más chico y mucha libertad”.
Te contamos que entre 1852 y 1853, Juan Bautista Alberdi escribió su libro “Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina”… un título que inspiró el proyecto de ley de Milei.
«honremos el legado de Alberdi, de Urquiza, de Mitre, de Avellaneda, de Sarmiento, de Julio Argentino Roca, de Carlos Pellegrini». «Dejemos toda la vida por abrazar las ideas de la libertad, para que volvamos a hacer grande a la Argentina y la Argentina vuelva a ser potencia. ¡Viva la libertad, carajo!»
Javier Milei, discurso del asunción presidencial.
Sus ideas fueron plasmadas en la Constitución Nacional, y se basa en la de EEUU, en tanto división de poderes, liberalismo económico y consideran al hombre un individuo -poco de se habla del bienestar colectivo-.
Estas nociones defendidas por Juan Bautista Alberdi, han sido mencionadas mil veces por el presidente Milei.
El lema principal de Alberdi: Gobernar es poblar. Además, crítica el estatismo propio de la herencia española y lo ve como barrera del progresó de América latina. La patria para él es la libertad, el orden y la riqueza.
El presidente actual quiere retomar las bases de una constitución liberal, de derecho individual, donde no se mencionan a trabajadores ni a la sociedad.
Básicamente es romper con la idea que inició con la Constitución Nacional de 1949, cuando el gobierno peronista introdujo los derechos sociales y agregó el art. 14 bis que establece:
«El trabajo en sus diversas formas gozará de la protección de las leyes, las que asegurarán al trabajador: condiciones dignas y equitativas de labor; jornada limitada; descanso y vacaciones pagados; retribución justa; salario mínimo vital móvil; igual remuneración por igual tarea; participación en las ganancias de las empresas, con control de la producción y colaboración en la dirección; protección contra el despido arbitrario; estabilidad del empleado público; organización sindical libre y democrática, reconocida por la simple inscripción en un registro especial.
Queda garantizado a los gremios: concertar convenios colectivos de trabajo; recurrir a la conciliación y al arbitraje; el derecho de huelga. Los representantes gremiales gozarán de las garantías necesarias para el cumplimiento de su gestión sindical y las relacionadas con la estabilidad de su empleo.
El Estado otorgará los beneficios de la seguridad social, que tendrá carácter de integral e irrenunciable. En especial, la ley establecerá: el seguro social obligatorio, que estará a cargo de entidades nacionales o provinciales con autonomía financiera y económica, administradas por los interesados con participación del Estado, sin que pueda existir superposición de aportes; jubilaciones y pensiones móviles; la protección integral de la familia; la defensa del bien de familia; la compensación económica familiar y el acceso a una vivienda digna».
Esto está en juego con la reforma laboral y el proyecto de país que promueve el liberalismo.
